La pandemia toma nuevos caminos. Los contagios se han incrementado alrededor de 30% en todo el mundo en las últimas semanas. Para finalizar la primera semana de junio, nuestro país sumaba más de 32 mil casos al día y las proyecciones de los especialistas son que podrían reportarse 70 mil casos diarios a finales de este mes y principios del siguiente para posarse en la parte más alta de la quinta ola de Covid-19 .
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que la nueva ola se debe al hartazgo de la gente después de dos años de pandemia y al relajamiento de las medidas de seguridad. A esto se suma que ómicron retoma la batalla con la presencia cada vez más contundente de dos sublinajes del SARS-CoV-2 que ya se han detectado en docenas de países. La principal característica de BA.4 y BA.5 es que muestran una mayor capacidad de volver a infectar, incluso a vacunados o personas con infección previa. Su presencia se está volviendo más contundente porque pueden propagarse más rápido en personas que eran inmunes a linajes anteriores.
En México, según el Reporte de Vigilancia Genómica del SARS-CoV-2 con distribución nacional y estatal al 4 de julio del 2022, 23% de las secuencias registradas ya pertenecen al linaje BA.5. Las subvariantes se detectaron por primera vez en Sudáfrica en enero y febrero de 2022 y se convirtieron en las dominantes en ese país en mayo de este año. La tendencia creciente en los indicadores epidemiológicos de varios países que las fueron detectando paulatinamente provocaron que a mediados de mayo pasaran de ser variantes de interés a variantes de preocupación. Aunque el impacto de la enfermedad parece no ser tan agresivo, el aumento repentino de contagios le da la oportunidad al virus de mutar. Durante 3 a 7 días una persona infectada posee miles de células que producen copias donde pueden aparecer mutaciones con efectos inesperados .
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Estos sublinajes del clado ómicron (B.1.1.529), comparten el mismo perfil de mutación en el gen de la espiga, mientras que tienen diferentes conjuntos de mutaciones en el genoma restante. Las dos subvariantes son más similares a BA.2 que a la cepa BA.1 que inició a subrayar la presencia de ómicron a fines del año pasado, pero BA.4 y BA.5 llevan sus propias mutaciones, incluidos los cambios llamados L452R y F486V en la proteína del pico viral que modifica su capacidad para adherirse más rápidamente a las células huésped.
El aumento de las variantes
En un reciente artículo titulado “¿Qué significan las variantes de ómicron BA.4 y BA.5 para la pandemia ?”, publicado en la revista Nature, la genetista evolutiva Bette Korber del Laboratorio Nacional de Nuevo México en Los Alamos sugiere que las ventajas de transmisión de estas ramificaciones son el resultado de cambios biológicos que aceleran la infección, permitiendo que el virus infecte a más gente más rápidamente. Lo que han observado específicamente con el surgimiento de BA.4 y BA.5 es que este cambio radica principalmente en su capacidad para infectar personas que eran inmunes a formas anteriores de ómicron y otras variantes.
En el artículo también se explica que los estudios de laboratorio muestran que los anticuerpos desencadenados por la vacunación son menos eficaces para bloquear BA.4 y BA.5, incluso en el caso de las personas con inmunidad híbrida , es decir las que tienen vacuna e infección previa. El virus aún reconoce la cepa ancestral en la que se basan las vacunas , pero el escape inmunitario se vuelve más probable. Las afectaciones más graves sólo se observan en las personas mayores de 60 años y con comorbilidades. Es por eso que en países con personas donde estos grupos son mayores, los riesgos se incrementan, sobre todo en lugares donde los esquemas de vacunación no han sido consistentes.
30%
han incrementado
los contagios alrededor de todo el mundo en las últimas semanas
Según datos del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, el primero en detectar estas subvariantes, se presentan otros síntomas que las diferencian de sus antecesoras. El tiempo de incubación más breve es una característica fundamental, pero también comparten otros síntomas con sus predecesoras, como fiebre, dolor de garganta, fatiga, dolor de cabeza, congestión y tos. Estas subvariantes vuelven a provocar pérdida de olfato y gusto, síntomas que ya no eran tan frecuentes en las últimas variantes del Covid-19.
Hasta el momento, el recuento de síntomas más comunes incluyen fiebre, cansancio, tos y mucosidad, así como dolor de garganta, cabeza y muscular. Además, algunos pacientes han informado de falta de apetito. Entre otros síntomas menos frecuentes se encuentran lumbalgia, náuseas, mareos y sudores nocturnos. Aún su presencia es muy reciente para conocer las consecuencias a largo plazo de estos sublinajes; sin embargo, en un reporte generado a finales de junio por investigadores del King´s College de Londres, quienes estudiaban los efectos de ómicron en relación con delta con diversos grupos de control, determinaron que el riesgo de síntomas persistentes (el llamado Covid largo) de los pacientes de ómicron descendía a 4.4% del 11% asociado con la variante delta.
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La batalla de la humanidad contra el virus no cesa. En India se ha detectado una nueva subvariante, denominada BA.2.75, que los expertos están siguiendo con atención. La nueva subvariante de ómicron ha sido bautizada por la comunidad científica como Centauro y protagoniza una rápida transmisión comunitaria que en India ha mostrado pistas de superar el ritmo de transmisión de BA.5. En el país asiático, ya representa más del 20% del total de los nuevos positivos de Covid-19.
BA.2.75 también avanza en su expansión internacional, pues ya ha sido detectada en otra docena de países, de acuerdo con la OMS. Según declaraciones de Soumya Swaminathan , científica jefe de la OMS, actualmente se desconoce la gravedad y el potencial de evasión inmunológica, por lo que aún no se declara como variante de preocupación, pero se mantiene firmemente vigilada.
El futuro de la pandemia
A pesar de los cambios en el virus, las vacunas se mantienen como el principal escudo contra el SARS-CoV-2. Después de dos años de investigación, los fármacos para tratar a las personas con Covid-19 aún no tienen una presencia clara y los ensayos clínicos necesarios para probarlos se vuelven cada vez más complejos, pues finalmente las vacunas han llevado a una disminución de la enfermedad grave que también ha mermado el grupo de posibles participantes en los ensayos de nuevos medicamentos.
Oficialmente se han infectado 555 millones de seres humanos por SARS-Cov-2, pero la cifra podría ser mucho mayor.
20%
Del total
de los nuevos positivos en India son de la nueva variante Centauro
Especialistas como Ravindra Gupta, virólogo de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, han señalado que lo que viene después aún es una incógnita, pero es muy poco probable que con estas nuevas subvariantes se cierre el ciclo del virus, pues vendrán otras que busquen más posibilidades en penetrar la inmunidad ya adquirida.
En el texto de Nature, Kei Sato , un virólogo de la Universidad de Tokio, señala que se han identificado varios puntos en las proteínas espiga que fácilmente podrían mutar en otros sublinajes de ómicron, pero también existe la posibilidad de la aparición de una variante de una rama diferente del SARS-CoV-2.
Lo que esto significa para el futuro de la pandemia es que las medidas como el uso de cubrebocas y algunas restricciones deben permanecer para evitar los contagios , mientras las vacunas siguen manteniendo un nivel de protección que necesitará ser ajustado en futuras versiones. Los nuevos y acelerados contagios parecen más inofensivos, pero no lo son para el futuro de la pandemia.
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