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Antes de tomar un chapuzón ten cuidado con la calidad del agua, ya que en muchas ocasiones pueden estar mal clorados o contaminados y provocar afectaciones a la salud.
Uno de los padecimientos a los que se debe prestar mayor atención es la meningoencefalitis amibiana primaria , que es causada por el patógeno Naegleria fowleri, una amiba de vida libre que habita en cuerpos de agua dulce templados y que al ingresar por la nariz puede dirigirse al cerebro donde provoca inflamación muy intensa.
La meningoencefalitis
provoca síntomas neurológicos graves que se acompañan con fiebre elevada, vómito en proyectil, fotofobia, y convulsiones que pueden desembocar en un estado de coma que conlleva a la muerte del paciente en un periodo aproximado de 7 a 10 días a partir de presentar los primeros síntomas; todos los casos registrados coinciden con antecedentes de natación en cuerpos de agua dulce contaminados con este microorganismo.
De acuerdo con Matilde Mineko Shibayama Salas, investigadora del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) , en la actualidad el tratamiento para la amiba Naegleria fowleri es un antifúngico llamado Amfotericina B el cual no es específico para esta amiba, por lo que se requiere desarrollar un fármaco que afecte directamente al patógeno.
Por ello, desde hace más de dos décadas esta amiba ha sido materia de estudio para el equipo de la investigadora del Cinvestav. Uno de sus últimos resultados fue identificar los mecanismos por los que el patógeno pasa de la cavidad nasal a los bulbos olfatorios, donde produce ruptura del parénquima cerebral acompañado de una intensa reacción inflamatoria que desemboca en la muerte del paciente.
“Identificamos una proteasa de secreción con actividad mucinolítica que tiene el patógeno; es decir, la amiba puede degradar el moco (de la cavidad nasal) que es una barrera natural que tenemos para atrapar microbios y que nos protege para evitar que lleguen al sistema nervioso central. En pruebas in vitro e in vivo(con modelos animales) bloqueamos esta proteasa con anticuerpos fabricados en el laboratorio y pudimos observar una sobrevida superior a los 10 días en los animales en los que se bloqueó la proteasa secretada por Naegleria fowleri”, mencionó Shibayama Salas.
Este trabajo de ciencia básica, realizado por Moisés Martínez Castillo, estudiante de doctorado del Cinvestav, puede ser de gran utilidad para entender el comportamiento de la amiba y desarrollar nuevos tratamientos, ya que hasta ahora se sabe que la amiba Naegleria fowleri llega a los bulbos olfatorios después de alterar la barrera hematoencefálica, que es una barrera muy importante que protege al cerebro del daño por diversos patógenos.
“La amiba es capaz de abrir las uniones intercelulares de los epitelios así como las del endotelio vascular para poder alcanzar los bulbos olfatorios y provocar una reacción inflamatoria intensa que lleva a la muerte del hospedero.
Hemos visto cómo altera y desestabiliza las proteínas que conforman las uniones estrechas lo cual ocasiona la llegada de las células inflamatorias al cerebro; todo este daño se genera de manera muy rápida, por lo que el periodo de diagnóstico y tratamiento es muy reducido”, explicó la investigadora del Cinvestav.
A pesar de que en México el primer caso de afectación por la amiba Naegleria fowleri se reportó a finales de la década de 1970, la meningoencefalitis amibiana primaria se encuentra sub-diagnosticada, y los datos epidemiológicos no son del todo conocidos, por lo que en la actualidad aún existe mucho desconocimiento sobre esta enfermedad.
En ese sentido, la investigadora instó a los profesionales de la salud y al público en general a informarse más sobre este patógeno. “Es necesario que los médicos no confundan la sintomatología de la meningoencefalitis con otro tipo de meningitis (bacterianas o virales) para que se puedan hacer los estudios correspondientes y dar el tratamiento lo más pronto posible.
En cuanto a la población, deben tomarse medidas preventivas antes de realizar actividades acuáticas, tales como hacer caso de alertas sanitarias y revisar que en las albercas no exista materia orgánica en las orillas, sinónimo de una mala limpieza del lugar” refirió.
jpe