El síndrome de Asperger es un trastorno en el desarrollo de habilidades neurológicas, en donde la persona, además de desarrollar un lenguaje sofisticado, tiene muchas dificultades de interacción y de manejo de la vida social o familiar, así como conductas muy obsesivas con elementos de ansiedad y perseverancia, comenta el Dr. Adalberto González Astiazarán, neurólogo pediatra y jefe del servicio de neurología pediátrica del Centro Médico ABC.
Datos de la Organización Mundial de la Salud estiman que 7 de cada 1,000 niños y niñas en el mundo viven con síndrome de Asperger y, la Secretaría de Salud señala que aproximadamente en México 120,000 personas existen con esta condición, de las cuales alrededor de la mitad de ellas llegarán a la edad adulta sin un diagnóstico.
Para saber cómo afecta el síndrome de Asperger a una persona, hay que entender que es un trastorno del desarrollo neurológico, también conocido como trastorno del neurodesarrollo, son perturbaciones que tienen una base neurológica y que pueden llegar a afectar la adquisición, aplicación o retención de habilidades específicas o de la información. Sus efectos se pueden ver reflejados en la memoria, percepción, lenguaje, lógica e interacción social del individuo; y su origen puede ser muy diverso, entre ellos se encuentra el síndrome de Asperger.
Esto fue detectado por el Dr. Hans Asperger, médico adscrito en una clínica de Viena donde se atendía a niños con trastorno del desarrollo neurológico. Durante este periodo de la década de los 40, durante la segunda guerra mundial, el Dr. Asperger trabajaba a las órdenes del director de la clínica infantil de la Universidad de Viena, el Dr. Franz Hamburger, quien formaba parte del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes.
En un principio, el Dr. Asperger, junto con su enfermera detectaron ciertas características particulares en niños y se generó un reporte. Un año después, Leo Kanner en Nueva York le dio estructura al concepto de Autismo; ya en la década de los 80 fue cuando se empezó a consolidar toda esta información para dar a conocer el síndrome.
Al día de hoy, no se ha identificado la causa para el desarrollo de este síndrome. Lo que se sabe es que es una enfermedad esporádica y, si bien, puede darse el caso que una familia tenga a más de una persona con esta condición, también es una situación sumamente rara. Lo frecuente es que se presente como un caso esporádico e individual.
Una persona que presenta síndrome de Asperger nacerá con esta condición, pero es posible que en las edades tempranas manifieste pocas señales y conforme se va generando su desarrollo neurológico, los rasgos comenzarán a ser cada vez más apreciables y marcados.
La realidad es que no existe un momento específico para que se active el síndrome, pero conforme la niña o el niño va creciendo y llega a la edad escolar, ya se suelen percibir los signos característicos. Un niño con Asperger puede vivir momentos muy angustiantes a partir de esta etapa de su vida, especialmente si no se ha diagnosticado.
Cada caso de una persona que vive con Asperger será particular y diferente, así como el nivel de intensidad con el que presenta estos signos. Existen personas que tienen un nivel muy superficial que interfiere realmente poco con su vida diaria y sus relaciones interpersonales. Pero, por otro lado, también puede haber personas con síntomas muy severos que vuelven su incapacidad social grave y hasta un simple saludo es una situación muy difícil.
Dentro de los principales signos que puede presentar una persona con Asperger se encuentran:
● Dificultan en la interacción social: este aspecto puede ser el más disfuncional de la persona, debido a que se aprecia poca o nula empatía hacia las otras personas, incluyendo familiares; aquí se puede percibir que la persona está desconectada de las otras personas y no sigue la convivencia convencional.
● Forma de hablar diferente: aquí se engloban dos situaciones:
o Lenguaje formal: con frecuencia, una persona con Asperger puede presentar una manera de hablar muy formal, que incluso se puede percibir como sofisticada o hasta llegar a sentirse pedante; suelen emplear tecnicismos, cultismos o modismos, así como expresiones pomposas o muy formales.<dd>
o Trastornos de la comunicación: en términos generales, dos personas que no hablan el mismo idioma se pueden llegar a comunicar con el apoyo de otras herramientas, como los dibujos, la mímica o hasta los gestos; pero una persona con Asperger puede tener dificultad para entender la estructura de la comunicación.
