Desde hace 18 años, Mariana Benavides padece síndrome mielodisplásico, un cáncer que ataca la producción de sangre en la médula ósea y provoca que sus niveles de plaquetas bajen tanto que su sistema inmunitario es vulnerable.
En 2019 le informaron que tenía que recibir un trasplante de médula ósea y, aunque ya tiene a su donante, no puede realizar el procedimiento debido a la pandemia . “Llegó justamente cuando tengo que realizar el procedimiento más complicado de mi enfermedad.
“Aunque pudiera hacer mañana el trasplante o comenzar el proceso, es imposible porque el covid me puede atacar. No hay los medicamentos necesarios y los espacios se están usando para la pandemia ”, lamenta Mariana.
Al ser una cirugía, existe un riesgo potencial para el paciente y, en el caso específico de quienes reciben un órgano o tejido, están aún más vulnerables pues se les administran medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo del nuevo órgano , lo cual los deja más expuestos a contraer infecciones u otros males.
“Un análisis concluyó que la tasa de letalidad por covid en pacientes trasplantados es de 26%, cuatro veces mayor a la observada en la población general. Esto nos obliga a considerar que el trasplante no es una situación de urgencia, sino que puede paliarse con algún otro método para no poner en riesgo a los pacientes”, dice el doctor Ignacio Guerra Gallo, jefe del área de Innovación de Trasplante de la coordinación Nacional de Donación y Trasplantes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Asimismo, la reconversión de hospitales a centros covid ha generado un atraso en la atención y procedimientos de trasplante y donación de órganos . Paulina Rosales Pérez, directora de la Asociación Unidos Pro Trasplante de Médula Ósea, asegura que el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán reprogramó 40 mil consultas de 2020 luego de que sus instalaciones comenzaran a recibir a pacientes con covid-19 .
Este instituto cerró su área de trasplantes y las 25 personas que esperaban una cirugía para recibir médula ósea quedaron a la deriva. 10 de ellas murieron “porque no tuvieron acceso al trasplante ”, indica la directiva.
Añade que es urgente que las autoridades sanitarias del país visibilicen a quienes están en lista de espera para recibir un órgano o tejido , y también a aquellos con otros padecimientos como cáncer o insuficiencia renal.
A pesar de las limitantes, el doctor Guerra Gallo indica que en 2020 sí se efectuaron trasplantes y así seguirá siendo con aquellos casos considerados imprescindibles para salvar vidas.
“Hemos estado muy al pendiente de la coordinación para resolver los problemas de urgencia. La pandemia no nos ha limitado: todo procedimiento que sea urgente o que ponga en riesgo la vida del paciente, se ve la manera de que se realice”, subraya.
De acuerdo con datos del Reporte Anual 2020 de Donación y Trasplantes en México del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), se llevaron a cabo dos mil 30 trasplantes entre riñón, córnea, corazón e hígado. Sin embargo, es una cifra inferior a la registrada en 2019, cuando se consumaron siete mil 81 procedimientos.
El especialista afirma que, con la vacunación contra covid-19 , paulatinamente se reactivarán los servicios de trasplantes , aunque “un problema importante para México, y que limita la agilización de los trasplantes , es la falta de donación cadavérica. A nivel nacional, la tasa es de 3.7%, mientras que en lugares como Argentina y Brasil están sobre 14 por cada millón de habitantes. España, que es el país líder, tiene 45 por cada millón de habitantes”.
La donación se vuelve un tema muy complejo porque se requiere que el donante tenga muerte cerebral o encefálica, que sucede cuando se corta el flujo de sangre en el cerebro y mueren las neuronas. Este es un concepto difícil de comprender para los familiares que siguen viendo cómo el paciente aún respira y tiene latiendo su corazón, pero lo hace gracias a máquinas y medicamentos. De ahí la importancia de sensibilizar a la población y procurar una mejor cultura de donación .