Un detector de partículas subatómicas, diseñado y fabricado en la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM ), formará parte del programa internacional “Gran Colisionador de Hadrones” (LHC), que está en búsqueda de conocer los orígenes del Universo.
Investigadores de los institutos de Física (IF) y Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM expresaron que nuestro país formará parte de uno de los proyectos científicos más importantes del mundo. El LHC es un programa que cuenta con la intervención de mil 500 especialistas y promete relevar los enigmas de la historia de la totalidad del tiempo y espacio.
El detector mexicano, conocido con el nombre de “V0+”, formará parte de “ALICE”, uno de los cuatro proyectos del LHC, en el que los estudiosos de la máxima casa de estudios participaron en el diseño y producción de otros tres instrumentos.
Las otras iniciativas en las que la UNAM está involucrada son: ACORDE , para detección de rayos cósmicos; Cámara de Proyección de Tiempos , encargada de rastrear la trayectoria de partículas; y ALICE Diffractive , un sistema de diagnóstico.
De acuerdo a Guy Paic del ICN, desde que el “V0+” inició con las operaciones dentro del LHC se convirtió en una herramienta clave. Esto se debe a que el detector cumple funciones generales como proveer la señal de disparo, medir la multiplicidad de partículas cargadas en las colisiones, así como el conteo de eventos que se produjeron.
“Desde los primeros días de la experimentación de ALICE los detectores mexicanos han contribuido de una manera muy decisiva. El primer detector V0, construido en la UNAM, es uno de los detectores clave de la colaboración y no dudo que la segunda generación, con un diseño hecho en territorio puma será de nuevo clave”, aseguró el catedrático de la Universidad Nacional a través de un comunicado.
El V0+ es el sucesor de V0, ya que el LHC, operado en la Organización Europea para la Investigación Nuclear ( CERN ), se encuentra en contaste innovación, los científicos del IF de la UNAM desarrollaron una versión más grande y mejorada del anterior.
La nueva presentación está basada en el diseño de Varlen Grabski, especialista en física experimental, construido como un disco de plástico centellador de 1.5 metros de diámetro, que para funcionar necesita 50 mil fibras ópticas. Por su magnitud actual, los estudiosos mencionaron que duplica el tamaño de V0, lo que le permitirá una detección más rápida.
“El detector se encuentra ya en el CERN. Fue integrado en enero, se hicieron ya pruebas y colaboradores de otros países que pudieron hacerse cargo en estos tiempos de pandemia, ya lo llevaron al sitio de ALICE; reportan que ya está listo para ser instalado”, destacó Arturo Menchaca Rocha, quien también participó en el proyecto.
“Dado el antecedente de éxito, este aparato ha generado gran interés en la colaboración y seguirá siendo un elemento importante. Estamos muy orgullosos que sea la UNAM quien, a final de cuentas, acabó llevando el liderazgo”, agregó Menchaca Rocha.
A estos esfuerzos se sumó la sorpresa de que el detector fue capaz de rastrear señales del plasma de cuarks y gluones, lo que implicó una reformulación de las preguntas a las que atendían los expertos.
“El avance es importante y, al mismo tiempo, abre más preguntas porque ahora necesitamos saber cuál es el mecanismo que sucede en los choques de iones pesados, y que ahora vemos en otro tipo de sistemas. La actualización permitirá explorar con más detalle estas colisiones”, detalló Antonio Ortiz Velásquez del ICN.
nrv