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luis.dominguez@clabsa.com.mx
Científicos del mundo observaron el corazón de la galaxia Messier 87 (M87), que vive a 55 millones de años luz de la Tierra, y tras dos años de analizar esta ventana del cosmos captaron, por vez primera, la imagen de la sombra de un agujero negro.
El Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), en Puebla, es uno de los protagonistas de este trascendental suceso. La imagen, que fue presentada ayer en una conferencia de prensa simultánea alrededor del mundo, es resultado del proyecto internacional Event Horizon Telescope, que enlaza ocho radiotelescopios (Antártida, Chile, España, Estados Unidos y México) para formar una cámara virtual del tamaño de la Tierra, con una resolución angular jamás creada y capaz de leer, estando en Nueva York, un periódico en un café de alguna calle de París.
De acuerdo con David Hu-ghes, director del GTM, la importancia de este triunfo astrofísico radica en poder corroborar la Teoría de la Relatividad de Einstein. Desde hace 60 años, los científicos aceptaron la existencia de los agujeros negros, sin embargo nunca se había visto uno. “Una de las principales razones es el tamaño del horizonte de eventos, los agujeros negros son objetos pequeños. Si pudiéramos colapsar un objeto con la masa de la Tierra y formar un agujero negro, su horizonte de eventos tendría el tamaño de dos centímetros; si colapsáramos el Sol, el horizonte sería de 6 kilómetros; si colapsamos 4 millones de estrellas, cada una con la masa del Sol, su horizonte sería más pequeño que la órbita de Mercurio”, comentó Hughes en la conferencia en México, en el Conacyt.
El telescopio mexicano fue fundamental en este descubrimiento; ya que posee el plato único más grande de la red ETH, emplearon la técnica interferometría de base muy larga, que puede observar una longitud de onda de 1.3 milímetros.
En el proyecto participaron una docena de investigadores mexicanos de distintas instituciones, como la UNAM, Cátedras Conacyt y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
“El descubrimiento representa el éxito de tecnologías llevadas a la práctica en condiciones de observación que son complicadas. Juntar toda la información ha sido un reto tecnológico, logístico e intelectual realmente fuera de serie; este anuncio refleja lo que somos capaces de hacer si nos lo proponemos”, señaló William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM.
El estudio de este fenómeno se realizó en abril 2017, los telescopios se sincronizaron con relojes atómicos para cronometrar con precisión sus observaciones. Debido a la gran cantidad de datos que proporcionó cada telescopio de EHT, de aproximadamente 350 terabytes, se demoró mucho en convertir esta información en una imagen.
Los líderes en México del EHT son optimistas y ambiciosos, expresaron que este logro apenas es el comienzo de la aventura, pues su próximo objetivo será en el futuro obtener no sólo más imágenes de un agujero negro sino el primer video.
“Es una imagen fabulosa que mucha gente ha querido tener, pero es sólo el principio. El EHT sigue creciendo, se unieron tres telescopios más: en Groenlandia, otro que se ubica en la cima de la montaña Kitt Peak, Arizona, y el último que está en los alpes de Francia; mejoraremos en la calidad y sensibilidad de las imágenes. La meta es que en cinco o 10 años presentemos la primera película. Esa es nuestra meta a mediano y largo plazo”, enfatizó Laurent Loinard, investigador del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM.