Héctor Infanzón, especialista en nutrición por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” e integrante del grupo Hablemos Claro, que surge con la intención de poner al alcance del público en general información científica sobre temas relacionados con ciencia, tecnología de alimentos, nutrición, salud, y seguridad alimenticia, afirma que al no tener información precisa se tiende a confundir conceptos básicos.
“Dieta no es dejar de comer, por definición es todo lo que consumimos en 24 horas, ya sea saludable o no. Es así que en cualquier momento en realidad estamos a dieta”, señala, sin embargo agrega que la palabra se ha llenado de connotaciones sin fundamento en donde se vuelven populares hábitos alimenticios basados en el consumo de un sólo alimento, los ciclos lunares o incluso el tipo de sangre.
De voz en voz se comparten sus beneficios y al final lo único que se logra es una descompensación del organismo. “Se pueden mencionar muchos tipos de dietas que se vuelven populares, pero básicamente lo que hace la gente es dejar de comer y enfocarse en uno o dos alimentos, como verdura y pollo, por ejemplo”. Cuando al cuerpo no se le aportan los nutrimentos necesarios se deshidrata y se pierde masa muscular.
El especialista explica que actualmente también son muy populares las dietas para desintoxicarse. Explica que para realizarlas las personas tienden a tomar sólo jugos de frutas y verduras, sin embargo este es un concepto que tampoco está bien entendido y contextualizado, ya que en el organismo son los riñones y el hígado los encargados de purificar la sustancias que entran al cuerpo y cuando hay un buen funcionamiento de estos órganos no habría que preocuparse por desintoxicarse, es así que en el contexto de la alimentación el término es retomado como un concepto de moda sin grandes aportaciones a la salud. “Al consumir sólo jugos de frutas en realidad estamos incrementando la cantidad de azúcares al cuerpo. No tendríamos que desintoxicarnos, más bien tendríamos que enfocarnos a conocer los grupos de alimentos necesarios y disponibles en México”, señala Infanzón quien agrega que la verdadera desintoxicación sería seguir información fidedigna.
Falsos gurús
Existen muchas personas que se dan a la tarea de compartir sus experiencias con su régimen alimenticio, teniendo como única carta de presentación su físico y cierto reconocimiento en la cultura popular. Los falsos gurús están al acecho en todos lados. La actriz estadounidense de 45 años Gwyneth Paltrow es un ejemplo de los estándares de belleza de Hollywood: delgada, rubia, tonificada y con la piel radiante a pesar del paso del tiempo. Es así que ha creado un negocio sobre estilo de vida con muchos seguidores, pero también detractores.
El más claro ejemplo de este último grupo es el libro que publicó hace un par de años el científico y divulgador canadiense Timothy Caulfield. El texto lleva por nombre: ¿Está Gwyneth Paltrow equivocada en todo? Su conclusión era que la mayoría de sus afirmaciones sobre alimentación y ejercicio son además de infundadas, peligrosas. En sus libros y publicaciones de su sitio goop.com (cuya portada es el “detox anual”), la actriz no se cansa de nombrar al gluten como uno de enemigos implacables.
Lejos de representar un ser maléfico, el gluten es una proteína encontrada en trigo, cebada y granos de centeno. Una dieta libre de gluten no está diseñada para perder peso y puede generar una verdadera intolerancia, es decir crear un problema cuando no lo hay. Un médico suele prescribir un plan de alimentación libre de gluten sólo para tratar a personas que tienen enfermedad celíaca o son sensibles a éste.
Infanzón dice que la intolerancia o las alergias a algún tipo de alimento sólo las puede determinar un médico. “Las personas no pueden hacer un autodiagnóstico, se necesitan estudios para descartar cualquier alteración, por ejemplo, en el caso de la intolerancia a la lactosa, ésta ocurre cuando el organismo deja de producir una enzima que ayuda a digerirla, pero realmente es muy poca la proporción de la gente que tiene esto, la ventaja es que hay muchos productos libres de lactosa. Lo mismo sucede con la intolerancia al gluten; algunos estudios refieren que en México menos del 1% de la población tendría esta afectación, es así que los trastornos por determinado alimento podrían deberse a otras alteraciones gastrointestinales”.
Para los expertos, la verdadera ciencia de un régimen para perder peso está basado en una premisa sencilla: comer equilibradamente pero en menor cantidad, particularmente evitando grasas, y manteniendo una rutina de ejercicio. Todo con control y supervisión adecuada según nuestra edad, condición física y salud. “No podemos ir a los extremos y decir la tortilla o el pan engordan y suprimir totalmente los cereales. Los cereales aportan carbohidratos y azúcares naturales de los cuales también obtenemos la energía necesaria para poder realizar las actividades del día”.
El futuro de la alimentación
El nutriólogo considera que edad, estado de salud y sexo son factores que se deben considerar a la hora de someterse a una dieta con ciertas limitaciones. “En el caso de la alimentación vegetariana se puede seguir sin problema pero con ajustes para que haya un aporte de todos los nutrientes necesarios. En algunos casos la dieta vegetariana debe estar acompañada por algún tipo de suplementos, pues no podemos obtener todo sólo de vegetales, cereales y semillas”. Comenta que principalmente en el caso de los niños se tendría que cuidar el aporte de proteínas para no afectar su crecimiento y desarrollo, pero se puede hacer con la asesoría adecuada”.
Infanzón comenta que existe un grupo de alimentos llamados estratégicos ligados a la dieta tradicional mexicana que tienen una alta disponibilidad y son de producción justa, como el caso del huevo, frijol, maíz, sardina, amaranto, chía y las hojas verdes como espinacas y acelgas. “Este tipo de alimentos siempre van a reportar beneficios a la salud, pero hay que tener mucho cuidado cuando vemos algún tipo de noticia como que ‘el nopal cura la diabetes’ o ‘la chia ayuda a bajar de peso’. Es imposible basarse en un solo alimento para este tipo de metas”.
Mucho se ha debatido sobre si realmente nuestros genes influyen en que nuestros intentos para perder peso sean más o menos exitosos. En la actualidad, existen pruebas de ADN que prometen dar más información sobre la dieta adecuada para perder peso según el perfil genético, pero esto ha sido criticado por muchos expertos.
La compañía de pruebas de ADN 23andMe acaba de anunciar un estudio masivo con cien mil voluntarios para estudiar cómo las características genéticas determinan el nivel de pérdida de peso al seguir hábitos específicos. La prueba analiza el ADN estableciendo ascendencia geográfica y riesgos de salud hereditarios. Después de distintas pruebas, que incluyen estudios de sueño y tolerancia al dolor, se asignarán aleatoriamente planes de alimentación.
Para el integrante de Hablemos Claro, los estudios de genética y peso se realizan en todo el mundo. Aunque aún no hay una definición contundente al respecto, sí se ha visto que hay una relación entre el ambiente, los alimentos que consumimos y nuestros genes. Esta interacción ya está descrita de manera general y cada día hay más estudios como uno los retos actuales para conocer a fondo problemas graves de salud relacionados, como diabetes e hipertensión.
Mientras esto se convierte en una realidad comprobada y el estudio de nuestros genes y microbioma nos expide la dieta perfecta según nuestra historia personal, la receta clásica de la alimentación balanceada como estilo de vida y no un régimen express puede ser la mejor alternativa para mantener el peso ideal, sobre todo considerando que en la actualidad nuestro país ocupa el segundo lugar de obesidad a nivel mundial y que si se sigue con estas tendencias, el número de adultos obesos en México podría subir del 30 al 39% para el 2030.