Ante el desarrollo de más de 50 vacunas , un grupo de científicos coincidió en que la población no debe bajar las medidas para combatir el Covid-19 , ya que el virus no desaparecerá de la noche a la mañana.
Entre las vacunas que hasta la fecha demuestran resultados prometedores se ubican las desarrolladas por las farmacéuticas estadounidenses Moderna, Pfizer, con un 94.5% y 95% de efectividad respectivamente. Otra de las vacunas avanzadas es “Sputnik V”, liderada por el centro de investigación ruso Gamaleya, que presentó un 95% de efectividad.
A este respecto, el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) entrevistó a diferentes especialistas en biotecnología sobre qué esperar, luego de que las vacunas sean autorizadas y distribuidas por los sistemas de salud a nivel global.
“Todo el mundo piensa que la Covid-19 desaparecerá con la vacuna, pero su desarrollo es un proceso muy largo y complejo donde no siempre se obtienen resultados satisfactorios”, aseguró José M. Jiménez, investigador del Kings’s College de Londres.
Sin embargo, Sonia Zúñiga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSBIC) aceptó que la administración de las primeras vacunas abrirá paso para perfeccionar las técnicas de otros tratamientos de inmunidad a futuro: “El mensaje positivo que hay que transmitir es que se va a lograr, más pronto o más tarde, con una tecnología o con otra”.
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Por su parte, la investigadora Martina Bécares de la Universidad Autónoma de Madrid aceptó que “se ha avanzado mucho. Con ninguna enfermedad se había llegado a fase III en ocho meses y esto empezó en marzo”. Sin embargo, advirtió que hay procedimientos que no pueden acelerarse.
Otras de las posturas en torno a las vacunas tiene que ver con la falta de datos públicos respecto a su elaboración, pues hasta la fecha la única información con la que se cuenta es la que proporcionan los medios de comunicación, a través de los que se “ponen énfasis en lo positivo porque el propósito es más empresarial que científico”, expuso Isabel Sola del CNB-CSIC).
La sobreprotección en la información ha producido descontento dentro del gremio científico, ya que las farmacéuticas demuestran un intento de monopolizar el método para la fabricación de vacunas, como su principal objetivo, y no el combate de la enfermedad que ha cobrado la vida de más de un millón 300 mil personas.
William Haseltine, empresario biotecnológico, fue uno de los primeros investigadores que manifestó su escepticismo sobre la creación de vacunas, pues aseguró que “al no establecer un criterio para la prevención de la infección, sino solo evitar los síntomas leves”.
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“Están haciendo ensayos para prevenir los síntomas del resfriado y no aseguran que protegerán de las consecuencias serias de la Covid-19. Parece que las farmacéuticas asumen que la vacuna nunca evitará la infección”, detalló Haseltine.
En contra parte, Jorge Carrillo del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa expresó que no considera que la ineficacia de inmunidad de algunas vacunas sea completamente negativa, pues si bien no pueden evitar la muerte de las personas con sintomatología grave, tendrán la capacidad de disminuir el número de infecciones y por lo tanto, controlar la enfermedad.
“Aunque no sea eficaz evitando la muerte de mayores podría hacer que se infectaran menos, por lo que sí sería útil”, explicó Carrillo, ya que de este modo “se puede reducir la infección y con eso ya disminuyes la transmisión y las muertes”.
Respecto a la duración de la inmunidad, la viróloga Sonia Zúñiga dijo que aún es muy pronto para saberlo, ya que el comienzo de los ensayos fue relativamente hace poco, por lo que tendrán que pasar hasta seis meses para confirmar si los voluntarios que fueron vacunados siguen protegidos.
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“No lo sabemos y es clave, porque con las vacunas de ARNm no tenemos experiencia de si la inmunidad va a durar dos meses o un año”, agregó Isabel Sola.
Otro de los factores que más preocupa a la población es conocer quiénes serán vacunados primero. Algunos investigadores proponen que los sectores en los que se debe priorizar la administración de las primeras vacunas son en el personal sanitario y las personas mayores de 65 años.
Los expertos coincidieron en que el regreso a la normalidad no sucederá pronto, ya que el proceso de vacunación será largo. Por lo que recomendaron a la sociedad civil actuar con prudencia y cautela: “Las mascarillas y la distancia social no desaparecerán el año que viene”, puntualizaron.
nrv