Más de 200 millones de horas al día pasan niñas y mujeres buscando agua. No se trata sólo de historias que se entretejen en el África subsahariana, donde las fuentes de agua potable en 40% de las zonas rurales están a 30 minutos de distancia o más lejos. Se trata de retratos de la vida cotidiana de en todo el mundo, en zonas rurales y urbanas, de Malawi a Iztapalapa. En esta alcaldía de la Ciudad de México, 70% de las personas que se encargan de acarrear agua hasta sus hogares son mujeres, labor en la que invierten alrededor de cuatro horas.

El agua es el símbolo de la vida y el acceso a ella también es una de las medidas más certeras para evaluar el ritmo del y la gestión de los recursos que trastoca. La alteración del ciclo natural del agua, marcado por sequías, inundaciones, deshielo, tormentas y cambios drásticos en el nivel del mar, al final se manifiesta en la pérdida de recursos con un impacto particular en la vida de las mujeres. El tema del , este 8 de marzo, tiene que ver precisamente con la equidad y la crisis climática. El agua es solo uno de los numerosos recursos afectados.

Bajo el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, se busca subrayar la vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático, ya que constituyen la mayoría de los pobres del mundo y son más dependientes de los recursos naturales que el cambio climático amenaza; pero también se busca reconocer la contribución de mujeres y niñas que lideran esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible en el mundo.

Lee también: 

Vulnerabilidad exacerbada

Hay varias problemáticas ligadas a las crisis climáticas que afectan de manera particular a las mujeres; 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas. Reportes de ONU-Hábitat destacan cómo en los países centroamericanos, las mujeres tienen que recorrer distancias cada vez más largas para conseguir agua. Además pasan más tiempo cuidando de familiares a causa del aumento de enfermedades como el Zika y el dengue, cuyas epidemias crecen por el cambio climático. En el oeste de Papúa, en Indonesia, las mujeres indígenas son afectadas de forma desproporcionada por los impactos de la degradación de la tierra causada por las industrias extractivas y acentuada por el aumento de la temperatura.

En Pakistán, la conexión entre la violencia de género y el cambio climático es aún más clara, ya que las mujeres sufren violencia doméstica cuando no pueden proveer agua a sus hogares. En las zonas rurales de nuestro país, la inseguridad alimentaria también hace más vulnerables a las adolescentes a un matrimonio temprano. En contraposición, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), 55% de las mejoras en el área de seguridad alimentaria en los países en desarrollo, estuvieron impulsadas por programas que fomentan el empoderamiento femenino.

Precisamente en marzo del año pasado tuvo lugar un Foro que abrió el camino para subrayar los intereses que vinculan justicia climática y equidad para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este año. Se trató del Foro Generacional Igualdad, una iniciativa copresidida por ONU mujeres, Francia y México.

Se realizó en la Ciudad de México en marzo y en París del 30 de junio al 2 de julio de 2021. El Foro lanzó un plan de acción de cinco años para buscar generar avances hacia la igualdad de género, basado en una serie de acciones internacionales que incluyen 40 mil millones de dólares en compromisos financieros.

Así se puso en marcha La Coalisión para la Acción sobre la acción feminista por la justicia climática, que reúne a gobiernos, empresas privadas, al sistema de las Naciones Unidas y a organizaciones de la sociedad civil con el fin de adoptar compromisos concretos. En la charla virtual que realizará la ONU para conmemorar este día participará, entre otras ponentes, Katharine Wilkinson, mediaoembientalista líder del All We Can Save Project.

Para Wilkinson, siempre ha sido fundamental facilitar plataformas públicas y recursos para las mujeres que buscan luchar contra el cambio climático. De esta forma, hizo equipo con la bióloga marina y conservacionista Ayana Elizabeth Johnson. El primer paso fue elaborar una antología que reunía las ideas de 30 mujeres líderes climáticas bajo el lema del “renacimiento climático feminista” para buscar colaboraciones en diferentes campos.

Hace dos años nació este proyecto que busca hacer más fuerte la voz de mujeres involucradas en proyectos ambientales. Y las acciones empiezan a germinar con semilleros apoyados por instituciones. El Programa de Inversión Forestal del BID ha apoyado en Latinoamérica a grupos de mujeres que trabajan en este sector y que cuentan con limitado acceso a créditos, reducida participación en la toma de decisiones y falta de conocimientos técnicos.

Lee también: 

Buscando soluciones

Los bosques proporcionan medios de subsistencia a alrededor de 15 millones de personas en México, pero fenómenos como la modificación de los ciclos de lluvia y los cambios de temperatura disminuyen sus recursos.

Además, la falta de participación de las mujeres en la toma de decisiones forestales limita aún más el aprovechamiento de sus recursos, un ejemplo de lo que sucede en otro tipo de ecosistemas y que amplían las brechas de género ya existentes.

Gracias a las iniciativas del BID, en Quintana Roo se han creado cooperativas de mujeres para aprovechar especies clave en la región para garantizar la seguridad alimentaria y mitigar los efectos del cambio climático; es el caso del árbol Ramón (Brosimum alicastrum) como se conoce envarias regiones. Su semilla, fruto y hojas se pueden procesar en té y una harina baja en gluten, pero con alto valor proteínico. También se obtiene un forraje aprovechable en época de sequía. Precisamente la idea de esta serie de proyectos es buscar medios y actividades sostenibles que brinden de nuevas herramientas a los grupos más vulnerables frente al cambio climático. América Latina y el Caribe son responsables de menos del 10% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2), pero concentran una región altamente sensible a los efectos del cambio climático en todos sus ecosistemas.

El tema del Día Internacional de la Mujer también coincide con el tópico de la próxima 66ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW66): “Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas en el contexto de las políticas y programas de cambio climático, medio ambiente y reducción de riesgo de desastres ambientales”, a realizarse entre el 14 y el 25 de marzo.

De de cada 10 personas que asisten a las cumbres ambientalistas de más importancia, menos de cuatro son mujeres y al 20% se limita su participación como jefas de delegación. Hace unos meses, en la Conferencia sobre el Cambio Climático, Immaculata Casimero, activista indígena en Guyana, señalaba la importancia del empoderamiento de mujeres en países en desarrollo, pues son las primeras en responder a la gestión del capital medioambiental que las rodea: desde conseguir agua para cocinar y limpiar, buscar alimentos en ecosistemas hídricos o terrestres, recolectar leña o como transmisoras de conocimientos tradicionales a nuevas generaciones.

El bienestar de 3 mil 200 millones de personas es socavado por la degradación de los ecosistemas terrestres y marinos con alrededor del 10 % del PIB mundial anual en pérdida de especies y servicios ecosistémicos. El llamado de la ONU para este 8 de marzo es que es esencial seguir explorando limitaciones y oportunidades de niñas y mujeres frente al cambio climático para fomentar su participación directa en la problemática.

En 2030, la necesidad de asistencia humanitaria por cuestiones relacionadas con el clima se duplicará y sin igualdad de género hoy, el futuro sostenible e igualitario seguirá estando fuera de nuestro alcance.

30 MINUTOS toma a 40% de las poblaciones rurales llegar a las fuentes de agua potable en el África subsahariana.
70% DE LAS PERSONAS que se encargan de acarrear agua hasta sus hogares en Iztapalapa son mujeres, lo que les toma hasta cuatro horas.

Tema de la próxima 66ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer 

"Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas en el contexto de las políticas y programas de cambio climático, medio ambiente y reducción de riesgo de desastres ambientales”