Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM ) apuestan por los beneficios de la energía geotérmica , por ser un recurso natural gratuito, en el que su obtención no produce ningún tipo de quema ni contaminación y es capaz de producir electricidad.
Rosa María Prol-Ledesma, del Instituto de Geofísica (IGf), estimó que la energía geotérmica beneficiará a miles de familias al proveerlas de electricidad sin afectar el medio ambiente , pues México cuenta con un gran potencial para conseguirlo gracias a sus condiciones geológicas.
“Actualmente (nuestro país) produce poco más de 950 Megawatts (MWe) anuales de energía, con un potencial de hasta 10 mil”. Para dimensionar su beneficio, Prol-Ledesma señaló que un solo MWe sirve para iluminar entre mil y 2 mil casas.
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En nuestro país tenemos un potencial de hasta 10 mil MWe anuales, expuso la experta en la conferencia virtual “La geotermia en el futuro energético de México”, y agregó que el campo de Cerro Prieto, en Baja California, es el tercer productor a nivel mundial, con más de 500 MWe.
La científica consideró “que con el funcionamiento de una planta geotérmica de 100 MWe beneficiaría a un número importante de personas y a unas 600 familias por la creación de empleos”.
Prol-Ledesma, posdoctorada por el Geothermal Institute de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, expuso que la Tierra emite, desde su centro, energía equivalente a 47 terawatts.
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La académica de la Facultad de Ciencias (FC) explicó que su denominación proviene de la palabra geotermia , que significa “el calor del planeta”, almacenada además, en volcanes, aguas termales, fumarolas y géiseres.
Esta es considerada la mejor de las energías porque no contamina al medio ambiente, además de que genera electricidad, es capaz de producir etanol, biocombustibles e hidrógeno, detalló la universitaria.
Entre otros de sus beneficios, sirve para la fabricación de textiles, secado de maderas, cemento, carbonatación de bebidas, calentamiento del suelo, entre otras funciones.
La catedrática de la UNAM propuso que los pozos petroleros abandonados, con temperaturas mayores a 170 grados centígrados, podrían funcionar como espacios óptimos para ser utilizados como emisores de energía geotérmica.
fjb