La Secretaría de Salud señala que, en México, cerca de 220 mil personas fallecieron por algún tipo de enfermedad del corazón durante el 2021; de estas, 177 mil fueron a causa de un infarto al miocardio.
Las enfermedades del corazón o enfermedades cardiovasculares son aquellas que afectan de manera directa a este órgano o a los vasos sanguíneos. Dentro de las enfermedades más recurrentes se encuentran la insuficiencia cardíaca, que es cuando el corazón no tiene la fuerza necesaria para bombear la sangre; las arritmias, es decir, cuando los latidos del corazón van muy rápidos, muy lentos o no están estables; o el infarto al miocardio que se presenta al obstruirse la irrigación sanguínea al corazón.
En su mayoría, las enfermedades del corazón se pueden llegar a prevenir al evitar o controlar los factores de riesgo para su desarrollo.
El Dr. José Luis Ojeda Delgado, director de la división cardiovascular del Centro Médico ABC señala que existen más de 100 factores de riesgo en los problemas del corazón. Un constante chequeo a estos factores, así como una revisión completa en la etapa del adulto joven es ideal para conocer de manera temprana un posible problema y cambiar conductas en el estilo de vida para no dejar que se desarrollen.
Algunas personas cuentan con un mayor riesgo para el desarrollo de estos padecimientos. Por un lado, están aquellos que realizan de manera recurrente algún deporte de alto impacto, frecuentemente son adultos jóvenes; por el otro, están las personas que viven con una enfermedad crónico-degenerativa como la hipertensión, diabetes o que sean fumadores.
La prevención cardíaca tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, lo cual se logra conociendo los factores de riesgo que pueden ser modificables y no modificables.
Los factores de riesgo modificables son aquellos que sí están en las manos de las personas cambiar o eliminar de su estilo de vida e incluyen:
● Alcohol: tomar una o dos copas de vino puede ser beneficioso para la salud; pero consumir bebidas alcohólicas en exceso conlleva a altos niveles de triglicéridos o tener la presión arterial elevada.
● Alimentación: un consumo excesivo de calorías y grasas saturadas favorece una concentración elevada de lípidos como el colesterol o los triglicéridos.
● Ansiedad o estrés: los niveles tanto de ansiedad como de estrés pueden llegar a ser inmanejables, si esto sucede de manera frecuente se puede desarrollar un desequilibrio en el organismo lo que conducirá a algunas enfermedades del corazón.
● Diabetes: aunque una vez diagnosticado este padecimiento ya no hay marcha atrás, lo cierto es que antes de que se desarrolle, se pueden tomar medidas preventivas o en caso de presentar el diagnóstico, lo mejor es controlarlo. Una diabetes mal manejada genera un riesgo en el aumento de la glucosa y esto puede desencadenar aterosclerosis, que es la acumulación de placa en las arterias.
● Hipertensión: la presión arterial elevada se presenta cuando una persona llega a mantenerla de manera frecuente sobre 130/85 a 140/90 mmHg (milímetros de mercurio), dependiendo de su edad. Esto puede desencadenar daños en las paredes internas de las arterias, lo que resultará en depósitos de grasa y la posterior obstrucción en el paso de la sangre.
● Sedentarismo: llevar una vida sedentaria incrementa los riesgos cardiometabólicos; no realizar actividad física puede resultar en un mal control de la presión sanguínea, niveles de colesterol elevados o la presencia de sobrepeso y diabetes, por citar algunos ejemplos.
● Sobrepeso u obesidad: son considerados como uno de los principales problemas de salud a nivel mundial; se presentan cuando una persona llega a consumir un número elevado de calorías, superando los requerimientos diarios que tiene; esto da como resultado un exceso de grasa corporal y, por ende, un grave riesgo en el desarrollo de las enfermedades del corazón.
● Tabaquismo y contaminación: el humo de cigarro, sin importar si es de primera o segunda mano, así como la contaminación ambiental, dañan las paredes internas de las arterias, esto facilita el depósito de colesterol y, además, genera alteraciones en la coagulación.
Por otra parte, los factores no modificables son aquellos que se relacionan a situaciones que no se pueden eliminar o revertir y que, en muchos casos, favorecen la aparición de las enfermedades de corazón:
● Edad: el paso de los años aumenta los riesgos cardiovasculares. En los hombres suelen comenzar a partir de los 45 años, mientras que en las mujeres es a partir de los 55 años.
● Genética: existen algunos tipos de enfermedades del corazón que se pueden presentar con mayor facilidad si ya se cuenta con un familiar en primer grado que la ha tenido, estos incluyen a los padres, tíos o hermanos.
● Sexo: es recurrente la creencia de que los hombres pueden llegar a presentar con mayor facilidad alguna enfermedad coronaria; la realidad es que tanto hombres como mujeres pueden desarrollarlas, aunque la etapa de aparición varía entre cada género. En las mujeres generalmente se presentan después de la menopausia.
Es importante considerar que la mayoría de las enfermedades del corazón pueden prevenirse y siempre los buenos hábitos tendrán más relevancia que la predisposición genética, señala el Dr. Ojeda. Realizar cambios como no fumar, realizar actividad física y mantener una alimentación balanceada pueden retardar o incluso anular la aparición de algunas enfermedades del corazón.
El Centro Médico ABC cuenta con el Centro de Diagnóstico Cardiovascular ABC, donde encontrarás el mejor equipo para el diagnóstico de la salud de tu corazón, esto con el apoyo de imagenología con resonancia magnética, tomografía axial computarizada, ecocardiografía y medicina nuclear. También se cuenta con equipo de cardiología intervencionista, salas de cateterismo cardiovascular y un programa de atención de infarto agudo al miocardio, conocido como Código AMI, que tiene certificaciones internacionales y está destinado a dar atención oportuna a personas con dolor o molestia en el pecho.
Acércate al Centro Cardiovascular y conoce los servicios destinados no solamente al diagnóstico, también a la prevención, tratamiento y seguimiento de estos padecimientos, para lograr mantener una buena salud del corazón.