El embrión de dinosaurio con pico de pato más completo jamás documentado fue hallado a través de dos fragmentos de huevos de dinosaurio del Cretácico superior en la provincia china de Jiangxi (este), informa hoy el diario oficialista "Global Times".
Este hallazgo fue publicado en una tesis firmada por el Museo de Historia Natural de la Piedra de Yingliang, la Universidad de Geociencias de China y académicos de Taiwán y Canadá, en la que responden a incógnitas relacionadas con la reproducción y evolución de los dinosaurios.
El espécimen fue bautizado como "Bebé Yingliang" al encontrarse ahora mismo en el Museo de Historia Natural de la Piedra de Yingliang en la provincia de Fujian (este).
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El "Bebé Yingliang" se encontraba en un huevo elipsoide con un diámetro de 9 centímetros que fue hallado en los estratos del Cretácico superior en Jiangxi, un periodo de tiempo que data de hace entre 72 y 66 millones de años.
Las principales características que presenta el embrión, desde una forma única del cráneo hasta sus huesos y vértebras, permiten deducir que pertenecía a un hadrosáurido, también conocido como dinosaurio con pico de pato, grandes dinosaurios herbívoros que se caracterizaron por sus picos planos semejantes a los de los patos.
El huevo estudiado en la tesis no es el primero que se encuentra de este tipo de espécimen, pero sí es con diferencia el embrión mejor conservado que se ha descubierto.
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Este estado de conservación ha permitido a los académicos desarrollar nuevas teorías sobre el desarrollo de los dinosaurios, viendo que el tamaño modesto tanto del huevo como del embrión sugieren que los huevos pequeños y el desarrollo tardío del cuerpo eran un rasgo primitivo de los dinosaurios con pico de pato.
Al comparar al "Bebé Yingliang" con los embriones de otros terópodos, dinosaurios saurópodos de cuello largo y aves, el equipo propuso que el comportamiento de repliegue, que se consideraba exclusivo de las aves, evolucionó por primera vez en los dinosaurios terópodos hace muchas decenas o cientos de millones de años.
Los descubrimientos adicionales de fósiles de embriones serían muy valiosos para seguir probando esta hipótesis, resumen los investigadores.
melc