Tan pronto como ómicron fue clasificada como una variante de preocupación el 26 de noviembre, el interés en el tema se disparó en internet.
Según un informe de Google obtenido por BBC Brasil, "ómicron" fue el término que tuvo mayor crecimiento en el buscador.
Descubierta en Sudáfrica, la nueva variante ya se ha detectado en unos 40 países (incluidos Argentina, Brasil, Chile, México y España) y llama la atención por la cantidad y variedad de mutaciones genéticas que presenta.
Por ahora no se sabe a ciencia cierta cuánto más transmisible es ómicron, o si logra eludir la inmunidad obtenida a través de las vacunas o por la infección previa.
Se están realizando estudios que buscan comprender estos aspectos y los primeros resultados deberían publicarse este mes.
A continuación, las preguntas más populares en internet y las respuestas de los expertos.
Ómicrón es la decimoquinta letra del alfabeto griego.
Cuando comenzaron a aparecer las primeras variantes del coronavirus, los científicos adoptaron un sistema para clasificarlas.
Por lo tanto, el SARS-CoV-2, identificado por primera vez en Wuhan, China, se convirtió en la variante A.
A partir de entonces, a medida que se hallaron mutaciones en el virus, se dividieron con ese código. Así llegó la variante A.1, la A.2, la B.1.1, la C.30.1, y así sucesivamente.
Pero llegó un momento en que este sistema se convirtió en una auténtica sopa de letras (y números) que provocó una tremenda confusión para quienes no son expertos en la materia.
Este fue uno de los factores que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a crear un nuevo criterio a partir de mayo de 2021: las variantes de preocupación (conocidas por la sigla en inglés VOC, variant of concern) y las variantes de interés (VOI, variant of interest) pasaron a denominarse con una letra del alfabeto griego.
Como su nombre indica, las VOC y las VOI portan mutaciones importantes que pueden hacer que el virus sea más transmisible o agresivo, por ejemplo.
Así es como la B.1.1.7, descubierta en Reino Unido, se convirtió en alfa; la B.1.351 (Sudáfrica) se convirtió en beta; la P.1 (Brasil) se convirtió en gamma; la B.1.617.2 (India) en delta; y la B.1.1 .529 (Sudáfrica) en ómicron.
Estas, de hecho, son las cinco VOCs que han surgido hasta ahora.
Además de la practicidad, hay una segunda razón por la que la OMS sugirió el alfabeto griego. La idea era evitar prejuicios y comentarios xenófobos que relacionaban la variante con su lugar de origen o de descubrimiento.
La elección del nombre ómicron para B.1.529 tomó por sorpresa a la comunidad científica.
Esto se debe a que la última variante en ser nombrada con carácter griego fue la VOI B.1.621, detectada en Colombia en enero de 2021. Se la conoce como mu, que es la 12ª letra del alfabeto griego.
Se pensó, por tanto, que el nombre que se le daría a la próxima VOI o VOC sería la decimotercera letra, que es nu.
Pero la OMS decidió omitir las dos letras siguientes y pasar directamente a la 15ª: ómicron.
El virólogo Fernando Spilki, de la Universidad Feevale en Río Grande del Sur, Brasil, explica que esta decisión tiene que ver con el sonido de estas letras en algunos idiomas.
"Conozco personas que asistieron a las reuniones para elegir ese nombre y una de las razones por las que nu se eliminó es que en inglés su pronunciación suena muy similar al sonido de new ['nuevo' en español]. Eso podría confundir a la gente, al escuchar la palabra, no sabrían si era una nueva variante o la variante nu", explica el especialista.
"La siguiente letra del alfabeto griego sería xi. En este caso, el fonema es muy similar al de algunos apellidos comunes en China, como Xi [el presidente de ese país, por ejemplo, se llama Xi Jinping]. Por lo tanto, los representantes de la OMS pensaron que era mejor descartarlo también para evitar malentendidos", añade.
Si no hay más "saltos" en el alfabeto, las siguientes variantes se denominarán pi, ro, sigma, tau, ípsilon, fi, ji, psi y omega.
A pesar de haber sido detectada muy recientemente, ómicron llamó mucho la atención por contener varias mutaciones en partes importantes del coronavirus, como la espiga. Esta estructura es responsable de conectarse con el receptor en las células humanas y comenzar la infección.
"Esta nueva variante trae una gran cantidad de mutaciones, algo sin precedentes", explica el virólogo Flávio da Fonseca, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) en Brasil.
"Algunas de estas alteraciones genéticas ya las conocíamos, pues también aparecían en variantes anteriores y están relacionadas con el mayor potencial de propagación del virus, que se vuelve más infeccioso y se transmite más rápido", dice el experto, que también es presidente de la Sociedad Brasileña de Virología.
Otra observación importante es la aparente capacidad de ómicron para convertirse en dominante: en Sudáfrica se convirtió en la variante más frecuente en los últimos días, incluso superando a delta, que también se encuentra entre las VOCs.
Por lo tanto, los expertos esperan que la tasa de transmisión de esta versión recién descubierta del coronavirus sea bastante alta.
Pero hay muchas cosas que siguen siendo inciertas, como cuánto puede eludir ómicron la inmunidad obtenida después de la vacunación o una infección previa de covid.
"Se están realizando estudios para medir el impacto real de esta variante en diferentes escenarios", informa Spilki.
La tendencia es que estos detalles se conozcan mejor en las próximas semanas.
A pesar de todas las mutaciones, ómicron sigue siendo SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la covid-19.
Como es bien sabido, se transmite a través de gotas de saliva o aerosoles que salen de la boca o la nariz de una persona infectada.
En la mayoría de los casos, la enfermedad es leve y el paciente se recupera después de un tiempo. Pero muchos afectados desarrollan un malestar más fuerte y necesitan ser hospitalizados, intubados y corren un mayor riesgo de morir.
"Y aquí vale destacar que los métodos de prevención siguen siendo los mismos con ómicron: el uso de mascarilla, la distancia física y la vacunación siguen siendo fundamentales", explica Fonseca.
Los informes de los especialistas que trataron a los primeros pacientes infectados con ómicron en Sudáfrica indican algunos cambios importantes en la lista de síntomas principales.
La doctora Angelique Coetzee dijo que estas personas presentan con mayor frecuencia cansancio, dolor muscular, picazón en la garganta, fiebre leve y tos seca.
En una entrevista con BBC, también afirmó que los afectados habían desarrollado hasta ahora efectos más leves.
"Todo comenzó con un paciente con síntomas leves. Dijo que estuvo extremadamente cansado durante dos días y que tenía dolores corporales y un poco de dolor de cabeza. Ni siquiera dolor de garganta, sino algo así como dolor de garganta. Sin tos, sin pérdida del olfato o del gusto", dijo.
"Debido a que era muy inusual que este paciente en particular tuviera este tipo de síntomas, decidí testearlo. Hicimos una prueba rápida y resultó positiva", dijo la médica, quien luego examinó a toda la familia del paciente, con resultados positivos de coronavirus, todos con síntomas leves.
Los expertos instan a tener cuidado con esta información: es necesario esperar un poco más para estar seguros de si la variante realmente causa un cuadro leve.
"La información que llega de Sudáfrica sobre la menor severidad nos trae esperanza, pero aún hay que observarlo y estudiarlo más a fondo", reflexiona Fonseca.
"Todavía tenemos que entender cómo se comportará ómicron en las diferentes franjas de edad y grupos" de población, coincide Spilki.
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