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El Covid-19 ha traído temor generalizado por la sobrecarga de información y noticias falsas en torno al virus que ha provocado miles de muertos en el mundo. El estrés, la ansiedad y la depresión no son los únicos males que han generado la pandemia y el aislamiento social , pues pues la gente también sufre falta de apetito y dificultades para conciliar el sueño .
El doctor Alejandro Jiménez Genchi, presidente de la Academia Mexicana de Medicina del Dormir, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que si bien hay razones por las que se produce esta incapacidad para dormir, también el distanciamiento social está generando alteraciones.
El experto ha comentado esto pues la rutina que se tenía sufrió cambios y la actividad es mucho menor. “No salimos, no hacemos ejercicio, no nos trasladamos y caminamos poco, lo que produce menor impulso y cansancio a la hora de dormir”, detalló.
Además la dificultad de dormir se genera de acuerdo a lo estipulado en la teoría del hiperalertamiento , “la amenaza que significa el virus en tanto su calidad infecciosa, provoca que tendamos a estar más despiertos al entrar en un estado de alerta, esto produce una activación de índole cognitiva, desarrollada en el pensamiento y en las emociones, generando ansiedad y temor.”
Jiménez Genchi explicó que al no estar obligados a despertar temprano para ir la trabajo o ir a la escuela, tendemos a recorrer nuestro periodo de sueño. Además, los adolescentes y adultos jóvenes son el sector que padecen esta variante de trastorno, conocido como el “síndrome de fase retrasada” .
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“Dormimos tarde, recorro mi hora de dormir, pero también recorro mi hora de despertar y es así que el periodo de sueño retrocede”, detalló el médico.
Las taxonomías del sueño indican que si estas afecciones duran más de tres meses puede considerarse un trastorno por insomnio crónico, mientras que una cantidad menor a esta, se clasifica como trastorno transitorio o agudo , el cual es el que presenta la mayoría de la población en este momento.
“Sabemos que de cada 4 (personas) que tienen insomnio agudo se convertirán en una afección crónica”, comentó el también docente, “la reducción de sueño prepondera, principalmente, en las mujeres y adultos con más de 40 años”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la existencia de más de 80 tipos de trastornos del sueño , cada uno de ellos con características específicas. Una de las más comunes es el “insomnio” , el cual afecta a un número considerable de la población.
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De acuerdo al especialista, el insomnio se caracteriza por la dificultad para conciliar o el mantenimiento del sueño, el cual, afectará directamente nuestro rendimiento, acompañado de secuelas conocidas como “molestias diurnas” , en las que es común la fatiga, sensación de malestar , dificultar para la concentración y cambios en el rendimiento socio/académico y laboral.
En cuanto a los tratamientos de los que disponemos para combatir a la enfermedad, declaró que existen las intervenciones psicológicas, conocidas como “higiene de sueño”, y las recomendaciones especificas que promueven el uso exclusivo de la cama para dormir y para tener actividad sexual , evitando otras prácticas acostados, como “establecer horarios que cubran las recomendaciones de sueño”.
Otro tratamiento es recurrir al uso de medicamentos, llamados hipnóticos, que tienen el efecto de inducir y favorecer el mantenimiento del sueño y que deben de ser indicados por el médico.
Para recuperar una capacidad satisfactoria del sueño, Jiménez Genchi aconsejó mantener horarios fijos, muy cercanos a los que solíamos tener antes de la cuarentena, tratando de cubrir de 7 a 8 horas de sueño, no dormir durante del día y si se hace que sea una siesta corta de menos de 20 minutos y tener un programa de actividades durante el día, “evitar sumirse en el sedentarismo, que no va a favorecer a un buen estado de animo ni a la facilidad de dormir”, puntualizó.
nrv