Ante el surgimiento de un brote pandémico , la información falsa es uno de los factores que provoca en la sociedad una alteración de su comportamiento y orilla a que las personas tomen decisiones ante el miedo de contraer una enfermedad.
De acuerdo a Tedros Adhanom , director general de la O rganización Mundial de la Salud (OMS) , la “infodemia” es “una epidemia nociva que se genera durante los brotes”, que afecta a la convivencia social a través de noticias alarmantes . Por ello, el doctor Juan José Sánchez Sosa , de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) resolvió dudas en torno a este fenómeno y la manera en qué debemos hacerle frente.
“Uno de los aspectos que más impactan a la población tiene que ver con la posibilidad que tiene de acceder a información brindada por una fuente confiable”, dijo el especialista en medicina conductual en entrevista con EL UNIVERSAL.
La sociedad es la primera en contribuir con la propagación de la “infodemia”, pues "la gran mayoría de personas replica, casi automáticamente la información que reciben a través de avisos que no solicitaron a su dispositivo móvil. Noticias que muchas veces son creencias totalmente sesgadas o información falsa, y en vez de usar el tiempo en cotejar si el contenido es real, simplemente, empiezan a difundirlo“, detalló el docente en ciencias sociales.
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Los efectos de la “infodemia” se ajustan con perfección al hecho de que las poblaciones han tenido que detener sus actividades rutinarias y, por ende, cuentan con más tiempo para ahondar en la información que circula en redes sociales, uno de los espacios en que las noticias falsas se propagan con mayor fluidez.
Sánchez Sosa reflexionó que otro de los aspectos adicionales es que si una noticia es publicada en una variedad de medios, se piensa como verídica: “Con que una persona vea en dos, tres o cuatro fuentes diferentes información similar, empieza a creerla”, y eso sólo provoca que las noticias falsas se conviertan en una costumbre dentro de las sociedades humanas . “Si se oye una mentira muchísimas veces, hay gente que empieza a creerla como si fuera verdad”, recordó.
“A través del encuentro con información alarmante, la gente se angustia y supone que es una noticia real. Entonces actúan a partir de conductas que son congruentes con esa conciencia generada por la información”, es decir “si el lector tiene acercamiento a una nota que explica que la pandemia en México ha terminado, este (individuo) reactivará sus actividades, saldrá a la calle y tendrá contacto con las demás personas”, que es lo que se ha evitado mediante las medidas de confinamiento.
El investigador dijo que el segundo problema es la saturación en medios de difusión masiva y digitales, por lo que la gente tiene dificultades para separar entre lo que es falso y lo verídico, además que no tiene forma para saber el origen de la información.
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Indicó que la tercera de las cuestiones que encierra a la desinformación es el hecho de que “hay quienes dispersan este tipo de noticias con la intención de hacerla pasar como verídica y el mensaje llega a uno sin que siquiera lo permita…”.
Ejemplificó que “si un aviso dice… ´recientemente las cifras en México reflejan, o las investigaciones o fuentes oficiales demuestran que´", lo que siga a esas frasesse tiende a dar por verosímil.
“Entonces son dos los problemas, primero la gente que trata de hacer pasar la información por confiable, y segundo quienes la creen y distribuyen. Entonces que tenemos un mensaje falso que se masifica y convierte en 500 reenvíos en 15 minutos”, aseguró el acreedor al título Doctor Honoris Causa por la Universidad de Otawa.
La alteración de la información no es exclusivo de la cuarentena, es una situación que ocurre prácticamente en cualquier época y ámbito del quehacer humano, aunque muchas veces tienen detrás intereses políticos o económicos.
Juan José Sánchez Sosa exhortó a la población a prestar mayor atención en los contenidos a los que tiene acceso, así como que el internet es un sistema que no tiene forma de garantizar por sí mismo la veracidad de las cosas que se dicen.
nrv