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jose.espindola@clabsa.com.mx
Hace unos días, Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, se encontraba en su casa cuando recibió la llamada de un querido amigo de Stanford, Estados Unidos, que jubiloso le dijo: “Gerardo, has sido elegido para ingresar a la National Academy of Sciences”. Fue así como el investigador se enteró de que había sido invitado a formar parte de la institución más importante a nivel mundial dentro de ese ámbito.
Ceballos platica que se encontraba parado cuando recibió la noticia y de la impresión tuvo que sentarse porque sintió un mareo, pero también orgullo de haber sido seleccionado de entre “miles de científicos buenos” por la importancia de su trabajo.
El investigador ha trabajado a favor de la conservación del medio ambiente con el objetivo de salvar al mayor número de especies en peligro de extinción. Es titular del Laboratorio de Ecología y Conservación de la Fauna Silvestre del IE, en donde ha demostrado que estamos entrando a la sexta extinción masiva.
Los vertebrados que perdimos en los últimos 100 años se deberían haber extinto en casi 10 mil años , según las tasas de extinción normales, esto muestra del tamaño del problema, de acuerdo con el investigador, quien señala que este problema es irreversible. “Una vez que pierdes una especie, es imposible volverla a tener y es más inmediato que el cambio climático”. Por ello, dice, los siguientes 20 años son clave para definir el futuro de la Tierra. “El reto es muy grande, pero todavía hay tiempo, la ventana de oportunidad es pequeñita, por eso tenemos que redoblar esfuerzos”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Ceballos se muestra optimista porque a pesar de los problema siempre está pensando en cómo solucionarlos, lo que para él es la clave de su éxito.
Por ello invita a los mexicanos a ocuparse de estos problemas y critica la pasividad de los candidatos presidenciales al no pronunciar ninguna propuesta a favor del medio ambiente.
México y Estado Unidos viven momentos de tensión, ¿cree que su ingreso a la Academia adquiere todavía más valor?
Es una enorme visión de la Academia distinguir a sus colaboradores extranjeros, que este años son 14; dos de Latinoamérica, uno de Chile y yo. Y en este sentido, que ellos acepten a un mexicano, evidentemente también tiene una connotación política importante, es decir, reconocen que el trabajo que se hace en México es de mucha calidad, independientemente de las opiniones adversas, sin fondo, absurdas, que tiene el presidente de aquel país.
Donald Trump siempre niega la existencia del cambio climático y nunca se muestra a favor del cuidado del medio ambiente...
Justo el que yo sea aceptado es un poco irónico porque mucho del trabajo que he desarrollado ha sido sobre los impactos ambientales que tiene el ser humano en la extinción de las especies, la destrucción de ambientes, en el calentamiento global y he sido probablemente el investigador mexicano más vocal en denunciar la construcción de un muro en la frontera. Esto es una muy buena llamada de atención de que la ciencia que hacemos aquí está reflejando los grandes males que están ocurriendo en EU.
¿Considera que los científicos estadounidenses la están pasando mal con un presidente así?
Hace algún tiempo alguien mencionaba con un poco de enojo la situación con EU, y yo le decía que a nivel científico lo que hemos hecho es ayudarnos. Ha habido muchas ocasiones en que los mexicanos hemos recibido una gran ayuda de parte de nuestros colegas de Estados Unidos y ahora es el momento de que los apoyemos. Te puedo decir que están sufriendo de forma muy severa las consecuencias negativas de estas políticas irracionales que están ocurriendo y es el momento de apoyarlos.
En mi carta de aceptación formal que mandaré voy a mencionar, precisamente, que en estos momentos los científicos mexicanos, los científicos latinoamericano, estamos allí para apoyar a nuestros colegas en Estados Unidos, que están pasando un periodo de oscuridad.
¿Cuáles serían los principales logros de su Laboratorio?
Una de las cosas que nos ha distinguido y creo que es bastante única en México y en muchas partes del planeta es que hacemos ciencia de mucha calidad. La ciencia que hacemos la publicamos en las mejores revistas científicas del mundo, como Sciences o Proceedings of the National Academy of Sciences.
A parte de eso, también hacemos dos cosas, conservación en el campo, es decir, trabajamos con la iniciativa privada, con comunidades ejidales, con grupos indígenas, para lograr proteger el ambiente; y por otro lado trabajamos con especies en peligro de extinción. Tratamos de entender por qué están en peligro y después tratamos de que no se extingan. El laboratorio es líder a nivel internacional porque hemos hecho trabajos que han mostrado que estamos entrando a la sexta extinción masiva. Recientemente evaluamos a 27 mil 600 especies de vertebrados para saber su tendencia poblacional y por lo menos 32% está declinando. El problema de la pérdida de la población es enorme y llevará a que esas especies estén en peligro de extinción.
