La Secretaría de Salud ha completado recientemente los datos de exceso de mortalidad en México (respecto a 2019) hasta la última semana de 2020. De ellos se desprende que el año pasado 1,050,382 personas fallecieron, contra 723,773 defunciones esperadas de acuerdo a la mortalidad de 2019. El llamado “exceso de mortalidad acumulado total” fue entonces de 326,609 personas. Las “defunciones confirmadas SARS-CoV-2” fueron tan solo 133,964, sobre todo porque a muchos de los fallecidos en todo el país no se les aplicó la prueba del Covid y por eso no entran en la estadística.
La gráfica muestra el exceso de fallecimientos semanales (en gris), desde la semana 15 de 2020, hasta la semana 53. En rosa se muestran los fallecimientos “oficiales”, que lo son porque sí se les aplicó la prueba del Covid.
De esto podemos sacar algunas conclusiones:
•Por primera vez en la historia moderna de México han fallecido más de un millón de personas en un año.
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•El exceso de mortalidad en 2020 es realmente mayor a 326 mil personas, ya que, examinando los datos, se puede ver que Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Nayarit no han reportado sus cifras de las últimas semanas. Ya que lo hagan y que otras entidades completen sus datos, el exceso de fallecimientos rebasará probablemente las 350 mil personas, sólo hasta el 31 de diciembre pasado.
•La relación entre el exceso de decesos y los decesos “oficiales” por Covid, con los números de la Secretaría, equivale a un factor de 2.43, que será mayor a 2.5 una vez que los datos estén completos.
•Por eso un procedimiento heurístico muy simple para estimar el exceso de mortalidad en México consiste en multiplicar por 2.5 la cifra oficial de decesos por Covid.
•Los datos de decesos oficiales en enero y febrero de 2021 muestran una caída de la curva, pero hay que tomar en cuenta que los datos llegan tarde y las últimas cuatro semanas siempre se encuentran subestimadas. Está todavía por ver cuál será la forma final de la curva cuando los datos estén completos.
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•El exceso de decesos en la ultima semana de 2020 (que fue la semana 53, ya que parte de la semana 1 perteneció a 2019) fue muy alto, probablemente porque se ingresaron algunos datos atrasados. Aun así, el exceso de fallecimientos en diciembre fue de 42 mil personas. Es plausible suponer que esta tendencia se mantuvo en enero y en lo que llevamos de febrero. El exceso de mortalidad desde que comenzó la epidemia podría ya ser de más de 400 mil personas.
Hay que hacer notar que todo esto se desprende de los mismos datos de la Secretaría de Salud. En el extranjero, en todas las tablas que se publican sobre México, se utilizan las cifras “oficiales” más pequeñas que subestiman el alcance de la epidemia.
Es claro que no todo el exceso de mortalidad se debe al virus de manera directa, muchas personas deben haber muerto por falta de atención médica oportuna para otras enfermedades, ya que muchas clínicas se convirtieron en hospitales Covid. Pero fueron obviamente víctimas de la epidemia de manera indirecta, ya que sin ésta hubieran recibido atención hospitalaria . La epidemia tiene víctimas directas , pero también daños colaterales que no se pueden ignorar. El método más realista para estimar el costo en vidas humanas de la epidemia es considerar el exceso de mortalidad en su totalidad. Sólo habría que deducir un crecimiento anual esperado de la mortalidad de 1.5% por el envejecimiento de la población.
Además, mientras en países europeos la edad media de los fallecidos por Covid ronda los 81-82 años, en México el promedio es de alrededor de 65 años de edad. Con una esperanza de vida en México, pre-pandemia, de unos 75 años, cada víctima ha perdido unos 10 años de su vida. En Italia, España, Holanda y Alemania, la pérdida de años de vida esperada es mucho menor, por cada víctima, y además hay menos víctimas. El costo social en México es desproporcionado.
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Es muy preocupante que con la aparición de nuevas mutaciones del virus SARS-CoV-2 se esté discutiendo la posibilidad de una tercera ola de contagios en todo el mundo. Gran Bretaña ya prácticamente se aisló del mundo y otros países están tomando medidas de emergencia. Todo va a depender de la velocidad a la que progrese el proceso de vacunación en todos los países, para poder contener el avance del virus.
En la gráfica, el tan anunciado “pico” de la epidemia del 8 de mayo cae en la semana 19. El Dr. López-Gatell anunció también en abril el “fin de la epidemia” en CDMX para el 25 de junio, que corresponde a la semana 26. Cuando él ya pregonaba el fin, apenas estábamos comenzando.