Aunque casi la mitad de mujeres recurren a diversos métodos anticonceptivos actualmente, al menos 171 millones de ellas no los usan pero buscan evitar un embarazo . En este contexto, especialistas urgieron nuevas formas de contracepción más eficaces y accesibles para toda la población, pues su desarrollo está estancado desde hace décadas.
“Para muchas mujeres en todo el mundo, la anticoncepción ha sido difícil de obtener o pagar, incluso antes de la pandemia de Covid-19 ”, apuntó una publicación de la revista “Nature”.
Esta situación ha tenido como consecuencia el 40% de los embarazos involuntarios a nivel mundial, de los cuales cerca de la mitad terminan en abortos inducidos . Esto puede ocurrir porque no se utilizaron anticonceptivos durante el coito, el método falló o simplemente porque su uso fue incorrecto.
Los expertos, basados en estimaciones oficiales, aseguraron que muchas mujeres y hombres catalogan de “ineficientes” a los anticonceptivos disponibles. En el caso de los condones masculinos se registró que, en los primeros años de actividad sexual, se presentaron fallas de hasta del 13%.
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En el caso de los implantes y los dispositivos intrauterinos (DIU), que requieren necesariamente una intervención quirúrgica, resultaron una problemática cultural, ya que para muchas mujeres es considerado como invasivo, situación por la que lo evitan.
Otras de las afectaciones tiene que ver con los métodos en los que se hace uso de hormonas , los cuales provocan sangrado menstrual irregular o impredecible, al igual que el dolor de cabeza, acné y el aumento de peso. También pueden presentarse cambios de humor, hasta el grado de desatar la depresión.
Una encuesta realizada a más de 100 mil mujeres, en 200 países, sugirió que los efectos secundarios, producidos por el uso de diferentes métodos que previenen el embarazo, provocó que las participantes renunciaran a utilizarlos.
Las encuestadas argumentaron que experimentaron, principalmente, cambios de humor, acné, aumento de peso de entre dos a cinco kilos, pérdida de cabello y disminución del deseo sexual.
A su vez, estudios realizados en 2018 demostraron que los métodos anticonceptivos era responsables de causar cambios en la pesadez o la fluidez del sangrado menstrual .
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Entre las cifras públicas, las empresas farmacéuticas han invertido tan sólo el 20% de sus ingresos para la fabricación y distribución de estos medicamentos a lo largo de la historia. Sin embargo, en lo que va de la última década, las oportunidades en innovación de métodos anticonceptivos va en aumento,
“Muchos de los avances científicos de la última década ahora se pueden aplicar al desarrollo de medicamentos no hormonales que se dirigen al óvulo, el esperma o los procesos a lo largo del viaje hacia la concepción”, aseguraron los especialistas.
Los productos contraceptivos, basados en nuevas tecnologías, podrían tener menos efectos secundarios que los actualmente afectan a las mujeres que los utilizan.
Aunado a esta situación, la pandemia por el Covid-19 cambió los servicios de atención médica, “posiblemente para siempre”, advirtieron los especialistas, luego que hay métodos, como la implementación del DIU, que requiere de una consulta, por lo que se contempla que en el futuro sean entregados a domicilio.
Ante esta situación, un grupo de ginecólogos, investigadores y empresas biofarmacéuticas consideraron debe de existir una coalición para la producción de más y mejores métodos anticonceptivos para las mujeres . “Muchos de los pasos necesarios también podrían catalizar la innovación en la anticoncepción masculina”, agregaron.
Además, esperan que los testimonios de algunas personas que han utilizado anticonceptivos nuevos y confiables estimularán más financiamiento e investigación para ofrecer mejores opciones para los consumidores.
nrv