El divorcio viene acompañado de elementos positivos como negativos. Por un lado, una persona puede experimentar libertad, el sentirse menos controlado o manipulado, así como la posibilidad de dar un nuevo rumbo a su vida. Además, cuando la relación ya es tóxica, la separación física y emocional permite considerar el rompimiento con más tranquilidad, comenta la doctora Sofía Rivera Aragón, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Entre los aspectos negativos están las consecuencias psicológicas y de salud mental. Por lo general se experimenta ansiedad y depresión. En casos extremos, hay quienes consideran el suicidio o incluso el homicidio de la pareja que quiere abandonarlos.
Uno de los problemas comunes son los celos. Aun cuando ya están divorciados, la persona se interesa por saber dónde está su ex pareja o si ya está haciendo su vida con otra persona. Aunque esto no es bueno para superar la ruptura, cada vez se facilita por el uso de redes sociales como Facebook.
También puede presentarse violencia entre los miembros de la pareja, si cada uno busca la forma de hacerle daño al otro y obtener ventaja. Cuando hay hijos, el daño se puede hacer indirectamente a través de ellos.
Hay violencia psicológica cuando uno de ellos muestra al otro que logró algo primero, por ejemplo, tener otra pareja o una nueva relación. Y dado que conocen todo sobre su expareja, hablan mal de ella entre sus conocidos con la finalidad de generar un estereotipo negativo de su ex .
Dado que el divorcio necesariamente implica una pérdida (de una pareja o una familia) y podría ser necesario un proceso de duelo. Lo ideal sería acudir con un profesional de la salud menta l o tener una red de seres queridos que acompañen en el proceso, con el fin de que persona reconfigure su vida, que establezca cuáles son sus prioridades tras el divorcio y tome los pasos necesarios para alcanzar sus nuevas metas, concluye la académica de la Facultad de Psicología.
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