Y específicamente ¿en México cuál es el trabajo que ha hecho?
Nuestro trabajo ha incidido en políticas públicas, hemos trabajado para que las áreas naturales protegidas tengan un mejor manejo. Uno de mis primeros trabajos siendo egresado del doctorado sirvió como una de las bases fundamentales para que tuviéramos una ley que protegiera a las especies en peligro de extinción, se llama la Norma Mexicana 059 y ha sido uno de los pilares para la conservación de las especies. También hicimos el primer pago por servicios ambientales en México.
Además hace algunos años no sabíamos cuántos jaguares había en México, es una especie en peligro de extinción, por lo que formé la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, que es un grupo de casi 50 expertos de 25 instituciones y nos juntamos para que en esta colectividad pudiéramos determinar las estrategias para conservar la especie e hicimos el primer Censo Nacional del Jaguar. Se consideraba que había mil jaguares en México y encontramos que había 4 mil jaguares, una muy buena noticia; estamos por terminar el segundo censo y los datos preliminares son muy alentadores.
¿Qué más se tendría que hacer en México par evitar la extinción?
En México tenemos que seguir trabajando en cuestiones que tienen que ver con el manejo y cuidado de los bosques, de las selvas, de los ecosistemas naturales y de las especies. Hay mecanismos que están funcionando, como las áreas protegidas, la leyes para proteger especies en peligro, combate al tráfico, combate a incendios, pero tenemos que reforzarlas.
El año pasado publiqué con la Fundación Slim un libro que se llama Conservación de la naturaleza en México. Casos de éxito, donde explicamos 30 casos donde la conservación ha llevada a acciones muy positivas y a resultados muy sólidos, por ejemplo, llegó un momento donde sólo había como 40 o 50 mil tortugas marinas nada más en México, este año rompimos el récord al llegar a más de 2 millones
Hay muchas cuestiones que se han hecho bien, pero tenemos que redoblar el paso, el problema fundamental de México y de la humanidad es el crecimiento de la población humana, no hay un país que tenga una política explícita que evite el crecimiento de la población human en el mundo, como si tuviéramos recursos ilimitados: 250 mil humanos cada día, un millón cada cuatro días, eso es insostenible.
En las campañas presidenciales la agenda ambiental está ausente, ¿qué opina de eso?
Si lográramos consolidar en los siguientes dos sexenios nuestras políticas ambientales, realmente seríamos un país ejemplo a nivel mundial. Me llama muchísimo la atención que ninguno de los candidatos presidenciales ha mencionado el tema ambiental, que es el cuarto eje rector de un país, está el social, el político, el económico y ahora el ambiental, que es un tema de seguridad nacional porque si no tenemos plantas y animales silvestres, no habrá agua suficiente; si no tenemos bosques y selvas, no habrá manera de mantener el clima; si tenemos mares contaminados, no será posible la productividad. La falta de recursos puede causar conflictos severos que se evitarían invirtiendo en el ambiente.
Estamos en una tesitura muy importante en relación con las elecciones y la gente tiene que voltear a ver cuál de los candidatos tiene la sensibilidad para ver el tema ambiental. Les recuerdo que no hay manera de mantener el bienestar social si seguimos deteriorando el ambiente.
Si algún candidato a la presidencia se acercara a usted para asesorarse, ¿qué consejos le daría?
El primer consejo que le daría es que es imposible mantener el bienestar del país sino cuidamos el ambiente, no es posible que la Ciudad de México tenga mejor ambiente si el microclima se hace más caliente porque tiramos los árboles. No es posible que los mexicanos tengan una mejor calidad de vida si tienen menor acceso al agua. Ese es le primer punto, reconocer que el tema ambiental es un tema de prioridad nacional y un tema de seguridad nacional.
En términos de biodiversidad, si yo fuera el candidato, lo que haría es ir con notarios públicos para documentar cómo recibí al país, con qué tanta contaminación, qué tanta deforestación. Con relación a eso y con ayuda de grupos de expertos de los diferentes sectores crearía la política ambiental del país y tendría métricas precisas para medir nuestros objetivos y al final del sexenio decir: “Señores, recibí así al país y lo entrego de esta manera”. Sería una manera novedosa de empezar a hacer las cosas bien. En el tema ambiental tendríamos que ver la conservación de la áreas protegidas, la conservación de todos los recursos que están fuera de esas áreas, los bosques, las selvas, los mares, la protección de especies en peligro y buscar los mecanismos para que la sociedad se beneficie.
¿Qué debemos hacer para aprovechar la ventana de oportunidad que nos queda?
Debemos dejar de ser espectadores y convertirnos en actores de cambios positivos. Hay muchas acciones que podemos hacer a nivel individual, por ejemplo, no comprar animales silvestres, no consumir especies en peligro de extinción, los que somos más afluentes, comprar productos que no contaminen tanto.