Todos sabemos cuánto contaminan los plásticos a nuestro planeta y el daño que le ocasionan. Uno de ellos es el tereftalato de polietileno , mejor conocido como PET , un plástico procedente del petróleo y que tarda entre 500 y mil años en degradarse.
Pero hay una buena noticia que podría terminar con este problema. Y es que un grupo de investigadores de la Facultad de Química de la UNAM desarrollaron enzimas para degradar en cuestión de semanas los materiales que originan este plástico. Las enzimas son unas proteínas que tienen la función de acelerar la velocidad de las reacciones químicas.
Este importante proyecto, coordinado por Carolina Peña Montes y Amelia Farrés González Sarabia, académicas del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la referida Facultad, sería una solución para el manejo de las 722 mil toneladas de residuos anuales de PET que se generan en México.
¿Cómo se degrada el PET con las enzimas?, las enzimas son producidas por un hongo llamado Aspergillus nidulans , y se aplicaron en plásticos, específicamente el poliéster. Primero se aplicó a poliésteres puros para ver si podía degradarlos, y se logró; el siguiente paso fue hacerlo con poliéster sintético, es decir, las botellas de PET.
El Aspergillus nidulans , abundó, produce estas enzimas porque es fitopatógeno, es decir, infecta plantas, para lo cual primero debe degradar un biopolímero ubicado en la cutícula, una especie de cera que recubre a muchos frutos como el pepino o el tomate (un material ceroso llamado cutina).
Cientos de botellas de PET contaminantes
El PET es un gran problema para la sociedad mexicana, ya que somos nosotros quienes más utilizamos este material; de hecho, es preocupante darnos cuenta que una persona puede consumir alrededor de 200 botellas de PET al año en el país, señaló Carolina Peña.
Según la especialista, el tratamiento actual para este tipo de plásticos es químico y contaminante, mientras que el proceso enzimático se hace en un menor tiempo y costo.
Agregó que están en proceso de obtener la patente del proyecto, y en algunos meses podría convertirse en una planta de tratamiento de desechos. La líder del proyecto mencionó que el trabajo de investigación está concluido a nivel laboratorio y se encuentra en la etapa de escalar a centros que tratan este tipo de desechos.
Por último, Amelia Farrés, mencionó que el 60 por ciento de los desechos de estos materiales plásticos tienen como destino final los rellenos sanitarios y el resto está a cielo abierto; por esa razón, la tecnología de enzimas que se produjo en la Facultad de Química puede ser una alternativa para manejarlos.