Ciencia y Salud

Primeros años de AMLO, sin 1% del PIB a Ciencia

Las titulares de las Comisiones en ambas Cámaras plantean proyectos y hablan de los recursos. Se propone blindar el presupuesto

María Marivel Solis presidenta de la Comisión de Ciencia en la Cámara de de Diputados y Beatriz Paredes presidenta de la misma Comisión en el Senado de la República. FOTO: IVAN STEPHENS. EL UNIVERSAL
23/10/2018 |23:21Leonardo Domínguez |
Redacción El Universal
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luis.dominguez@clabsa.com.mx

En el tercer debate presidencial se le preguntó al entonces candidato Andrés Manuel López Obrador: “¿Qué país ofrece usted, desde la ciencia y la tecnología?” Ante la fiebre de promesas en las campañas, el tabasqueño contestó: “Uno que destine más recursos a la ciencia y la tecnología. No se cumple la ley, se establece que debe destinarse el 1% del Producto Interno Bruto, se está destinando la mitad”.

Sin embargo, en los primeros años del gobierno de López Obrador tampoco se cumplirá ese decreto. De acuerdo con María Marivel Solís (Morena), presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, el plan será “incrementar año con año el presupuesto hasta llegar a 1% del PIB al final del sexenio”.

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Para asegurar que se llegue a 1%, la diputada Solís señala que se va “a reformar el artículo 9 de la Ley General de Ciencia para que no pueda haber disminución al presupuesto. Esta iniciativa nos permitirá no caer en más retrocesos”.

Del otro lado, la senadora Beatriz Paredes, presidenta la misma Comisión pero en la Cámara Alta, reconoce que el gobierno de su partido, encabezado por Enrique Peña Nieto, no cumplió con ese 1% con todo y que quedó plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo. En el ocaso del sexenio priísta, la inversión en este rubro apenas alcanza 0.5%. Un presupuesto menor al que se destina a ciencias en países de Latinoamérica como, Argentina y Brasil.

“Es una meta que ya está planteada en la legislación y que incluso en otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico es mucho mayor, así que hay que multiplicarlo”, admite Paredes.

En entrevista, las legisladoras hablan de su visión de la ciencia en la política pública, los planes, retos que enfrentaran y la experiencia que tienen para estar en las comisiones.

La Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados se conforma por ocho secretarios y 17 integrantes de distintos grupos parlamentarios. Mientras que en el Senado está compuesta por dos secretarios y 10 integrantes, entre ellos, Gustavo Madero, exdirigente del PAN.

Trayectorias. Ingeniera industrial por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la diputada detalla que uno de los propósitos de la Comisión será “promover fuertemente el tema de innovación, que es fundamental para el desarrollo del país, y articular programas que nos permitan permear en la sociedad”.

Dice poseer las credenciales necesarias para este cargo: “Después de ser académica y directiva en la UAEH durante 28 años me siento capaz de llevar a cabo este reto”. Tomó un diplomado en innovación que le permitió “conocer a fondo el panorama de la ciencia, la transferencia de tecnología y propiedad intelectual en México”.

Mientras que la senadora del PRI, que estudió sociología en la UNAM, asegura que aunque no ha incursionado en ningún área de las ciencias exactas, su capacidad de gestión pública le ha “permitido tener un trato muy constructivo con el mundo de los científicos”. Aunque Paredes cuenta que presidió la Comisión de Ciencia en la Cámara de Diputados en la LII Legislatura, y fue presidenta del PRI, cuando este partido encabezó la penalización del aborto en 17 estados del país.

Recursos. Para 2018 se aprobaron 91 mil 952 millones de pesos para el Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación, en el Presupuesto de Egresos de la Federación; de éstos, 31 mil 91 millones fueron destinados al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Desde 2016 se han reducido los fondos otorgados a este Consejo, lo que ha ocasionado ajustes en el manejo de sus programas.

La semana pasada, María Elena Álvarez-Buylla, próxima titular del Conacyt, expresó ante diputados e investigadores que la reorganización de esta institución debe ir acompañada de un mayor presupuesto y de su ejercicio trasparente y eficaz.

“Aunque la prioridad del próximo gobierno serán los programas de desarrollo social, el presidente electo ha expresado su compromiso de brindar más recursos al Conacyt. Le externé a la doctora Álvarez-Buylla que nos considere como aliados en la finalidad de conseguir este objetivo”, expresa la diputada, quien luego enfatiza: “Austeridad no significará menos becas. México es un país que tiene grandes científicos y tecnólogos, lo que nos hace falta es impulsarlos”.

A pesar de que las presidentas tienen opiniones distintas respecto a la ciencia, Beatriz Paredes coincide con su colegisladora en que se deben invertir mayores recursos en “las instituciones que tienen una relación con usos innovadores de la tecnología y la ciencia”. En el tema de Conacyt, enfatiza que buscará “garantizar que ninguno de los becarios que están participando en programas vean limitada su posibilidad de ingresos“.

La ciencia y la tecnología, argumenta Solís, son transversales y permitirán el desarrollo del país. Durante su cargo fomentará proyectos que puedan atender las problemáticas nacionales, como el cuidado ambiental, la autosuficiencia alimentaria y el saneamiento de agua residual.

Paredes plantea impulsar la importancia que tiene la ciencia transversal en el sector salud, donde es fundamental la investigación científica; también en el sector educativo para que los programas de estudio fomenten la vocación científica; y en el sector agropecuario, donde las aplicaciones tecnológicas y de investigación deben servir para garantizar la innocuidad alimentaria.

De acuerdo con el último Informe General del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, publicado en 2017, el sector privado tiene una escasa participación en el desarrollo de actividades científicas del país: aporta menos de 25% del gasto en Investigación y Desarrollo Experimental, mientras que el resto recae en el Estado. Ante tal problemática, la estrategia de la legisladora de Morena es formar gestores tecnológicos: “Aquellos perfiles de expertos que son la interfaz entre las universidades y las empresas. Es importante apoyar y difundir esta rama porque son quienes articulan ambos sectores para presentar proyectos que permitan la transferencia de tecnología”.

En países como España, Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia, donde han implementado incentivos fiscales para atraer el capital de las empresas en este rubro, la inversión supera y llega a duplicar a la financiación que hace el gobierno. La senadora del PRI plantea que será muy importante que en México, grupos empresariales puedan participar (en la inversión) y sugerir mecánicas de apoyo. “Tenemos que lograr un cambio en nuestra cultura productiva. Estamos viviendo en la era del conocimiento con una enorme transformación cibernética que está cambiando los modos de producción. Las empresas que no tengan conciencia de la importancia de la investigación y las aplicaciones tecnológicas pertinentes se van a quedar rezagadas”.

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