La mayoría de las representaciones de pterodáctilos muestran una pose de vuelo muy parecida a la de los murciélagos, hipótesis cuestionada en un nuevo estudio, que apunta a un vuelo más aviar.
"La mayor parte del trabajo que se está haciendo ahora para comprender el vuelo de los pterosaurios se basa en la suposición de que sus caderas podrían entrar en una pose de murciélago", que vuela con sus miembros traseros extendidos muy separados, explica Armita Manafzadeh, estudiante de doctorado en la Universidad de Brown, que dirigió la investigación con Kevin Padian, de la Universidad de California, Berkeley.
"Creemos que los estudios futuros deberían tener en cuenta que esta postura era probablemente imposible, lo que podría cambiar nuestra perspectiva cuando consideramos la evolución del vuelo en pterosaurios y dinosaurios", añade.
La investigación, publicada en 'Proceedings of the Royal Society B', es un esfuerzo para ayudar a los paleontólogos a inferir el rango de movimiento de las articulaciones de una manera que tenga en cuenta los tejidos blandos, particularmente los ligamentos , que desempeñan papeles clave en el funcionamiento de las articulaciones.
En general, los tejidos blandos no se fosilizan , lo que hace que los paleontólogos infieran el movimiento articular solo de los huesos. Y no hay muchas limitaciones sobre cómo se hace eso, dice Manafzadeh, quien quiso así encontrar una forma de usar los animales de hoy en día para evaluar hasta qué punto los ligamentos limitan el movimiento articular.
Es una idea que comenzó con los pollos de las tiendas de comestibles, dice Manafzadeh. "Si coges un pollo crudo en el supermercado y mueves sus articulaciones, llegarás a un punto donde escucharás un crujido --explica--. Así se rompen los ligamentos.
Pero si te doy un esqueleto de pollo sin los ligamentos, podrías pensar que sus articulaciones podrían hacer todo tipo de locuras. Entonces, la pregunta es, si fueras a desenterrar un pollo fósil, ¿cómo lo harías? ¿Crees que sus articulaciones podrían moverse, y cómo de equivocado estarías?".
Para este último estudio se usó una codorniz muerta. Las aves son el pariente vivo más cercano de pterosaurios extintos y dinosaurios de cuatro alas.
Después de cortar cuidadosamente los músculos que rodean las articulaciones de la cadera de las aves, esta investigadora manipuló las articulaciones mientras grababa vídeos de rayos X. De esta forma, podría determinar las posiciones exactas en 3-D de los huesos en poses donde los ligamentos impidieron un mayor movimiento.
Así, descubrió que más del 95 por ciento de las posiciones de las articulaciones que parecían plausibles solo con los huesos eran realmente imposibles cuando se unían los ligamentos. El siguiente paso fue determinar cómo el rango de movimiento de las caderas de la codorniz actual podría compararse con el rango de movimiento de los pterosaurios y dinosaurios de cuatro alas extintos.
La suposición es que estas criaturas volaron mucho como los murciélagos, lo cual se debe en parte a que las alas de los pterosaurios estaban hechas de piel y sostenidas por un cuarto dedo alargado , que es algo similar a las alas de los murciélagos.
Las alas de los murciélagos también están conectadas a sus patas traseras, que se extienden ampliamente durante el vuelo. Muchos paleontólogos, dice Manafzadeh, suponen que los pterosaurios y los dinosaurios de cuatro alas hicieron lo mismo; pero su estudio sugiere que eso no fue posible.
En la codorniz, una postura de la cadera parecida a la de un murciélago parecía posible basándose solamente en los huesos, pero un ligamento particular inhibía el movimiento hacia afuera del muslo, un ligamento que está presente en una gran variedad de aves y otros reptiles relacionados con los pterosaurios. Ninguna evidencia, dice Manafzadeh, sugiere que los dinosaurios y pterosaurios extintos no hubieran tenido este ligamento tampoco.
"Es una gran diferencia que tendría que tenerse en cuenta antes de que pueda argumentarse que un dinosaurio o la cadera de un dinosaurio de 'cuatro alas' podría entrar en esta pose de murciélago", apunta Manafzadeh. Y eso, dice, puede requerir un replanteamiento de la evolución del vuelo en estos animales.
Además de cuestionar las ideas tradicionales sobre el vuelo en pterosaurios y aves tempranas, la investigación también proporciona nuevas formas de evaluar la movilidad articular de cualquier articulación de cualquier especie extinta observando a sus parientes vivos. "Lo que hemos hecho es proporcionar una manera fiable de cuantificar en 3D todo lo que una unión puede hacer", afirma Manafzadeh.
akc