Desde que se anunció la existencia del Covid-19 y se dieron los primeros casos positivos en México, la sociedad se ha empapado de conceptos científicos en la búsqueda de comprender la forma en que el virus del SARS-CoV-2 penetra en el cuerpo humano y los efectos que produce durante la enfermedad. Hasta la fecha, los investigaciones no terminan de comprender porqué afecta más a algunos pacientes que otros, sin embargo, aseguran que la “inmosenescencia” es un factor que podría contestar a esta interrogante.
A casi un año que se detectara al primer paciente con Covid-19 en México, el 28 de febrero de 2020, un sinnúmero de datos, opiniones de expertos, recomendaciones, estadísticas, modelos predictivos e investigaciones en torno al nuevo coronavirus han circulado en la red incesantemente, obteniendo la atención de los internautas, quienes preocupados por los alcances de la pandemia se interesaron como nunca antes en entender el fenómeno que provocó la emergencia sanitaria actual.
De acuerdo con Pablo Aldaz , portavoz de Vacunas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), uno de los factores que impacta en la forma en que una persona padece la enfermedad del Covid-19 estriba en la presencia de la “inmunosenecencia” . El investigador, en una publicación del Sistema de Información y Noticias Científicas (SINC), explicó que este fenómeno aparece a medida que las personas se hacen mayores y consiste en un deterioro en nuestro sistema inmune, el cual reacciona cada vez peor a los estímulos del cuerpo humano.
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En consonancia, un estudio de “Inmmunity & Ageing” explica que esta manifestación forma parte del proceso de envejecimiento de los seres humanos. La inmunosenecencia consiste en alterar las funciones del sistema inmunitario y su eficiencia.
La manera en que impactan en la personas son variables, ya que pueden arremeter la “linfopoyesis”, proceso encargado de desarrollar los distintos de linfocitos que a su vez sirven para elaborar anticuerpos, y controlar la respuesta inmune frente a un agente infeccioso y destruyen las células tumorales.
Cabe mencionar que el ser humano cuenta con dos tipos de inmunidad : innata y adaptativa que trabajan en conjunto para combatir la llegada de un patógeno que pretenda acceder al cuerpo humano. Los expertos aseguraron que la inmunosenencia afecta a ambas, predisponiendo a los adultos mayores a padecer más enfermedades. Entre las afecciones a las que se encuentran más vulnerables son patologías relacionadas a la inflamación como el Alzheimer , enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y dolencias infecciosas como la influenza y el Covid-19.
Además, aseguraron los investigadores que del mismo modo, las personas con más de 65 años comienzan a desarrollar “respuestas pobres” a la administración de vacunas. Según estadísticas sobre la respuesta a la inmunización en contra de la influenza, la eficacia de la vacuna alcanzó entre el 70 % y el 90 % en individuos menores de este rango de edad, a diferencia de la población mayor con un 30 % y 40 % de respuesta positiva.
Anticuerpos:
Estos son un tipo de proteína localizada en los fluidos del cuerpo humano, principalmente en la sangre, los cuales actúan como receptores de un tipo de linfocito (B), aquellos encargados de defender a las células humanas de patógenos, secretando anticuerpos capaces de reconocer las moléculas patógenas y combatirlas.
Autoanticuerpos:
Es una clase anticuerpo antagonista, producido por nuestro propia cuerpo, y que actúa en nuestra contra, al atacar a los antígenos humanos, que es la sustancia que modula el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.
Inmunidad:
Es un proceso fisiológico que percibe y capta los cambios que sufre el organismo humano, al entrar en contacto con agentes o sustancias externas. Uno de sus papeles más importantes radica en la prevención de las enfermedades infecciosas, al actuar como una barrera que sirven para detectar y atacar a los agentes patógenos.
Mutación:
Las mutaciones son errores en la copia de ADN durante la división celular. Cuando un patógeno se reproduce, su genoma le indica que se multiplique con el objetivo de dar lugar a nuevas formas de virus.
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Mientras que el ADN tiene la capacidad de corregir los errores de reproducción, el ARN, que es otro tipo de molécula, no lo puede hacer y cuando los virus entran en contacto con él, comienzan a transformarse, pues cuenta con una tasa de mutación muy elevada.
Variante:
Es un conjunto de mutaciones desencadenadas por un virus, durante su proceso de transmisión, en el que se modifica dependiendo del huésped en el que se aloje.
Linaje:
Un grupo de mutaciones, que al igual que las variantes, puede ser llamado como linaje, sólo que a diferencia del primero, este último indica que la posición en la que se ubica en el árbol filogenético del ADN del patógeno.
Cepa:
Este concepto se utiliza cuando el virus ha mutado un número considerable de veces, por lo que se transforma de manera trascendental, modificando la biología del virus, es decir, la forma en que se introduce a las células humanas o cambia su mecanismo de replicación.
nrv