¿Te mueves mucho al dormir o has perdido el sentido del olfato? Los últimos descubrimientos acerca del mal de Parkinson indican que estas pueden ser algunas de las primeras señales de cambios en el cerebro que anunciarían que una persona padece un riesgo elevado de sufrir la enfermedad.
Cuando se habla del Parkinson, la imagen que nos viene a la mente es la de una persona de edad avanzada que tiembla y tiene problemas para moverse.
En los últimos estadios de la enfermedad suele ser así: la bradicinesia (el término médico que describe la lentitud del movimiento) y el prominente temblor son dos de los síntomas más importantes del Parkinson.
Las investigaciones llevadas a cabo durante los últimos 15 años han comenzado a arrojar luz sobre algunos de los síntomas que aparecen en las fases más tempranas de la enfermedad, en ocasiones mucho antes de que tengan lugar los cambios en el movimiento que mucha gente asocia al Parkinson.
Estos son cuatro de los signos más comunes que podrían anunciar que una persona tiene una mayor probabilidad de sufrir este trastorno:
1. Pérdida del sentido del olfato
Muchas personas a las que se les diagnosticó Parkinson coinciden al recordar cambios en su sentido del olfato varios años antes de desarrollar los primeros temblores o cualquier otro síntoma relacionado con la movilidad.
La mayoría de los enfermos no llega a percibir que su capacidad olfativa ha empeorado, pero, tras realizar pruebas a los pacientes con la enfermedad, se descubrió que en el 90% de los casos el sentido del olor había empeorado.
2. Deterioro de la calidad del sueño
Los cambios en los patrones de sueño, como el trastorno de conducta del sueño en la fase REM (movimiento ocular rápido), están relacionados con el riesgo de sufrir Parkinson.
Este trastorno, conocido como TCSR, es mucho más que pasar una mala noche: las personas que lo experimentan sueñan en voz alta y en ocasiones realizan movimientos violentos hasta el punto de llegar a autolesionarse, aunque después no suelen recordar nada.
El TCSR es poco común y solo puede ser diagnosticado mediante un estudio específico del sueño. Las investigaciones indican que las personas que lo sufren desarrollarán Parkinson o una enfermedad similar en un período no superior a 10 años.
3. Estreñimiento
Los problemas digestivos relacionados con el tránsito intestinal suponen una dificultad añadida para las personas que sufren Parkinson.
Recientemente hemos sabido que pueden aparecer mucho antes que el temblor y la bradicinesia por los que los pacientes son derivados al neurólogo.
Como ocurre con gran parte de estos síntomas, una persona puede sufrir estreñimiento por muchas y variadas razones, pero se ha demostrado que los pacientes de Parkinson tienen dificultades con el tránsito intestinal.
De hecho, es posible que el estreñimiento sea una de las primeras señales: podría aparecer hasta 20 años antes del diagnóstico de la enfermedad.
4. Ansiedad y depresión
Los episodios de ansiedad o depresión, más allá de los altibajos lógicos de la vida diaria, son uno de los principales síntomas que manifiestan las personas con Parkinson.
Muchas veces le dan más importancia que a las alteraciones de los movimientos físicos. Creemos que los síntomas depresivos se deben a los cambios en la actividad química del cerebro, que podrían llegar a producirse hasta 10 años antes del diagnóstico de Parkinson.
Es pertinente recordar que estas alteraciones pueden producirse por muchas causas.
Que se experimenten todos los síntomas descritos arriba no significa que el paciente desarrollará Parkinson indefectiblemente. Pero los estudios elaborados hasta ahora señalan que los pacientes de la enfermedad han manifestado todos o alguno de estos síntomas.
Si estás interesado en formar parte de una investigación que busca identificar el riesgo elevado de desarrollo de la enfermedad en el futuro para poder prevenirla a tiempo o llegar a curarla, acude a la página web de Predict PD (no disponible en español).
Patrick Lewis es profesor adjunto de Neurociencia Celular y Molecular en la Universidad de Reading, Inglaterra. Recibe fondos del Consejo de Investigación Médica de Reino Unido (MRC), el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC), el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), la organización benéfica Parkinson's UK, y Diamond Light Source. Además de su vinculación a la Universidad of Reading, es miembro de lnstituto de Neurología del University College de Londres (UCL Institute of Neurology).
Alastair Noyce ES catedrático clínico asociad en Neurología Preventiva de la Universidad Queen Mary de Londres. Recibe un salario de Barts Health NHS Trust -un centro especializado del sistema de salud público británico en Londres- y de la Unidad de Neurología Preventiva de la Universidad Queen Margaret de Edimburgo (QMU), fundada por la Barts Charity. Ha obtenido becas de Parkinson's UK, el Centro de Neurología Experimental Leonard Wolfson (LWENC) el Centro de Trastornos Del Movimiento de la UCL, y el Virginia Kieley Benefaction. Ha recibido fondos de Britannia Pharmaceuticals, Profile Pharmaceuticals y Global Kinetics Corporation.