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Manuel Serrano del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) , a través del estudio de células viejas, descubrió que una de las maneras de retrasar el envejecimiento consiste es la eliminación de las mismas, pero en muchas ocasiones nuestro sistema no es capaz de desecharlas de manera natural y necesita de la ayuda de “senolítcos”, un nuevo tipo de fármaco.
El bioquímico español ha centrado sus investigaciones en aquellas células viejas y dañadas, llamadas senescentes que nuestro sistema inmune se encarga de eliminar. Sin embargo, esta limpieza no sucede satisfactoriamente en todas las ocasiones.
Cuando la eliminación de células falla, aparecen enfermedades asociadas al envejecimiento , entre ellas el Alzheimer y el cáncer. En casos como esos, se recurre a la administración de senolíticos, fármacos capaces de eliminar las células senescentes cuando el sistema inmune es incapaz de hacerlo, que hasta la fecha, ya han sido probados en roedores, explicó el investigador, al Sistema de Información y Noticias Científicas (SINC).
Serrano, pionero en el estudio del envejecimiento, expuso que el interés en este tipo de células surgió hace cinco años, cuando se comprobó el efecto terapéutico que los senolíticos producían en los roedores en los que fueron probados.
“Los resultados son tan buenos que se han empezado a hacer ensayos clínicos en pacientes”, manifestó. Sin embargo, aseguró que es muy pronto para conocer la efectividad de este tipo de terapia en seres humanos.
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En tanto si este tipo de fármaco revolucionara en el campo de la medicina, expuso que “todas estas revoluciones hay que tomárselas como lo que son, un tipo de terapia que antes no existía y ahora es una herramienta más”, aunque pidió que se tomara en cuenta que “tenemos que rebajar las expectativas. Con que tengan efecto en alguna de estas patologías, que son todas muy graves, ya sería un gran éxito”.
Por otro lado, consideró que es muy prematura la aseveración de que nos hemos aproximado al promedio de vida óptimo. “Llevamos retrasando el envejecimiento unos 150 años. Ahora se envejece más tarde que hace un siglo, queremos vivir más y más, es una aspiración legítima (…) y teóricamente, estamos llegando al límite (en esperanza de vida), pero por lo visto todavía no hemos llegado”, ahondó.
Serrano recomendó que una de las formas naturales en las que se puede retrasar el acontecimiento de la senectud es a través de una dieta balanceada, ejercicio moderado y tener una vida social activa, que motive los pensamientos positivos.
“La gente con una vida activa tiene una incidencia algo menor de este tipo de enfermedades (neurodegenerativas). Tener amistades, familia, ir al trabajo… En definitiva, no estar en casa sentado”, puntualizó.