● Comportamiento obsesivo: suelen presentarse conductas repetitivas y restringidas a un nivel anormalmente intenso. Aquí uno puede confundirse entre una persona obsesiva con una persona perfeccionista; en el caso del perfeccionista, aunque en efecto se busca la perfección, entiende que hay situaciones que impiden lograr llegar a esto, mientras que una persona obsesiva no tiene esta comprensión y puede llegar a niveles muy altos de ansiedad en caso de que lo que busca perfeccionar no se logre, esto puede ir desde el orden de las cosas en su habitación hasta la creación de algo.
En función al nivel de intensidad con que se presenten estas características, la interacción social y el desenvolvimiento de la persona en su vida diaria se podrá ver poco o gravemente afectada.
El Dr. González Astiazarán indica que es importante entender que a pesar de estas situaciones no se debe considerar que la persona tiene algún tipo de déficit cognitivo o retraso mental. A lo largo de la historia de la humanidad se han detectado a personas que han logrado grandes cosas, pero también hay casos donde su integración ha sido muy complicada, motivo por el cual es importante diagnosticar y recibir la atención adecuada lo antes posible.
Como ya se ha señalado, el síndrome de Asperger, aunque es un trastorno con el que se nace, se va percibiendo con mayor intensidad conforme el niño o la niña va creciendo y comienza a tener una mayor interacción social.
Por este motivo es importante que tanto la madre como el padre, o toda persona que esté a cargo del menor, preste atención al comportamiento del pequeño.
Aquí se deben buscar señales como que el niño no pueda salir de su cuarto a menos que todo esté exactamente en el orden específico que él o ella consideran para las cosas; pueden percibir una obsesión con cualquier rutina o actividad de su vida y entra en situaciones de ansiedad si esto no se logra.
También si se percibe dificultad para la integración familiar o social y en el desarrollo del lenguaje, que se exprese de manera diferente a como lo hacen otros niños o niñas de su edad.
En caso de percibir estas tres características, la realidad es que no significan que el niño esté presentando el síndrome de Asperger, solamente significa que tiene las características necesarias para realizar una evaluación clínica.
La evaluación clínica la deberá hacer un neuropsicólogo pediatra, neuropsiquiatra o un neurólogo para los menores; pero si la sospecha de Asperger es en un adulto, el neuropsicólogo, neuro psiquiatra y neurólogo no pediatras son los especialistas en su atención.
Una vez que se ha llegado con el especialista, este realizará un interrogatorio para conocer las características de la persona, identificar si presenta los signos en cada momento de su vida o descubrir si hay gatillos que los provoquen en situaciones particulares.
Aunque los signos previamente señalados son característicos de una persona con síndrome de Asperger, es importante entender que no son exclusivos, señala el Dr. González Astiazarán. Para llegar al diagnóstico también se deberá identificar si existen situaciones físicas, como podría ser actividad eléctrica cerebral alterada, para comprender si hay otra causa de esta situación.
Si se ha descartado cualquier posible causa, mediante diferentes estudios e interrogatorios, y se ha llegado al diagnóstico afirmativo de Asperger. Se deberá buscar una atención multidisciplinaria, donde la familia es el centro de la atención.
Aquí se deberá incluir buscar una escuela que sea capaz de manejar esta situación, así como conocer el potencial intelectual del niño o de la niña.
En caso de que el paciente tenga manifestaciones intensas de ansiedad u obsesivas, se podrá buscar emplear el uso de medicamentos, aquí cabe aclarar que no existen medicamentos para tratar el Asperger, son medicamentos para atender condiciones funcionales del paciente.
El síndrome de Asperger es una condición que no se podrá curar nunca, pero si se atiende de manera correcta y temprana, se podrá buscar disminuir los problemas que podría llegar a generar en el día a día del paciente, así como los problemas y frustraciones que puede llegar a desarrollar la familia.
En el Centro Neurológico del Centro Médico ABC podrás recibir atención especializada en el diagnóstico, atención y tratamiento de pacientes con síndrome de Asperger; así como la atención pertinente si se detecta que hay otras comorbilidades relacionadas o no a este padecimiento.