Para el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), que es el centro más importante de México y el segundo en América Latina, y cuya plantilla supera los 600 científicos del más alto nivel que forman a 3 mil estudiantes en maestría y doctorado, el recorte del 75% en gastos de operación representará la cancelación de proyectos de investigación de frontera, trabajos en laboratorio, formación de estudiantes e incluso podría generar el cierre de algunas de las 10 unidades de investigación que tiene en todo el país.
Gerardo Herrera Corral, doctor en Física por la Universidad Técnica de Dortmund, Alemania, que encabeza la participación de México en el CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear), donde trabajan alrededor de 60 investigadores mexicanos, afirma que este recorte “es el tiro de gracia” para la ciencia mexicana, pues es una suma de golpes que comenzaron cuando les quitaron el seguro de gastos médicos mayores, un requisito internacional para todo científico que trabaja fuera del país.
“Hemos estado sufriendo varios embates. Primero fue la pérdida de los seguros de gastos médicos mayores, los canceló la presente administración porque los consideró un lujo y un privilegio, nada más alejado de la realidad, es una herramienta de trabajo. Después vino la reducción a presupuestos de ciencia y tecnología; luego la desaparición de fideicomisos. Se amenaza ahora con desaparecer el Fideicomiso del Cinvestav que también nos permitía sobrevivir en tiempos de crisis, de manera tal que se va cerrando un círculo que estrangula la actividad científica”, dice el investigador del Sincrotrón Alemán de Electrones.
Herrera Corral y otros tres investigadores con doctorados internacionales, Liliana Quintanar Vera, Alma Maldonado-Maldonado y Rosa María del Ángel Núñez, dan cuenta del impacto que tendrá este recorte para el Cinvestav y para sus proyectos de investigación, y puntualizan que no han tenido apoyos adicionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) desde hace tiempo, y que ahora el fondo de sobrevivencia desaparece.
“Prácticamente ya es el tiro de gracia a la investigación en México, eso es lo que está ocurriendo, se le está dando el tiro de gracia a proyectos de investigación, en particular en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados”, asegura Herrera Corral, quien desde hace 26 años trabaja en la colaboración ALICE del Gran Colisionador de Hadrones en el CERN.
En 26 años han trabajado en el diseño y construcción de detectores para el Gran Colisionador, tan sólo en ALICE han creado tres dispositivos que actualizan permanentemente. A finales de este año o principios de 2021 deberán remplazar con nuevas versiones, es decir, ya están en los últimos detalles de los tres detectores: el FDD, el B0+ y el de Rayos Cósmicos, sin embargo, el recorte pone en duda incluso que puedan viajar, “con esta situación pues significa que estas actividades difícilmente podrán ser llevadas a cabo”, dice Herrera Corral.
El grupo de ALICE es de alrededor de 40 personas, 16 de ellos son investigadores de la Universidad de Sinaloa, Universidad de Puebla, la UNAM y del Cinvestav. En tanto que en CMS, hay investigadores de la Universidad de San Luis, la Universidad de Michoacán, Cinvestav y la de la Universidad Iberoamericana; y en N69 hay investigadores de varias universidades, “de manera que es una participación nacional, hay muchas instituciones del país involucradas en estos proyectos; en el CERN hay unos 60 mexicanos entre investigadores, estudiantes y técnicos”, afirma Herrera Corral.
“Tenemos una gran responsabilidad en el CERN. Además otro grupo de investigadores mexicanos está trabajando en la actualización de otros detectores. Todo eso requiere de dinero para la participación, pero también requiere de movilidad, necesitamos ir, estar presentes para las instalaciones, pero con esta situación pues significa que estas actividades difícilmente podrán ser llevadas a cabo”, añade el investigador.
Y ese podría ser el caso de los otros dos equipos de investigadores mexicanos que trabajan en el CERN. Gerardo Herrera dice que obviamente todos compiten para tener fondos externos,
Liliana Quintanar Vera, quien es doctora en Química por la Universidad de Stanford y realizó una estancia sabática en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), asegura que el recorte de 75% los afecta “porque pone en peligro la viabilidad y la operación del día a día de los laboratorios, así como nuestra capacidad de respuesta ante la pandemia que estamos viviendo el día de hoy”.
Para la ganadora de la Beca L’Óreal-UNESCO-AMC para Mujeres en la Ciencia 2007 también se compromete la viabilidad y el avance de los proyectos de tesis de maestría y de doctorados de los diferentes programas de posgrado del Cinvestav. “Tenemos más de 3 mil estudiantes en nuestros programas de maestría y doctorado, es mucho lo que está en riesgo, estamos pidiendo que se nos trate como el centro de investigación que somos, el número uno en México, el número dos o tres en Latinoamérica”.
“La investigación que se realiza en nuestros laboratorios está financiada por Conacyt y otras agencias de financiamiento de ciencia de México y de otros países, porque tenemos también varios proyectos internacionales, sin embargo cada vez que competitivos por esos donativos, Cinvestav nos apoya con una carta compromiso de que habrá fondos concurrentes que es un apoyo en términos de los gastos de operación básicos del centro y es ahí donde se recorta”, afirma Liliana Quintanar Vera quien en octubre cumplirá 15 años en Cinvestav.
