Los problemas cardiacos en niños son poco comunes. No obstante, la cardióloga Gabriela Borrayo Sánchez admite que “en nuestro país no hay un censo general de las cardiopatías de este tipo.
“Pero, con datos laterales confiables, diría que son menos del 1% de la población infantil , con mayor incidencia en zonas geográficas altas”, dice la también coordinadora de los programas 'A todo corazón ' y ' Código de infarto ' del Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS ).
A diferencia de muchas de las enfermedades cardiacas de la edad adulta, los padecimientos de este órgano en la niñez proceden de nacimiento.
“Los problemas del corazón en la infancia son, principalmente, congénitos; es decir, el corazón no logra el desarrollo completo dentro de la madre y, al nacer, tiene un problema.
“Existen dos tipos. El primero incluye los defectos que hay en los tabiques internos del corazón . Hay divisiones tanto en las partes superiores (aurículas), que reciben la sangre venosa y arterial; como en los ventrículos, que impulsan la sangre hacia los pulmones y al resto del sistema circulatorio”, señala.
La especialista detalla que, cuando existe un defecto en las aurículas, se llama “comunicación interauricular”. Son los más frecuentes y pueden pasar inadvertidos durante los primeros meses o años de vida, “hasta que pasa el tiempo y se ve que son niños que no crecen.
"Se infectan mucho, especialmente de las vías respiratorias. Por lo general, al ir con el médico, se les escucha un soplo. Ésa es la manifestación más común de los defectos de nacimiento”, recalca.
Variedades disfuncionales
Asimismo, hay otras enfermedades a tomar en cuenta. Algunas “ocurren, por ejemplo, cuando en el conducto arterioso su consistencia no es la adecuada y, después del nacimiento, combina la sangre venosa con la arterial”.
Esta tipología clínica debe ser evaluada y analizada por un especialista para determinar el tipo de tratamiento necesario para controlarla. También existen otros problemas de carácter congénito en las válvulas del corazón . Tenemos dos válvulas internas: la que comunica la aurícula derecha con la izquierda (válvula tricúspide) y la válvula mitral, que comunica la aurícula izquierda con el ventrículo izquierdo.
Además, hay dos válvulas de salida: la pulmonar y la aórtica. Éstas también pueden tener algún defecto, como la estenosis, que es la obstrucción congénita de estas válvulas. “En todos los casos, ante las señales de alerta, es necesario acudir con prontitud con el cardiólogo para evaluar al infante ”, añade.
La doctora Borrayo Sánchez concluye que “los problemas cardiovasculares en los niños se van descubriendo en los primeros años de vida. Si son muy severos, se manifiestan en el primer año; de lo contrario, lo harán en los primeros cinco años. Pueden persistir en la adolescencia o incluso en la adultez”.