“Lo peor de envejecer es haber sido joven”, decía Oscar Wilde. El autor escribió toda una oda a la obsesión por la juventud en El Retrato de Dorian Grey y él mismo vivió en carne propia el envejecimiento prematuro después de dos años de trabajos forzados en el penal de Reading, donde fue encerrado por su orientación sexual como víctima de la moral de su época. Dicen que cuando salió, no soportaba mirarse al espejo porque no podía reconocerse.

La y de las capacidades que con ella se mantienen, ha obsesionado al mundo entero. En 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá seis décadas de vida o más y en 2050 dos tercios de la población mundial de más de 60 años vivirá en países como el nuestro. El envejecimiento es un proceso progresivo, multifactorial e irreversible a consecuencia de la interacción entre la genética del individuo y su medio ambiente.