Una ola de frío dejó una estampa tan bonita como peculiar: las cataratas del Niágara "congeladas".
Así describían la escena visitantes y medios de comunicación de todo el mundo, tras difundir las espectaculares imágenes de hielo y nieve en este enclave único, compartido por Ontario (Canadá) y Nueva York (Estados Unidos).
Una visitante identificada como Emma Grafham manifestó a la cadena estadounidense CNN que sentía como si estuviera "en el castillo de Elsa", en referencia a la película de animación Frozen.
En enero del año pasado también se produjo esta estampa, gracias a temperaturas mantenidas por debajo de los -10 grados celsius.
No obstante, los expertos aseguran que solo se trata de una especie de ilusión óptica.
Pese a que algunas partes de las cataratas aparecen congeladas, nunca se pueden congelar por completo, según precisan expertos consultados por la BBC.
La última vez que el famoso enclave se congeló fue a principios de los siglos XIX y XX.
Pero la creación de la planta generadora de la Autoridad de Energía de Nueva York en la década de 1930 cambió la situación.
"Eso ya no pasa; simplemente no puede pasar", aseguró Angela Berti, de la oficina de parques estatales de Nueva York.
Eso no quiere decir que nos engañe la vista: el hielo y la nieve causados por el frío extremo que puede azotar esta zona del mundo están ahí.
Pero el agua de las cataratas también.
"En algunos casos, en los últimos dos años, cuando ha hecho mucho, mucho frío durante todo el invierno, casi no se ve el agua cayendo", explica Berti.
"Pero lo está, detrás del hielo y las piedras".
Congeladas o no... lo cierto es que la imagen de las catartas es impresionante.