El escritor y científico Carlos Briones, quien ha ganado premios tanto de divulgación científica (Prismas 2016) como de literatura (Hiperión de Poesía 1993), sirviéndose de referencias a la literatura, la música y la pintura, o hablando de misiones espaciales, reflexiona sobre las posibilidades de que exista vida en el espacio exterior.
“Yo soy partidario de lo que llamamos la tercera cultura, que integra ciencias, humanidades y artes. Mi propia trayectoria es así. Yo escribo ficción y poesía desde que era adolescente; gané el premio de poesía Hiperión a los 23 años. Yo era escritor antes que científico, pero decidí estudiar una carrera de ciencias porque me interesaba entender cómo es el mundo a partir de la investigación, sin olvidar, por supuesto, las artes, esa otra forma de comprender al mundo”, dice Briones en entrevista.
La ciencia, señala, es la forma objetiva más útil para plantear cómo es el mundo. “Pero la creatividad va muchas veces por delante. En particular, lo ficticio ha sido una anticipación de lo que luego hace la propia ciencia. La cita de Julio Verne, ´Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad´, es completamente verdadera. Me interesa mucho la ciencia ficción como una potencia creativa. Luego se aplica el método científico para ver si lo que plantea la ficción puede ser posible. La creación artística y la ciencia van de la mano”.
Al recapitular cómo han sido, desde los paradigmas científicos, las ideas de la humanidad sobre la vida en otros planetas, el escritor afirma que “al principio, las aproximaciones eran mágicas o místicas, pero con el advenimiento de la revolución científica, en el Renacimiento, empezamos a usar telescopios cada vez más avanzados para preguntarnos qué hay afuera.
“La gran revolución se produce desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, cuando la astrofísica y la biología molecular empiezan a combinarse para estudiar la vida en la Tierra”.
Y precisa que las últimas décadas del siglo XX son fundamentales. “La exploración espacial nos da como herramienta la posibilidad de ir a otro planeta, a Marte, en particular”.
Briones cita a Giovanni Schiaparelli, astrónomo italiano del siglo XIX, “quien cree descubrir, observando Marte por el telescopio, unos canales en el planeta. Él piensa que son canales para mover el agua de un hemisferio a otro. Pero un astrónomo más, el estadounidense Percival Lowell, empieza a pensar, de forma muy impulsiva, que esos canales son artificiales y que hay una civilización tecnológica en Marte. Una idea que está impregnada en el pensamiento de la humanidad”.
Hay que tener en cuenta, recalca, que en esa época se acababa de inaugurar el Canal de Suez, por lo que se concibió que una civilización tecnológica podía construir caminos artificiales así. Luego vendrían novelas maravillosas, concluye, como De la Tierra a la Luna, de Julio Verne (“una ficción que se hizo realidad”) o La guerra de los mundos, de H. G. Wells (“donde por primera vez se plantea que una civilización extraterrestre invade la Tierra”).
Carlos Briones
Escritor y científico
“Las posibilidades reales (...) son muchas, pero no hay evidencia. Hay que ser humildes y reconocer que la naturaleza nos rebasa”
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