Todos los órganos son necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, pero el corazón es de los más importantes, ya que es el motor que mueve la sangre para llevar los nutrientes y el oxígeno. Está formado básicamente de músculo, esto le permite trabajar sin ningún tipo de estímulo externo, y es a través de él que podemos vivir. Junto con los vasos sanguíneos , forma parte de nuestro sistema cardiovascular .
Para trabajar, necesita de un sistema de arterias y venas que le provee de un suministro de sangre rica en oxígeno.
Sin embargo, este órgano puede enfermarse debido a trastornos que afectan su funcionamiento, los cuales pueden surgir como consecuencia de defectos congénitos , infecciones, estrechamiento de las arterias coronarias, tensión arterial alta o cambios del ritmo cardiaco como lo son las arritmias, un problema cada vez más frecuente. “Aunque en México no se cuenta con una cifra exacta, se estima que entre el 5% y 10% de toda la población mundial las padece”, señala Horacio Rodríguez Piña, cardiólogo electrofisiólogo del Hospital Diomed.
Este tipo de padecimientos “se presentan por los cambios de las frecuencias cardiacas como resultado de múltiples enfermedades: algunas cardiacas y otras sistémicas”, comenta Carlos Sierra, cardiólogo y electrofisiólogo cardiólogo del Centro Médico ABC , adscrito a la Unidad de Cuidados Coronarios del Instituto Nacional de Cardiología .
Las arritmias
Son un trastorno de la frecuencia cardíaca (latidos) o del ritmo que no se encuentran dentro de los valores considerados como normales. El doctor Sierra dice que el corazón funciona por impulsos eléctricos que ordenan a ciertas regiones de este órgano que se contraigan de manera secuencial para que su trabajo, el cual consiste en recibir sangre de las venas y bombearla hacia las arterias, sea eficiente.
Los impulsos eléctricos transmitidos por el corazón a través de latidos se presentan en una frecuencia que va de 60 a 70 latidos por minuto. A esto se le llama ritmo cardiaco. En condiciones normales mantiene un ritmo periódico y constante, pero cuando el cuerpo necesita ir más rápido por el ejercicio físico, la frecuencia sube de manera normal o disminuye cuando estamos en reposo o dormidos”. Pero los cambios anormales pueden poner en riesgo la vida.
¿Quiénes las padecen más?
De acuerdo con los especialistas, son más frecuentes en personas adultas con más de 50 años de edad. Pero también se pueden presentar en niños, algunas son congénitas y pueden ser resultado de malformaciones en el corazón, las cuales son las malformaciones funcionales más frecuentes en los niños.
Hay arritmias que aparecen en edades tempranas de la vida o en jóvenes, “incluso en deportistas o atletas. Más que producir infartos, ciertas arritmias graves pueden causar la muerte súbita por un paro cardiaco”, comenta el doctor Sierra. En el caso de los adultos, “quienes ya han tenido problemas del corazón como un infarto o tuvieron una cirugía de corazón, la incidencia es muy alta, de hasta un 70%”, comenta el doctor Rodríguez Piña.
¡Presta atención!
Cuando practiques actividades físicas intensas por cuatro o más horas a la semana, debes escuchar las reacciones de tu cuerpo para identificar si el ritmo cardiaco es acorde a la actividad que realizas.
Debes saber que la frecuencia del corazón varía dependiendo de la edad y la actividad física, pero en promedio, cuando se está en reposo se deberían de presentar entre 60 o 100 latidos por minuto.
Cuando existen variaciones constantes en el ritmo, posiblemente, los expertos hablen de arritmias.
Por eso “es necesario que cuando iniciemos la práctica de algún deporte o actividad física acudamos al médico para que evalúe nuestras condiciones y descarte de manera temprana la presencia de arritmias y otras irregularidades en el sistema eléctrico del corazón.
Los casos de muerte súbita en deportistas son situaciones especiales pero no ais- lados en la gente común, por eso debemos escuchar a nuestro cuerpo para prevenir y atender de manera oportuna las arritmias”, comenta Rodríguez.
Evita riesgos
Las actividades físicas de tipo aeróbico como nadar, correr y andar en bicicleta, son benéficas para el corazón. De acuerdo con la American Heart Association si se realizan de forma vigorosa puede mejorar aún más su estado, así como la de los pulmones. Pero sugiere comenzar suavemente e ir aumentando a medida que el corazón se vuelve más fuerte.
Alerta de no extralimitarse, para evitarlo debemos determinar el límite de la capacidad de nuestro organismo a través de la medición de nuestra frecuencia cardiaca. El nivel seguro y efectivo es entre 50% y 85% del ritmo máximo, el cual nunca debemos rebasar, afirman los especialistas.
De manera segura
De acuerdo con Cleveland Clinic, ejercitarte más allá del 85% del ritmo cardiaco máximo puede implicar un peligro para tu salud cardiovascular y ortopédica. Si sientes dolor, dificultad para respirar, mareos o falta de aliento, deja de hacer ejercicio. A continuación te damos algunos tips para evitar riesgos a la salud:
• Persona sana: debe hacer ejercicio cardiovascular (nadar, correr, andar en bicicleta) durante un mínimo de 30 minutos cinco veces a la semana. Si lo único que pretende es mantenerse sana y reducir el riesgo de enfermedades, solo necesita aumentar el ritmo cardiaco ligeramente mientras se ejercita (entre el 50 y 60% de su tope máximo). Pero si desea bajar de peso, fortalecer aún más al corazón y mejorar la forma física, requiere alcanzar una frecuencia cardiaca del 60 al 80% de su tope máximo.
• Quien padece algún problema cardíaco, puede realizar ejercicio moderado de forma regular, siempre y cuando su médico se lo recomiende. Por ejemplo nadar, caminar o montar en bicicleta estacionaria durante 30 minutos de tres a cinco veces a la semana. En el caso de quienes recientemente hayan sufrido un infarto, el médico pueden limitar la práctica de ejercicios específicos.
Más vale prevenir
Pruebas complementarias para saber con exactitud la naturaleza de la arritmia:
• Electrocardiograma (ECG). Muestra una representación gráfica de la frecuencia cardiaca, lo malo es que por solo un breve periodo de tiempo, y las arritmias en general son intermitentes.
• Holter.Es una prueba de 24 horas. Colocan electrodos en el tórax del paciente que procesa el ritmo cardiaco en un pequeño monitor al que se conectan. Así se pueden detectar las posibles arritmias esporádicas o continuas.
• Estudios electrofisiológicos invasivos. Se introduce un catéter por vía intravenosa hasta el corazón que contiene unos alambres que utiliza de forma combinada la estimulación eléctrica y una monitorización más sofisticada. Así es posible determinar el tipo de arritmia y la respuesta más probable al tratamiento.
jpe