Un cohete de SpaceX despegó hoy hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) con lo necesario a bordo para llevar a cabo una serie de experimentos científicos, incluidos habitantes sorprendentes: calamares.
La nave, cuyos servicios son contratados por la NASA , se lanzó desde Florida. El sábado debe acoplarse a la ISS. En su interior viajan ejemplares jóvenes de una especie de calamar (Euprymna scolopes), que servirán para estudiar el efecto de la ingravidez en las interacciones entre bacterias y sus hospedadores.
A bordo de la ISS, algunos de los calamares serán expuestos a bacterias. Los otros se mantendrán intactos. Después de 12 horas, todos serán congelados hasta que regresen a la Tierra, donde serán estudiados.
"Los animales, incluidos los humanos, dependen de los microbios para mantener saludables sus sistemas digestivo e inmunológico", dijo Jamie Foster, responsable principal del experimento, citado en un comunicado. "Todavía no entendemos completamente cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones".
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Por tanto, el experimento podría ayudar en el futuro a desarrollar técnicas para proteger la salud de los astronautas que participan en misiones a largo plazo en el espacio.
También a bordo del cohete de SpaceX viajan tardígrados , también conocidos como osos de agua, unos organismos microscópicos conocidos por su resistencia. Los científicos quieren estudiar cómo se adaptan en el espacio.
Además, algodón, un ecógrafo portátil... En total, la misión de reabastecimiento lleva más de 3 mil kg de carga científica.
La cápsula Dragon, de la firma privada SpaceX, partió este jueves en la cúspide de un cohete reutilizable Falcon 9 rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI), tras despegar con éxito y a la hora prevista desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.).
La que es la misión de abastecimiento al laboratorio orbital número 22 echó a andar a las 13.29 hora local (17.29 GMT) y 12 minutos después la cápsula finalmente se separó del cohete y comenzó su viaje con destino a la EEI, donde se prevé llegue poco después de las 05.00 del sábado, hora del este de EU. (09.00 GMT).
Poco antes, y como estaba previsto, el propulsor del cohete Falcon 9 descendió sin contratiempos en una plataforma marítima colocada en el Atlántico, para su posterior reutilización.
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En este caso, se trató del primer viaje para esta parte del cohete, que volverá a emprender vuelo en la tercera misión tripulada a la EEI que harán la NASA y la firma de Elon Musk, la Crew-3, prevista para el otoño de este año.
Tal como lo mostró la transmisión en directo de la NASA, en la parte trasera de la cápsula van enrollados dos grandes paneles solares desplegables, el primer par de un grupo de seis que reemplazarán a los rígidos y veteranos que actualmente posee el laboratorio orbital.
El primer par de paneles, denominados ROSA por sus siglas en inglés y cuya tecnología ya fue probada en la EEI en 2017, serán colocados este mismo mes durante caminatas espaciales.
Eso será el comienzo de un proceso para cambiar a los que empezaron a colocarse en el laboratorio orbital desde diciembre de 2000, a los que siguieron otros en 2006, 2007 y 2009.
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Los seis nuevos paneles solares que la NASA va a empezar a colocar tienen un costo de 103 millones de dólares, unas dimensiones de 20 por 63 pies (6 por 19 metros) y, gracias a ellos, el sistema mejorado de la estación proporcionará alrededor de 215.000 kilovatios de energía.
Al cabo de su llegada a la EEI, donde los astronautas de la NASA Shane Kimbrough y Megan McArthur supervisarán las operaciones del acople de la Dragon, la cápsula permanecerá unida por un mes, para luego retornar al Atlántico con material de investigación, según la NASA.
La misión forma parte de la asociación público-privada de la NASA con SpaceX, la compañía de cohetes fundada en 2002 por Musk, quien también es fundador del fabricante de automóviles eléctricos Tesla.
fjb