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Aunque el alcohol es una de las principales causas de enfermedad, discapacidad y muerte en la población, algunos trabajos habían observado ciertos beneficios en el consumo de pequeñas cantidades.
En concreto, estudios epidemiológicos –especialmente en países anglosajones– argumentaban que consumir una o dos copas de bebidas alcohólicas al día se asociaba con menor mortalidad porque se reducían los fallecimientos por enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, se ha cuestionado recientemente la calidad de estas investigaciones por diversos problemas metodológicos.
Para superar dichas limitaciones y esclarecer si el consumo de alcohol influye en la mortalidad, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) investigaron a 3, 045 personas mayores de 60 años representativas de la población española.
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El estudio se inició en el periodo 2008-2010 recogiendo datos sobre consumo de alcohol en ese momento y en las distintas décadas de la vida, así como sobre estilos de vida, enfermedades y limitaciones funcionales. Posteriormente se siguió a los participantes hasta 2017 para identificar las muertes ocurridas desde el principio del estudio.
“Cuando los análisis utilizaron el consumo de alcohol a lo largo de la vida para evitar sesgos de selección, no hubo diferencias en la mortalidad entre los participantes que no bebían nada y los que bebían cantidades moderadas de alcohol (esto es hasta tres copas al día en hombres y hasta dos copas al día en mujeres)”, explican los autores.
“No obstante, en los que bebían cantidades mayores, la mortalidad fue el doble que en los no bebedores. Cuando se investigaron solo las personas sin limitaciones funcionales, para reducir la causalidad reversa, la mortalidad aumentaba un 12% por cada copa diaria de alcohol”.
Así, los nuevos resultados, publicados en la revista Addiction , no muestran ningún beneficio sobre la mortalidad derivado de consumir cantidades pequeñas y moderadas de alcohol.