Pese a que son muchas las especies de devotas a la , un estudio descubrió que las grullas de la India hacen excepciones, aunque son consideradas unas de las parejas de vertebrados más "románticas", permiten que otra ave se les usa con fines que benefician a sus crías.

El estudio, publicado en "Ecology", revela los resultados de un seguimiento del comportamiento de la especie. Antes que saliera a la luz esta investigación, se creía que las eran tan rapaces, cuando de defender su territorio y pareja, se tratara que, al aproximarse un intruso, emitían un agobiante sonido al unísono.

Su devoción por su compañera o compañero es tal que, de acuerdo con el conservacionista KS Gopi Sundar, si pierden a su pareja, lo más probable es que la grulla viuda muera al poco tiempo. “Cuando uno de los pájaros muere, la mitología local dice que el otro pájaro se muere de dolor”, dijo el científico de la Fundación para la Conservación de la Naturaleza, en India.

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Pero luego que Gopi Sundar estudiara de cerca el comportamiento de la especie, se percató que no es tan aprensiva cuando se trata de alcanzar un objetivo común. Las grullas permiten la llegada de otro miembro para que este ayude a cuidar a una cría en malas condiciones. Por su aportación en la bandada, la tercera grulla ha sido identificada como la "au pair", un término que hace referencia a la llegada a una familia, de la que no se forma parte, pero con la que se genera un vínculo a cambio de ayudar con la necesidad primaria del núcleo familiar.

Este comportamiento fue detectado por el investigador hace más de 20 años, pero, en un primer intento, cuando compartió su hallazgo con otros expertos, "sonrieron y me dieron palmaditas en la cabeza”, recordó. Por ello, Gopi Sundar siguió la pista de una pareja de grullas a lo largo de 16 años.

Después de recopilar datos hasta 2020, el doctor Sundar, junto con sus colaboradores, observaron 193 tríos entre más de 11 mil 500 avistamientos de grullas. “Así que los tríos son definitivamente raros”, reveló y detalló que algunos incluían un macho y dos hembras, y viceversa.

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Durante las observaciones, los expertos se dieron cuenta de la efectividad de la dinámica familiar de las grullas, ya que dos de las tres aves se quedaban en casa a cuidar a sus crías, anidaban y ponían huevos: "Sólo dos de los tres animales se aparearon cada temporada", profundizó.

Esta manera inusual de pareja, sugirieron los autores del estudio, también se debería al hábitat hostil donde se encuentran, porque formar un equipo puede ser una adaptación a las malas circunstancias.

melc

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