La misión Artemis y las actividades del telescopio James Webb y la sonda Gaia son los tres grandes acontecimientos que llevará la humanidad al espacio durante 2023, según la famosa astrónoma y divulgadora científica Julieta Fierro .
Misión Artemis
Es un proyecto multinacional, explica Fierro, que consiste en armar una estación espacial que dará vueltas alrededor de la Luna. Se tiene contemplado que permanezca orbitando durante muchos años, por lo que la estación se irá armando paulatinamente. Cuando la estación se acerque a la Luna, podrá desprenderse de ella una nave espacial rumbo al satélite de nuestro planeta. Los astronautas llegarían a las inmediaciones del polo sur de la Luna para estudiar sus cráteres.
“Hay cometas, que son objetos de hielo y roca, que han caído en el polo sur, una región donde nunca llega la luz del Sol. Queremos llegar a un lugar donde haya agua en la Luna porque el agua sirve para que nazcan plantas, y las plantas producen oxígeno, lo cual haría posible respirar en la Luna. Además, si se utilizan paneles solares esa agua puede ´romperse´ en oxígeno e hidrógeno. Eso significa que habría combustible, energía. Los nuevos coches eléctricos funcionan así y quizá esto se vea en México si en algún momento futuro nos instalamos en las energías limpias”.
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Los objetivos de llegar a la Luna, a los lugares donde hay agua son —abunda la ganadora en 2021 de la Medalla al Mérito en Ciencias Ingeniero Mario Molina— cultivar plantas, hacer respirable el ambiente y generar combustible. “Por eso todas estas misiones, no sólo Artemis, sino las chinas, las hindúes, las de Israel, quieren llegar a ese punto”.
Foto: EFE, archivo
Sin embargo, las pruebas con el agua lunar han abierto un debate en las Naciones Unidas. Si las aguas internacionales, ejemplifica la astrónoma, le pertenecen a todos (aunque si alguien pesca en un punto específico, ese pescado es del individuo en cuestión), ahora se está intentando determinar de quién sería el agua que hay en la Luna.
Otro punto importante que hay que destacar de la misión Artemis es que uno de sus objetivos es lograr que, por primera vez, vayan mujeres a la Luna. “Para ello, se van a mandar unos maniquís con detectores en los lugares más sensibles de las mujeres por los rayos cósmicos. ¿Qué significa esto? El Sol, mientras se está evaporando, avienta continuamente material al espacio; ese material son los rayos cósmicos y pueden causar mutaciones. Las mamas, el sistema reproductivo y los riñones de las mujeres son más sensibles a dichos rayos”.
Para completar las pruebas se mandarán sondas alrededor de la Luna, que, por supuesto, van a regresar a la Tierra, para determinar qué tanta es la afectación que le provoca a las mujeres la radiación. Al mismo tiempo, detalla Fierro, se están construyendo corazas magnéticas que se colocarán en las sondas espaciales. “Es un imán con forma de dona para que los rayos cósmicos no puedan atravesar las cápsulas”.
El objetivo de ir a la Luna no es sólo aprender a vivir allí, sino utilizar lo aprendido para en el futuro poblar Marte. “Hay impresoras 3D que mezclan tierra marciana o lunar para imprimir herramientas, paneles solares, hábitats. Hay que considerar que habitar Marte implicaría vivir en lugares aislados, incluso en los túneles de las chimeneas volcánicas para que los seres humanos puedan protegerse de los rayos cósmicos”.
Sobre el origen de la tierra marciana o lunar, Fierro detalla que cuando cae un meteorito también se lanza materia al espacio; dicho material ha caído en la Tierra. “De la Luna tenemos suelo lunar, lo cual significa que lo podemos reproducir y usar para cultivar. De hecho, ya es posible plantar rábanos en la Luna”.
La tierra lunar es mezclada, entonces, con fertilizantes y materia orgánica que la hacen propicia para obtener cultivos. Otro detalle en el que profundiza la investigadora es que por cada kilo que salga de la superficie terrestre en una nave, se requieren otros mil litros de combustible. “Mientras menos se mande, es mejor”.
Para garantizar la seguridad de la misión Artemis, también se están enviando muchos pequeños satélites que monitorean la Tierra y la Luna.
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Dos Telescopios que hay que seguir
Fierro subraya la actividad que tendrán tanto el telescopio James Webb, que en los últimos meses dio mucho de qué hablar, y la sonda Gaia. El James Webb se inventó, explica, para estudiar planetas extrasolares donde pueda haber vida. “Es importante darle seguimiento a esto y considerar que los resultados van a llegar de forma lenta. En realidad, las primeras imágenes que mandó el James Webb fueron de objetos muy conocidos. Una manera de darle las gracias a la humanidad, claro, con fotos vistosas y bonitas de objetos que los astrónomos ya conocíamos. Pero había que dar las gracias porque fue una gran inversión. El proyecto empezó hace 30 años y muchos países han colaborado”.
Foto: EL UNIVERSAL, archivo
Sobre la sonda Gaia, afirma que el objetivo es estudiar nuestra galaxia, la Vía Láctea, que se conforma por 100 mil millones de estrellas. “Gaia, por primera vez, está encontrando las distancias del mayor número de astros posibles. Lo que hace es medir sus velocidades, es decir, cómo se mueven”.
Gaia, además, sirve para analizar cómo crece la Vía Láctea, un proceso que sucede cuando chocan otras galaxias contra nuestra galaxia. “La galaxia de Sagitario ya chocó contra la Vía Láctea y causó una perturbación que favoreció el nacimiento de nuevas estrellas”, concluye Fierro.
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melc