(1930 - 2017), también conocida como "la Reina del Carbono ", fue pionera de la nanociencia , gracias al estudio de materiales basados en el carbono (C), el elemento químico por excelencia. En la segunda mitad del siglo XX, sus investigaciones reconfiguraron la concepción de la estructura electrónica del grafito , un material rico en aplicaciones, ya que es utilizado para la fabricación de múltiples materiales de uso fundamental. Además, fungió como defensora de la igualdad dentro de la ciencia, pues vivió el demérito de sus colegas en carne viva. Hoy se ha convertido en una sensación para la comunidad científica, pues si bien no fue reconocida con un Nobel, "Carbon Queen" tiene una figura personalizada de Lego y el reconocimiento de la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos, su país natal y otros muchos honores.
Figura de Lego de Mildred Dresselhaus. Foto: Maia Weinstock, autora de Carbon Queen (2022)
La nanotecnóloga estadounidense fue multifacética, pues antes de dedicarse a la física, durante su infancia desarrolló la destreza musical, mediante el dominio del violín; Eleanor Roosevelt, exprimera dama de EU, fue una de sus espectadoras.
Cuando era una niña también presenció los efectos de la "Gran Depresión", durante la Segunda Guerra Mundial, una de las peores crisis económicas para un país desarrollado. Dicha eventualidad alcanzó a la familia de Mildred, por lo que comenzó a trabajar desde los ocho años, en faenas ocasionales, para cooperar a la crisis familiar.
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Más adelante, desarrolló habilidades en la física, convirtiéndose en "una estrella de su generación", pese a que se formó académicamente en una época en la que las oportunidades educativas eran limitadas para las mujeres.
Pero nada de eso fue un impedimento para que obtuviera un posgrado en física por la Universidad de Harvard en Cambridge y, más tarde, alcanzó el grado de doctora en la Universidad de Chicago en Illinois en 1958.
Sin emabrgo, no fue sino hasta 1960, cuando Dresselhaus fijó la mirada en las propiedades físicas del carbono, convirtiéndose en un desafío intelectual. Se trata de un camino cuasi-inexplorado por la ciencia, ya que, hasta esa fecha, no había llamado la atención de la comunidad científica.
Pero para la nanotecnóloga ya no habría vuelta atrás, se había encandilado por el comportamiento de los electrones, un tipo de partícula subatómica negativa, que viaja a través del grafito, un semiconductor de electricidad, pero aunque le apasionaba no terminaba por comprender su comportamiento, ya que su estructura no se le parece a la de ningún otro semiconductor.
El expresidente de EU, Barack Obama, entrega la Medalla Presidencial de la Libertad a Mildred Dresselhaus. Foto: Especial
Esa fue una de las grandes aportaciones de Dresselhaus, desentrañar que el grafito ocultaba una física fascinante y enigmática, no porque buscase esconderse, sino porque aún no había recibido la atención que ameritaba. Tras una larga época de investigaciones, en 1968 escribió un artículo que cambiaba la concepción de la estructura electrónica del grafito.
Esta propuesta vanguardista, como suele ocurrir, preocupó a la academia del canon, ya que desafiaba lo que se había estipulado a través de la física tradicional. El revuelo fue tal que un crítico de la época alentó a Mildred para que no lo publicara.
En 1987, durante una conferencia, la científica recordó que tomó la decisión, junto a sus colegas, que dicha investigación viera la luz, pese a que eso podría implicar el fin de sus carreras. En cambio, ocurrió todo lo contrario, ya que tras ser publicada, la investigación de Dresselhaus fue respaldada por la comunidad científica y, más adelante, impulsó el interés de más científicas y científicos en ahondar en las propiedades del grafito y la manera en que se comporta.
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Esa fue la clave del éxito de la física estadounidense, oponerse a las tendencias y velar por el contra-conocimiento, de la misma forma que no temió enfrentarse a las complejidades de la física teórica. Aunque esto no la llevó a obtener el reconocimiento intelectual de mayor importancia, el Premio Nobel de Física, cuando Andre Geim y Konstantin Novoselov ganaron este galardón, en 2010, ambos reconocieron las contribuciones de Dresselhaus durante discursos de premiación.
Otra de sus grandes facetas fue el combate férreo en contra de la desigualdad en la ciencia. Cuando uno de sus asesores le explicó el motivo por el cual las subvenciones para investigar no eran dirigidas a las mujeres, motivado por la idea que, era un presupuesto desperdiciado, Mildred perseveró pese a ser la única mujer dentro de los grupos de investigación a los que perteneció. Por lo que, más tarde, veló por reformas de admisión y creó sistemas de apoyo que cultivaron la inclusión de más mujeres dentro de las instituciones.
melc