Un nuevo estudio desvela la razón por la que los seres humanos despedimos mal olor , de manera natural, pues somos portadores de un microbio que produce que el aroma del sudor que secretamos de las axilas , sea uno de los más agudos y desagradables, además de que ayudará a comprender la evolución del cuerpo humano.

El trabajo publicado en “Science” y liderado por la Universidad de Nueva York, descubrió que dentro de las bacterias que se alojan en esta parte de nuestro cuerpo, existen una clase de enzimas , conocidas como CT liansa , que con ayuda de estafilococos activan el olor corporal, el cual forma parte natural del microbioma de nuestra piel, conjunto de microrganismo que forman parte de nuestra corporalidad.

La interacción entre este variedad de bacterias, que data de más de 60 millones de años, es parte de la evolución del cuerpo humano, pues estudios de filogenética, que analizan el parentesco entre las especies, determinan que “la adquisición ancestral de esta enzima, implican que la producción de olores corporales en humanos es un proceso antiguo”, aseguraron los expertos.

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La identificación de esta enzima, de acuerdo al estudio, estuvo presente mucho antes de la aparición del Homo sapiens, lo que hizo pensar a los especialistas que el olor corporal existió desde los primates, hecho que pudo jugar un papel importante en la comunicación social entre nuestros ancestros.

A lo largo de la investigación, los estudiosos explicaron que el olor del cuerpo humano es producido por la transformación del metabolismo en las moléculas bacterianas, que son capaces de secretar el sudor gracias a las glándulas apocrinas, (que normalmente se encuentran en las axilas, pezones y genitales externos) manifestándose en pequeñas gotas que despide la superficie de la piel.

El malo olor axilar está compuesto por una mezcla de compuestos orgánicos, entre ellos, los ácidos grasos volátiles (AGV) y tioalcoholes, generadores de olores desagradables, que son los componentes que tienen mayor presencia en este proceso biológico. Entre ellos, existe el 3M3SH, el que se produce, abundantemente, en las secreciones axilares.

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“Nuestras narices son extremadamente buenas para detectar estos tioalcoholes en umbrales extremadamente bajos, por lo que son realmente importantes para el olor corporal. Tienen un olor muy característico a queso y cebolla. Son increíblemente picantes", expuso Gavin Thomas, del Departamento de Biología de la Universidad de York.

Por su parte, Gordon James, uno de los científicos colaboradores externó que "esta investigación fue una verdadera revelación: Fue fascinante descubrir que una enzima clave formadora de olores existe sólo en unas pocas y selectas bacterias de la axila, y que evolucionó allí hace decenas de millones de años".

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La identificación de estas enzimas, responsables de fétidos aromas, fue posible a través de un análisis que fundó sus teorías a través de la biología estructural y bioquímica: “Esto representa un nuevo nivel de comprensión sobre cómo los microbios específicos contribuyen bioquímicamente al mal olor axilar”, reconocieron los investigadores, y aseguraron que este hallazgo ayudará en la creación de estrategias más específicas para inhibir el olor corporal.

fjb

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