Bajos del Norte, en el Golfo de México, forma parte de los corredores biológicos activos, cuyos procesos ecológicos mantienen un flujo continuo de vida marina, una postal multicolor, donde viaja, por ejemplo, la biomasa larvaria, fundamental en para la supervivencia de poblaciones de moluscos, crustáceos y peces.

En este lugar que funciona como zona de transición entre las especies del Golfo de México y el Mar Caribe hay arrecifes de coral únicos, y también es un sitio de reproducción de diversas especies de meros. Este resguardo de vida marina aún se mantiene fuera de la interacción antropogénica y es una de las 20 nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP) decretadas a principios de este año y con las que el país suma 225.