Una nueva tendencia se desenvuelve alrededor del mundo, pues cada vez son más los científicos que aplican sus conocimientos sobre compuestos, bacterias y levadura para la elaboración de pan y cerveza, como un entretenimiento que con el paso del tiempo se convierten en su principal actividad laboral.

En una publicación de “Nature”, el ingeniero aeroespacial , Andrew Rhodes narró su experiencia, pues además de haber cursado la pasantía en el Centro Espacial Johnson de la Administración Nacional de la Aeronáutica del Espacio ( NASA ), se convirtió en fundador de “Neighborhood Kombuchery”, una marca de cerveza elaborada a base de kombucha , un hongo chino que se utiliza para preparar té.

“Uno de mis colegas estaba preparando en casa la bebida fermentada (kombucha), rica en probióticos, semidulce y picante, pensé que era deliciosa y muy divertida de preparar”, recordó el científico. Esto motivó al ingeniero a elaborarla como parte de un pasatiempo , mientras realizaba la investigación para culminar con sus estudios doctorales.

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Fue en abril de 2019, cuando recibió una financiaron de 12 mil dólares por parte del Concurso de planes de negocios de West Virginia, con el que inició su negocio cervecero: “Hace unos meses, conseguí un trabajo de tiempo completo como profesor en ingeniería aeroespacial en la Universidad de West Virginia . Es una oportunidad única en la vida, así que tuve que aprovecharla, pero no voy a dejar el negocio de la kombucha”, aseguró Rhodes.

Mientras tanto, a más de 2 mil kilómetros, el microbiólogo canadiense Richard Preiss, se interesaba por las bondades de la levadura cuando se enteró que uno de sus compañeros de piso de la Universidad de Guelph preparaba cerveza casera.

“La elaboración de cerveza casera te da la oportunidad de aplicar prácticamente el conocimiento sobre biología, química y física”, expuso Preiss y consideró que muchos de los microbiólogos no toman en cuenta el papel de la levadura en la cerveza, “porque es menos tangible que el lúpulo o la malta”, sin embargo, la mayor parte de su sabor proviene de este tipo de fermento.

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Fue así como almacenó levadura en un congelador criogénico, el que se utiliza en los laboratorios de investigación, y posteriormente ofreció, junto con un colega, el compuesto en las cervecerías locales: “Algunos de estos cerveceros mencionaron que podríamos iniciar un negocio en lugar de ofrecer nuestra levadura a cambio de cerveza”, recordó. Fue así como tiempo después fundaron “Escarpment Laboratories”, un almacén que suministra más de 30 levaduras o mezclas del fermentado, elaborada por más de mil 500 cepas de levadura y otros microbios.

“Parte de lo que me impulsa es que puedo participar en la investigación todo el tiempo. Investigamos internamente para el desarrollo de nuestros productos y trabajamos con académicos en varias instituciones”, manifestó.

Preiss opinó que ser científico involucra una preparación para la vida en los negocios, “porque la ciencia y los negocios implican tanto la experimentación como el fracaso, (…) como científico, aprendes a lidiar con el fracaso porque a veces el 80% de tus experimentos no funcionan”, aseguró.

fjb

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