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En el Día Mundial del Corazón , expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron los factores de riesgo que producen la manifestación de enfermedades cardiacas las cuales están relacionadas al diagnóstico tardío, exceso en el consumo de carbohidratos, el tabaquismo y aspectos de la salud mental, como la ansiedad y la depresión.
El doctor Juan José Orozco Gutiérrez, cardiólogo intervencionista y jefe de la sala de hemodinamia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), aseguró en entrevista con EL UNIVERSAL que las enfermedades cardiovasculares , primer causa de muerte en nuestro país, son un conjunto de patologías que afectan tanto a los vasos sanguíneos como al corazón.
Estos malestares pueden manifestarse a través de infartos, la hipertensión arterial y los accidentes cerebrovasculares, que pese a que comparten las mismas causas, se desarrollan en distintos territorios.
El experto egresado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM explicó que los hombres tienen mayor probabilidad de padecer este tipo de enfermedades a edades más tempranas, antes de los 65 años, a diferencia de las mujeres quienes presentan molestias entre los 65 a 70 años, edad en la que los casos se pueden llegar a superar "teniendo peores pronósticos, ya que las mujeres suelen tener más tolerancia al dolor, por consiguiente acuden con menor frecuencia al médico a atenderse”, aunado a que presentan una sintomatología distinta, por lo que se dificulta su diagnóstico .
El medico cirujano declaró que una de las características de estas enfermedades es que genera un deterioro progresivo en el paciente, quien presenta molestias por primera vez sólo cuando lleva a cabo actividades intensas , pero poco a poco las manifestaciones se agudizarán sin importar que tanto reposo se guarde.
“Por ejemplo, un paciente puede estar dormido y súbitamente aparecer este dolor”, advirtió en el marco del Día Mundial del Corazón, celebrado este 29 de septiembre, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2000.
“Esta estadística es alarmante porque vamos en ascenso”, aseveró Orozco Gutiérrez luego de hacer una comparación entre la alza en la tasa de mortandad en México por este tipo de enfermedades, ya que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2019 la principal causa de muerte fue producida por patologías cardiovasculares, impactando en la vida de 149 mil 368 mexicanos, de las cuales 79 mil 997 fueron hombres y 69 mil 357 mujeres.
Juan José Orozco Gutiérrez, cardiólogo intervencionista y jefe de la sala de hemodinamia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Foto: Captura
La manifestación de estas enfermedades es motivada por distintos factores de riesgo, ya sean adquiridos a consecuencia del tabaquismo o la obesidad ; sin embargo también pueden ser heredados, por cuestiones genéticas. Ante esto advirtió que debemos entender que entre mayores factores de riesgo se acumulen, aumentará la posibilidad de desencadenar una enfermedad cardiovascular.
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“Entre más joven menor riesgo cardiovascular, entre más grande mayor riesgo cardiovascular y a eso se va añadiendo cosas como la obesidad, el tabaquismo y la falta de actividad física”, puntualizó el académico de la UNAM.
Agregó que “si el paciente acude en las primeras 12 horas e idealmente en el transcurso de las dos primeras horas -después de presentar molestias cardiacas- aumenta la probabilidad de que sobreviva y tenga una buena recuperación para que se pueda reincorporar a su vida laboral, pero pasada las 12 horas la probabilidad de sobrevivir disminuye a más del 50%”, desencadenándose una insuficiencia cardiaca en la cual, el paciente perderá la capacidad funcional impostergablemente.
Angustia y confinamiento, factores de riesgo
La doctora Diana Patricia Guízar Sánchez , medica psiquiatra y coordinadora de investigación de la Subdivisión de Especializaciones Médicas de la UNAM, declaró que las crisis de angustia, además de ser un problema frecuente en la sociedad, está relacionada directamente con enfermedades cardiovasculares. “ A raíz del confinamiento el estrés ha aumentado muchísimo , ya que la posibilidad de hacer actividad física es mucho menor. Si de por sí no se hacía teniendo los medios de poder salir a caminar a la calle, ahora con la pandemia menos”.
Destacó que el nivel de estrés psicosocial se intensificó mayormente en las mujeres, como parte de uno de los efectos de la emergencia sanitaria: “Están con los niños en las clases en línea, aparte de las actividades laborales y domesticas”. Entre otro de los elementos que podrían intensificar la presencia de problemas en el corazón, mencionó el insomnio y la disminución de horas de sueño .
La investigadora señaló a la depresión como el factor más importante a la hora de aumentar el riesgo cardiovascular: “es tres veces más frecuente en los pacientes con depresión y que han sufrido un infarto agudo al miocardio , en comparación de la población general, aumentando los riesgos de hospitalización o la presencia de un segundo infarto. Si la persona está deprimida, difícilmente se adherirá a todo el plan, tanto alimenticio como el plan de ejercicio, o la toma de medicamentos generando alteraciones en el cuerpo, específicamente en el eje hipotálamo hipófisis adrenal y de cortisol, que es la hormona liberada a la hora de experimentar estrés".
“El estrés -especificó la doctora- es efectivo y lo tenemos en el cuerpo por algo, pero tiene que reaccionar sólo ante eventos específicos, lo que pasa en la actualidad es que se activa delante de un peligro que no es real, porque muchas veces está peligrosidad está solo en la mente”, motivados por una serie de problemas cotidianos que mantiene la alerta constante, por lo que la integrante de la Universidad Nacional especifico: “tal cual a un sistema que tendría que ser como prenderse y apagarse pero lo mantengo prendido todo el tiempo, por lo que tarde temprano colapsará, causando alteraciones”.
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En el caso de ansiedad, Guízar Sánchez explicó que provoca un aumento en el consumo excesivo de alimentos, principalmente de carbohidratos lo que modifica la dieta, aumenta o duplica el riesgo de infarto al miocardio y de enfermedades cardiovasculares. “Desde niños se enseña a ser ansioso, a responder a los estímulos y a contender de manera no sana esa ansiedad, porque si la calmo al comer en exceso, al beber alcohol y al fumar, estas prácticas sólo aumentarán el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular”, aseveró.
Ante la asiduidad con la que se presentan las enfermedades cardiovasculares en la población mexicana, tanto Guízar Sánchez como Orozco Gutiérrez recomendaron atacar los factores de riesgo a través del diagnóstico temprano para evitar el riesgo de complicaciones. De esa forma es que el médico general se encargará de indicar si es necesario que la persona visite al especialista .
Aconsejaron fomentar una vida saludable mediante una alimentación equilibrada al evitar el exceso de carbohidratos y sustituirlos por el consumo de verduras, así como la ingesta de proteínas de alta calidad, como pueden ser el pescado , el pollo y la carne magra.
Estas practicas deben de llevarse a cabo en grupo, ya que las malas costumbres de alimentación o la falta de ejercicio predominan generalmente en todos los integrantes de la familia y no sólo en el miembro que acude a consultar al nutriólogo.
nrv