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La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hizo un llamado a la comunidad científica a desalentar el contacto directo con los primates y la publicación de fotografías en la que muestran una cercanía estrecha, pues estas demostraciones alientan a la sociedad a concebir a algunas especies silvestres de forma equivocada, tachándolas de mascotas.
En la actualidad, el surgimiento de distintas enfermedades relacionadas con la “zoonosis” , transmitidas mediante la relación humano-animal o viceversa, preocupa a los expertos de la organización. Por ello, rechazan categóricamente que un grupo de científicos, conservacionistas, estudiantes y cuidadores alienten a la publicación de imágenes en las que interactúan con orangutanes y chimpancés .
Durante décadas, distintas culturas han recurrido al encuentro ficticio entre el humano y los primates como una narrativa atractiva, en la que un gorila de inmensas proporciones y gran sensibilidad se enamora de una mujer, o incluso el enfrentamiento del mismo con un monstruo de naturaleza antinatura enardece a los espectadores. Sin embargo, esas historias quedan reducidas a la pantalla, ya que en la realidad las cosas son muy distintas.
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Duke Brian Hare, antropólogo de la Universidad de Durham en Reino Unido, expresó la necesidad de una campaña en contra de las películas, publicidad y publicaciones en redes sociales que mistifican a los primates como una figura de atracción. "Existe un vínculo causal entre cómo se representan los primates y si sobreviven como animales salvajes, o si la gente hace cosas terribles y trata de convertirlos en mascotas".
Ante esta situación, el primatólogo Siân Waters declaró que así como él y Brian Hare, son muchos los colegas que se unen a las exigencias de la autoridad mundial , en cuidado de la vida silvestre. Este grupo desaprueba a los investigadores que posan junto con los sujetos de estudio para ilustrar las portadas de sus libros o alguna entrada dentro de su perfil.
En este contexto, una publicación de “Nature” informó sobre las nuevas pautas establecidas por la UICN . Entre los puntos principales de la agenda, los especialistas declararon que las practicas en las que primates y humanos son grabados o fotografiados deben de ser modificadas. La petición fue argumentada por medio de experimentos previos, en los que Hare demostró el daño causado por la connotación de estas imágenes.
“Por ejemplo, las personas que veían comerciales con chimpancés en entornos humanos, como una oficina, tenían más probabilidades de pensar que los chimpancés son buenas mascotas y estaban menos preocupadas por su estado de conservación”, aseguraron los investigadores.
Otro de los estudios -prosiguió el grupo de “Especialistas en Primates para las Interacciones entre Humanos y Primates” del UICN- documentó que, luego de la sociedad civil hiciera viral videos en los que las personas juegan con primates, los usuarios de redes sociales demostraron su deseo de tener como mascota a un animal de esta especie .
Los integrantes de la organización expusieron que estas imágenes se propagan sin contexto, alimentando la idea errónea del público que los primates son mascotas, compañeros de juego y accesorios fotográficos. Los expertos dijeron que cuando las personas observan que un científico se acerca a la especie, asumen instintivamente, que ellos también pueden hacerlo sin que ello implique un riesgo.
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Sin embargo, “eso es peligroso para las personas que pueden resultar mordidas, mutiladas o infectadas. Y también es "una amenaza significativa para la supervivencia de los primates", advirtió Hare, ya que las estadísticas más recientes sugieren que el 60% de estos mamíferos son sensibles a la extinción. Entre ellos se encuentran los catalogados “grandes simios”, como los chimpancés, gorilas y orangutanes.
Además, el catedrático en antropología evolutiva manifestó que la caza clandestina es la segunda causa de disminución en la población primate, sólo por debajo de la pérdida de su hábitat. La cacería es motivada por el comercio ilegal de especies. De acuerdo con las Naciones Unidas, en 2013 esta práctica provocó casi 3 mil muertes de grandes simios anualmente , lo equivalente al 1% de su población total.
“Quizás hace 30 o 40 años, un primatólogo pensaría que era genial que se tomaran una foto con su sujeto de estudio”, consideró Janette Wallis, directora del Proyecto Forestal Kasokwa-Kityedo. “Hoy no creemos que sea genial. Es una de esas cosas en las que el tiempo nos enseña qué es seguro, qué es importante y qué es responsable ", puntualizó.
Fue así que los representantes de UICN pautaron que las fotografías deben incluir una barrera física de, por lo menos, siente metros entre las personas y los primates. Además, las personas no deben posar cargando o alimentando a la especie, como tampoco deberán jugar con ellos. Aunado a esto, los científicos tendrán que portar equipo de protección personal (EPPP) como mascarillas, binoculares y blocs de notas para comunicar la naturaleza profesional de la investigación.
En lo concerniente a los investigadores que, anteriormente, publicaron sus encuentros cercanos con primates, mencionaron que tendrán que hacer declaraciones públicas, donde expliquen la falta de ética que acompañó a sus fotografías.
nrv