Investigadores de la Universidad de Washington han creado Second Chance , la primera aplicación para móviles que detecta los síntomas de una sobredosis de opiáceos con el fin de ayudar a quien la está sufriendo, publica la revista Science Translational Medicine .
"La idea es que las personas puedan usar la aplicación durante el uso de opiáceos de modo que, si sufren una sobredosis, el teléfono puede potencialmente conectarlos con un amigo o con los servicios de emergencia para que reciban naloxona", dijo Shyam Gollakota, uno de sus creadores y profesor de la Escuela de Ingeniería e Informática de la Universidad de Washington.
"Hemos creado un algoritmo para un teléfono inteligente que es capaz de detectar sobredosis al controlar cómo cambia la respiración de alguien antes y después del uso de opiáceos", detalló Gollakota.
De acuerdo con Jacob Sunshine, profesor de anestesiología de la misma universidad, los dos precursores principales de una sobredosis de opiáceos son que la persona deje de respirar o que la frecuencia de sus respiraciones sea de siete o menos por minuto.
Lo que hace la aplicación Second Chance es enviar ondas de sonido inaudibles desde el teléfono al torso de la persona y luego monitorea cómo regresan esas ondas para buscar patrones de respiración específicos.
Para probar la eficacia de su aplicación, los investigadores de la Universidad de Washington se asociaron con Insite, el primer sitio de consumo legal supervisado de opiáceos de Norteamérica y ubicado en Vancouver (Canadá).
Los participantes llevaron monitores en el pecho para rastrear sus tasas de respiración y fueron monitoreados un minuto antes de inyectarse, durante la inyección y cinco minutos más, "porque esa es la ventana en la que ocurren los síntomas de la sobredosis", explicó Rajalakshmi Nandakumar , autor principal del estudio y estudiante de doctorado en la citada universidad.
De los 94 participantes con monitores y que probaron la aplicación, 47 experimentaron una frecuencia de siete respiraciones por minuto o más lenta, 49 dejaron de respirar durante un periodo significativo de tiempo y otros dos necesitaron oxígeno, ventilación y/o tratamiento con naloxona.
El algoritmo identificó en el 90 por ciento de los casos los problemas respiratorios que presagiaron la sobredosis.
Los investigadores querían asegurarse de que el algoritmo fuera capaz de detectar sobredosis reales, que suceden poco en Insite, y decidieron realizar otro experimento con el equipo de anestesiología del Centro Médico de la Universidad de Washington , que consistió en simular una sobredosis en una sala de operaciones.
Cuando los pacientes se someten a anestesia, gran parte de las reacciones que experimenta su organismo son similares a las que provoca una sobredosis, según el doctor Sunshine.
El equipo de investigadores reclutó a pacientes con cirugías previamente programadas y, con su consentimiento, se les inyectaron anestésicos estándar que produjeron respiración lenta o ausente.
El algoritmo predijo correctamente 19 de las 20 sobredosis simuladas.
Los creadores de Second Chance están en el proceso de solicitar autorización a la Administración para Alimentación y Fármacos (FDA, en inglés) de EE.UU. para poder comercializar esta nueva tecnología.
Si bien la aplicación puede tener otras funciones, los investigadores solo la han probado de momento con opiáceos inyectables ilegales, puesto que las muertes por sobredosis de este tipo son las más comunes en Estados Unidos.
Al menos 115 personas mueren cada día en Estados Unidos por sobredosis de opiáceos, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.