El primer felino espacial que ayudó a allanar el camino para que los humanos viajasen al espacio --como la perra Laika--, fue lanzado por Francia hace 55 años.
En octubre de 1963, una gata parisina llamada Félicette se convirtió en el primer y único felino en viajar al espacio. Se lanzó sobre un cohete Véronique AG1 y voló a cerca de 157 kilómetros sobre la Tierra, donde experimentó brevemente la ingravidez.
Su cohete se elevó hasta seis veces la velocidad del sonido y la expuso a 9.5 G de fuerza. Quince minutos más tarde, regresó a la Tierra de forma segura, lanzándose en paracaídas en su pequeña cápsula espacial, sana y salva.
Félicette fue uno de los 14 gatos seleccionados por el programa espacial
francés para someterse a un entrenamiento de vuelo espacial. Su participación en la carrera espacial ciertamente no fue voluntaria, pero fue un gran hito para Francia, que acababa de establecer la tercera agencia espacial civil del mundo (después de los EE. UU. Y la Unión Soviética). La misión de Félicette ayudó a Francia a participar en la carrera espacial.
El entrenamiento involucró el mismo tipo de centrifugadora en el que los astronautas humanos se sientan durante su entrenamiento de verificación previa. Los gatos también tenían electrodos implantados en sus cerebros para que los científicos pudieran controlar su actividad neurológica.