¿Despertaste esta mañana con la sensación que las horas de sueño no fueron las suficientes? En efecto, no eres la única o el único que lo experimenta. Así es, se trata de los efectos de cambio de horario , pero no sólo se trata del hecho que dormimos una hora menos, sino que nuestro cerebro vive un proceso de adaptación que requiere de más de un día para comprender que el día comienza más temprano y que la llegada del anochecer se prolonga. Se trata del reloj circadiano , responsable de coordinar las prácticas que realizamos a determinadas horas, ¿Cómo podemos ajustarlo al horario de verano ?
Raúl Aguilar Roblero, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM , experto en la regulación de la conducta, dice que con cada cambio de horario, ya sea de verano o invierno, ocurren efectos secundarios en el cuerpo humano. Estas dificultades de adaptación se deben a que nuestro reloj circadiano se guía, por medio de la luz del Sol, para llevar a cabo actividades específicas como es el caso de la hora de alimentarse; dormir de noche y despertarse durante el día. De esta manera, nuestro comportamiento y actividades se sincronizan para que el cuerpo funcione armónicamente.
Aunado a esto, hay otros aspectos que favorecen o ralentizan la adaptación al nuevo horario. No es ninguna novedad el hecho que hay personas que se les facilita más realizar sus actividades desde muy temprano, por lo que duermen con la puesta del anochecer, y muchas otras que prefieren descansar de día y emprender sus pendientes durante la noche. "Así como tenemos un color de ojos, cabello y piel, también estamos codificados en nuestros genes como personas nocturnas o matutinas”, señaló el doctor en ciencias en un comunicado.
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Aguilar Roblero refirió que dormir a una hora determinada va más allá de un hábito y aseguró que si a la población se le dificulta adoptar el nuevo horario no es que se trate de un capricho, sino que es una reacción del reloj circadiano, por lo que nuestro cuerpo protesta como sinónimo que no comprende lo que está ocurriendo. Sin embargo, los efectos del cambio en las horas del día y las noches no traen ninguna consecuencia grave. “Sentimos que nuestro cuerpo protesta por lo que está pasando, pero no nos va a enfermar, finalmente nos adaptamos”, aseguró.
De acuerdo con el experto, el organismo humano requerirá de entre tres a una semana para que comprenda que el horario ha cambiado y que debo funcionar en conformidad de nuevas horas. La diferencia dependerá si la persona es matutina o nocturna. “Para algunos será más fácil el horario de verano y para otros el de invierno”, expuso.
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Una de las recomendaciones del doctor es adaptar las horas de ingesta de alimentos. Si solías comer a las 15:00 horas, ahora hazlo a las 14:00 horas. De esta manera, el reloj circadiano capte esas señales y atraviese una transición más rápida y sencilla.
Además, el experto de la UNAM desaconsejó el uso de dispositivos con pantallas luminosas, como la TV o un celular, antes de la hora de dormir, pues la luz manda señales al cerebro que el cuerpo debe mantenerse despierto, lo que provoca insomnio y mala calidad del sueño. Por ello, es recomendable dormir completamente a oscuras.
melc