La escena paradisiaca del Caribe mexicano, con aguas color turquesa que bañan tranquilamente las playas de arena blanca, se ha tornado a algo muy diferente.
Una infestación las algas marinas conocidas como sargazo se han extendido en las últimas semanas a lo largo de 1.000 km de playas, incluidas las más populares de la región, como Cancún.
El problema ha enfrentado a la comunidad local con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho que se trata de un "problema menor".
Pero para los habitantes de los populares balnearios en los estados de Quintana Roo y Yucatán, el sargazo es uno de los más graves asuntos que están enfrentando en los últimos años.
Y es que además del mal aspecto a unas playas famosas internacionalmente por su aspecto y calidez, el sargazo a medida que se descompone en la playa desprende un fuerte olor, lo que causa repulsión a turistas y residentes por igual.
Los negocios como hoteles y restaurantes se han visto impactados por la notoriamente baja presencia de turistas, la principal fuente de generación de empleo y captación de divisas de la zona.
Un problema cada vez más grande
El sargazo es un alga flotante que "viaja" a la deriva impulsada por las corrientes oceánicas, a la vez que funciona como una "isla" viviente que sirve de alimento y hogar para varias especies marinas.
Tradicionalmente, comienza su vida en el golfo de México y es empujada por las corrientes hacia el Atlántico Norte, donde flota en el mar de los Sargazos, cerca a Bermuda.
Sin embargo, desde 2011 los científicos han detectado un nuevo mar de sargazos que tiene origen entre las costas de África y Brasil, que es de donde proviene el alga que está llegando al Caribe.
Este año, unos 1.000 kilómetros de playas se han visto afectados, incluidas Cancún, Playa del Carmen y Tulum en el estado de Quintana Roo, según los funcionarios locales.
Los hoteles han colocado redes para tratar de mantener la marea de algas mar adentro, lejos de las playas, mientras que trabajadores y voluntarios limpian la orilla con palas y carretillas.
En un día pueden recoger hasta una tonelada, según el gobierno de Quintana Roo.
Sin embargo la remoción de sargazo requiere mucho tiempo, es costosa y, para muchos, una manera inefectiva de tratar el problema.
El presidente López Obrador visitó Cancún el lunes.
Dijo que las algas eran un "problema menor" que no le preocupaba que causara daños importantes a las economías de la región, lo cual provocó la molestia de empresarios, gobernantes locales y residentes.
Antes de la visita del mandatario, habitantes del estado le escribieron una carta quejándose de que las autoridades no habían reconocido la magnitud real de "grave situación".
"Nuestras playas han perdido el color cristalino de sus aguas y sus tonalidades azul y verde turquesa; los pastos marinos y los peces mueren por la falta de luz y del oxígeno que les roba el sargazo, las tortugas se ven afectadas al igual que el arrecife coralino", escribieron.
"La recolección del sargazo en la playa produce erosión y su putrefacción un gas ácido con olor a huevo podrido que puede ser nocivo para la salud humana", advirtieron.
Los discuten a qué se debe el aumento del volumen del sargazo, pero tienen varias hipótesis.
Una es el aumento de la temperatura de las aguas, causado por el cambio climático; otra es el aumento de nutrientes en el agua, lo que favorece el crecimiento del alga.
Que haya más nutrientes en el agua no es necesariamente una buena señal.
De hecho, el agua cristalina del Caribe se debe a que tiene pocos nutrientes, pero la actividad humana está haciendo llegar a estas aguas fertilizantes contaminantes que desequilibran el ecosistema.
"Desastre natural"
Luego de las críticas por presuntamente minimizar el problema, López Obrador dijo que el gobierno estaba trabajando en ello y prometió "todos los recursos necesarios".
El almirante Rafael Ojeda, jefe de la Armada de México, dijo que las autoridades gastarían el equivalente a US$2,7 millones para construir cuatro barcos diseñados para recoger el sargazo en el mar, así como nuevas barreras para retenerlo.
La limpieza de las playas este año costará US$36,7 millones, según la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos.
El mes pasado, el gobierno de Quintana Roo declaró un estado de emergencia sobre el tema, describiéndolo como un "desastre natural inminente".
Pero es poco probable que el problema, que también afecta a otros países del Caribe, desaparezca pronto.
"Si no te toman acciones coordinadas para evitar que cantidades masivas de sargazo lleguen a las playas del Caribe mexicano, corremos el riesgo de que las aguas azul turquesa y playas blancas dejen de existir dentro de pocos años", advirtió en octubre pasado el Laboratorio de Botánica Marina de la Universidad Nacional Autónoma de México.