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Después del Amazonas, la población de jaguar más importante del planeta vive en México. La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ANCJ) dio a conocer que una de las principales amenazas que sufre el jaguar en América Latina y en nuestro país es el mercado negro, ya que se venden sus colmillos, huesos y pieles en el comercio chino ilegal.
La ANCJ, que ha dedicado más de 15 años en lapreservación de esta especie, presentó los Avances en la Conservación del Jaguar en México: cómo esta población ha crecido pero que es necesario que el nuevo gobierno federal adopte acciones más solidas.
“Este año, más o menos en mayo, uno de mis grupos que monitorean la actividad de jaguares me informó un lamentable suceso; había un jaguar al que nosotros le habíamos dado seguimiento durante tres años, le pusimos ‘Pacman’ porque tenía un mancha con esta forma, lo encontraron sin cabeza y sin garras, lo que nos indica que el comercio ilegal, lamentablemente ya nos alcanzó”, dijo el biólogo Rodrigo Medellín, en conferencia.
Indicó que los dientes de los jaguares son utilizados para la joyería; mientras que los huesos son usados para la medicina china, además de las pieles, con las que hacen ropa o alfombras.
Respecto al significativo recorte que este año sufrió el sector ambiental, alrededor de 6 mil millones de pesos menos, el presidente de la ANCJ, Gerardo Ceballos, explicó que es una “decisión bastante miope de lo que debe ser la asignación de los recursos. El tema ambiental es un tema de seguridad nacional. El recorte representa que podemos perder bienestar a corto, mediano y largo plazo, no hay manera de tener mayor bienestar si seguimos perdiendo la flora y fauna”.
Detalló que desde enero establecieron un convenio con Fonatur para desarrollar una estrategia de protección al felino en la península de Yucatán, donde habita la mayor población de jaguares en México y se contempla la construcción del Tren Maya. Entre las líneas de acción que proponen está la ampliación de la reserva de la biósfera de Calakmul, trabajar en colaboración con la Guardia Nacional para frenar la tala ilegal de maderas preciosas, así como establecer pasos de fauna que mitiguen los impactos donde se va a construir la vía férrea.
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“Este año hemos avanzado en hacer estudios más completos de cuántos pasos de fauna se necesitan no sólo para mitigar el Tren Maya sino las carreteras que ya existen. Tenemos información precisa de en dónde deben de ir; tienen dos objetivos, uno mantener y vincular los corredores biológicos y el otro conservar las reservas como Calakmul, que en este momento está dividida en dos por una carretera federal y la idea es que con esto podamos restaurarla”, puntualizó Ceballos, también investigador de la UNAM.
Agregó que se requerirán alrededor de 300 pasos de fauna a desnivel, así como algunos pasos elevados, estos últimos “cuestan entre 60 y 100 millones de pesos, y los desniveles valen un tercio de este costo”, señaló Ceballos.