El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ( ECDC ) actualizó su guía sobre cuarentena y aislamiento ante el riesgo "muy alto" y la "rápida" propagación de ómicron , propuso a los países de la Unión Europea (UE) cuarentenas más cortas, en caso de presión alta y extrema sobre los sistemas de salud y la sociedad, así como mayor uso de pruebas de detección rápida de antígenos para concluir las cuarentenas de los pacientes.
En el caso del aislamiento , cuando una persona da positivo al Covid-19, el organismo señaló que la mejora del paciente puede verse reflejada si la fiebre disminuye durante las 24 horas, y no a lo largo de los primeros tres días (como ocurrió con otras variantes). También propuso períodos más cortos de aislamiento para los trabajadores que deben presentarse esencialmente en el área laboral.
A finales de 2021, el ECDC afirmó que se ha observado un aumento en las tasas de notificación de casos Covid-19 en varios países europeos y la situación epidemiológica era de una "gran o muy alta preocupación".
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Además, insisten en que las próximas semanas la propagación de ómicron seguirá aumentando, lo que conllevará a altos niveles de ausentismo laboral, incluso entre los trabajadores de la salud y otros trabajadores esenciales, y es probable que abrumen las capacidades de prueba y rastreo de contactos.
Por ello, el ECDC prevé que el gran número de casos de coronavirus sature los sistemas de salud. Por lo tanto, aconsejan tomar medidas urgentes para reducir la transmisión y mantener manejable la carga de hospitalizaciones y proteger a los más vulnerables en los próximos meses.
"La vacunación sigue siendo clave para abordar la circulación continua del virus y reducir el impacto de los COV delta y ómicron. Deben continuar los esfuerzos para aumentar la absorción total de la vacunación en las personas que actualmente no están vacunadas o que están parcialmente vacunadas, así como la aceleración del lanzamiento de dosis de refuerzo", reafirmó la organización.
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En definitiva, recalcan que es necesario fortalecer y mantener las intervenciones no farmacéuticas, como evitar grandes reuniones públicas o privadas, el uso prolongado de cubrebocas, la reducción de los contactos entre grupos de personas en entornos sociales o laborales, el trabajo desde casa y la reducción de la mezcla entre hogares.
Por último, piden a los estados miembros que evalúen de manera urgente sus niveles aceptables de riesgos residuales, las capacidades actuales del sistema sanitario y las opciones de gestión de riesgos disponibles (por ejemplo, medidas de contingencia, así como continuidad del negocio. Otras de ellas son estrategia de vigilancia y pruebas, política de cuarentena y aislamiento, entre otros.
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