Botánicos rindieron homenaje a la obra maestra de Miguel de Cervantes al nombrar científicamente Carex quixotiana una nueva especie de planta restringida a La Mancha.
La novela épica, que cuenta la vida y los viajes del hidalgo Alonso Quijano que se convierte en el caballero andante "Don Quijote de la Mancha", es comúnmente considerada como una de las obras literarias más grandes jamás escritas, con su número de ediciones y traducciones que se cree que solo es superado por las de la Biblia.
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La nueva especie de planta, presentada en la revista "PhytoKeys", pertenece a las juncias del género Carex, un grupo de hierbas incluidas en la familia de los papiros (Cyperaceae). La clasificación (taxonomía) de estas plantas es difícil, ya que se trata de un género muy diverso y ampliamente distribuido, cuyas especies son frecuentemente difíciles de diferenciar. De hecho, C. quixotiana ha eludido la mirada de expertos botánicos durante décadas debido a su gran parecido con especies relacionadas.
"Las especies crípticas son frecuentes en grupos de plantas complejos, como las juncias, y se necesitan estudios integradores que abarquen diferentes fuentes de datos (por ejemplo, morfología, filogenia molecular, número de cromosomas, requisitos ecológicos) para desentrañar relaciones sistemáticas y describir con precisión los patrones de biodiversidad", dice Santiago Martín-Bravo, botánico de la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla y autor principal del artículo.
Después de que un estudio genético preliminar apuntara algo extraño en los ejemplares de lo que luego se conocería como Carex quixotiana, los autores iniciaron exhaustivas campañas de recolección de campo en La Mancha. Mientras estudiaban poblaciones adicionales de la planta con más detalle, utilizando la morfología, la filogenia y el número de cromosomas, los científicos confirmaron que estaban observando una especie previamente desconocida para la ciencia. Comprensiblemente, el rango de distribución de la especie recién descubierta, restringida a las cadenas montañosas que rodean La Mancha (Sierra Madrona y Montes de Toledo), hizo pensar a los autores en la obra maestra de Cervantes.
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Carex quixotiana, conocida hasta ahora en 16 poblaciones, prefiere hábitats con alta disponibilidad de agua, como pequeños arroyos, praderas húmedas y bosques ribereños.
Dado que se sabe poco sobre la demografía de la especie, incluida la cantidad de individuos maduros en la naturaleza, se requiere más investigación para determinar su estado de conservación. Sin embargo, en base a lo que han aprendido hasta ahora sobre la especie, los autores del presente estudio asumen que "se trata de un endemismo ibérico con un número de poblaciones y rango de distribución relativamente pequeño, que se beneficiaría de la protección legal y la inclusión en programas de conservación in situ/ex situ".
En conclusión, los científicos señalan sus resultados como una prueba más de cuánto queda por aprender sobre la biodiversidad de la Tierra, incluso cuando se trata de organismos supuestamente bien conocidos, como plantas con flores, y países, cuya flora se supone que está totalmente documentada.