La doctora cuyo grupo estudia la interacción de metales con proteínas implicadas en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y Parkinson, y degenerativas, como diabetes tipo 2 y cataratas, dice que la Ley de Ciencia y Tecnología vigente, dicta que se debe destinar el 1% del PIB al sector de ciencia y tecnología, “esa ley nunca se ha cumplido ni por los gobiernos neoliberales ni por el gobierno actual y ha habido muchas promesas, en realidad siempre ha sido una batalla competir por los fondos”.
Alma Maldonado-Maldonado, doctora en Educación Superior por el Boston College de Estados Unidos, externa su preocupación sobre lo que puede significar el recorte para el desarrollo, que es de por sí complicado y precario. “Tener que parar de aquí a diciembre es poner en riesgo experimentos que se han estado trabajando por años, o tener que dejar de producir trabajos, las tesis de los estudiantes”.
La investigadora del Cinvestav desde hace 10 años tiene claro que muchas de estas tesis de los estudiantes dependen del trabajo que se hace en laboratorio, “entonces ¿qué va a pasar con todo esto, qué va a pasar con los nuevos estudiantes, hay mucha incertidumbre, sí creo que es una situación que nos deja muy vulnerables”.
Maldonado-Maldonado reitera que el Cinvestav es el centro que tiene mayor concentración en comparación con el número total de investigadores en el SIN y una altísima producción. Dice que ella se repatrió -era investigadora en Estados Unidos-, porque Cinvestav era un lugar absolutamente atractivo para trabajar.
“Eso nos preocupa, no es que antes hubiera mucho más dinero, quizás no había esta narrativa tan en contra de los investigadores, nos reconocían más, pero ahora no nos reconocen y todo el tiempo hay críticas muy duras, sin conocimiento, y tampoco nos dan dinero. ¿Qué va a pasar con la afectación de estas instituciones y cuánto tiempo nos va a tomar recuperarnos de estas afectaciones?”, señala la estudiosa de políticas de educación superior y movilidad académica e internacionalización de la educación superior.
Rosa María del Ángel, doctora en Ciencias con estudios de posgrado en Microbiología por la Universidad de Columbia, Nueva York, señala que hasta el momento ninguna autoridad del Cinvestav les ha informado sobre el recorte; sin embargo, externa su preocupación pues en caso de concretarse, los más afectados serías los estudiantes.
“Si en estos momentos se dieran un recorte, sería catastrófico sobre todo para los estudiantes. Ellos tienen un tiempo finito para terminar sus posgrados porque Conacyt no está dando extensiones de becas en este momento a pesar de la contingencia. Si se concreta, los estudiantes se quedarían sin recursos y de paso, sin grado académico. El gobierno ya invirtió en ellos, si el laboratorio donde están se queda sin recursos, no hay manera de que sigan”, dice la especialista en virus como el dengue, zika y sarampión.
La investigadora trabaja en el Cinvestav desde hace 30 años y sostiene que el presupuesto actual es ajustado: “Los recursos que nos da el gobierno nos permiten mantener el laboratorio, pero realmente nuestras investigaciones salen de donativos que tenemos que conseguir. En los últimos años me ha tocado poner de mi bolsillo para poder continuar, porque para nosotros lo primordial es sacar adelante el trabajo y a los muchachos”.
Liliana Quintanar Vera afirma que todos los científicos y estudiantes de ciencia tienen el sueño de tener un país donde la ciencia sea un pilar de la educación pública, de la formación de ciudadanos con una conciencia crítica y del desarrollo económico.
“No vamos a ser competitivos, ni vamos a poder darles las condiciones a los jóvenes que aspiran a ser científicos si seguimos con estos recortes. Todos estos recortes abonan a que la viabilidad de hacer ciencia en México cada vez más va decayendo y es una gran pérdida que por esta emergencia sanitaria pongamos en riesgo nuestra capacidad de respuesta ante este tipo de emergencias, si no seguimos invirtiendo en ciencia ni en formación de recursos humanos de alto nivel, pues dentro de diez o quince años que llegue otra emergencia sanitaria el sistema de ciencia y tecnología no va a tener la capacidad de respuesta, perderemos todo lo que se ha hecho con mucho esfuerzo en las últimas décadas”, dice Quintanar Vera.
Gerardo Herrera Corral lamenta los recortes al Cinvestav y a los centros públicos de investigación, “muchos de los investigadores que formamos la comunidad científica del país creímos en este gobierno, muchos de nosotros consideramos que los gobiernos de izquierda son los que han apoyado a la ciencia y a la cultura, entonces resulta desilusionante ver que un gobierno de izquierda ha reducido los presupuestos en cultura y ha reducido los presupuestos en ciencia. No era lo que esperábamos. En ese sentido es una decepción”.