En la antigüedad, la lepra abatió la vida de millones de personas; sin embargo, en la actualidad ya no representa un peligro para la sociedad.
En el marco del Día Mundial de la Lepra, Gabriela Frías Ancona, integrante de la Academia Mexicana de Dermatología, aclaró que la afección que marginó a las sociedades, hoy en día es conocida como “la enfermedad milenaria en extinción” , pues aún cuando se presentan casos nuevos anualmente, es 100% curable y de muy baja contagiosidad.
“ La lepra es curable , absolutamente curable y saberlo cambió el curso de esta enfermedad milenaria”, reveló la doctora Frías Ancona.
La lepra es desencadenada por la bacteria “Mycobacterium leprae” , mejor conocida como “Bacilo de Hansen” , un patógeno que tiene forma de barra o vara. Este afecta principalmente a la piel, la nariz, boca, garganta, a los ojos, así como a los nervios periféricos de quien la padece. Sin embargo, puede atacar a cualquier otro órgano.
La enfermedad es clasificada en dos grandes grupos: tuberculoide y lepromatosa , diferenciados por la forma en que se manifiesta. Frías Ancona, de la Fundación Mexicana de Dermatología , explicó que la lepra “tuberculoide” produce lesiones en la piel: que precipitan la perdida de sensibilidad en los nervios periféricos, que atraviesan del brazo hasta la muñeca: y los nervios radiales, localizados en los músculos de los brazos.
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“Afecta los nervios periféricos y no al sistema nervioso central, que eso es muy importante de aclarar porque no hay afecciones mentales, sino dolencias que pueden producir diferentes traumatismos corporales ”, puntualizó.
En cambio, la lepra tipo “lepromatosa” provoca erupciones que aparecen en cualquier parte del cuerpo como nódulos, que son una clase de tumores o contusiones localizadas más comúnmente en la cara y que dan la impresión que el pigmento de la piel es parecido a las manchas de la dermis de un león. Además, puede provocar destrucción de la parte frontal del maxilar y pérdida de dientes.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la especialista mencionó que la bacteria actúa en nuestro cuerpo a partir de efectos inmunológicos . “Si los macrófagos, un tipo de célula muy grande, del paciente se encuentra en óptimas condiciones, podrá destruir al bacilo, pero si no son tan eficientes los almacena dentro de sí y afecta a los nervios periféricos. Es una enfermedad que, como muchas otras, depende del sistema inmunológico de la persona”, detalló.
La lepra puede tardar en manifestarse, luego de ser contraída, entre uno a 20 años. La experta manifestó que, en la mayoría de los casos, se presenta a cinco años de ser contraída . “Esto varía, precisamente, por el estado inmunológico en el que el paciente se encuentra”, detalló. “Algunos de los factores que darían lugar a que el bacilo almacenado se represente como enfermedad, serían por ejemplo, el embarazo, el alcoholismo o una enfermedad concomitante, como la desnutrición y la tuberculosis , ya que estos pueden disminuir la capacidad inmunológica ”.
Esta afección ataca con mayor frecuencia a hombres que a mujeres. Sin embargo, la especialista dilucidó que hasta la fecha, la evidencia científica no ha podido desentrañar la razón. “No está identificado que se presente más en el cromosoma X que en el Y, por ello, se descarta su relación con el genoma humano”. Por otra parte, determinó que “antiguamente, los hombres salían a trabajar y tenían más contacto con las personas con lepra. Hoy en día, mujeres y hombres salimos a la calle de igual manera”.
La dermatóloga aclaró que no es suficiente estar en contacto con un paciente con lepra para infectarse , para eso “se necesita tener una determinación genética”. “En 1950 -relató- los investigadores descubrieron el ´factor N´, una parte del genoma humano que evita contraer la enfermedad. En ese momento se esclareció que el 95% de la población mundial cuenta con el factor N y sólo el 5% restante no lo tiene , por lo que es susceptible a contraerla”. Fue así que aseguró que esta predisposición genética justifica la incidencia baja de la enfermedad.
De acuerdo con los registros más recientes del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SNVE), en 2020 México registró 90 nuevos casos de lepra, de los cuales 51 son hombres y 39 mujeres, 45 casos menos en comparación de los registrados durante el 2019. Esta cifra, ubica a nuestro país dentro de las regiones con baja peligrosidad de padecer un problema de salud pública por lepra, establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
Para su contención se han aplicado una diversidad de tratamientos. Gabriela Frías mencionó que los fármacos que curan la lepra se encargan de inhibir la duplicación del bacilo, convirtiéndolo en una bacteria tenue y aminorada en su potencia. La administración de estos medicamentos debe tener una duración de seis meses a dos años, de acuerdo a la clasificación de la lepra, ya sea tuberculoide o lepromatosa, respectivamente.
La conmemoración del día de la lepra se celebra el último domingo del mes de enero, desde que en 1954, el periodista francés Raoul Folloreau estableció esta fecha para recordar a las víctimas que perdieron la vida mientras la padecían.
Si bien la enfermedad fue descubierta por Gerhard Armauer Hansen, médico noruego en 1873, hay registros en restos fósiles que datan de al menos cuatro mil años , hallados durante la excavación “Balathal” en 2009. Es por ello que el síndrome de Hansen también es conocido como “la enfermedad milenaria” .
En la época en que fue descubierta, el miedo y el desconocimiento de la enfermedad provocó el destierro, que tanto la comunidad como las familias ejecutaron en quienes la padecían por ser considerados como un potencial peligro para la sociedad.
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Durante la segunda mitad del siglo XIXI , en México se establecieron “leprosarios”, lugares en los que se contenía a los enfermos sin ningún tipo de asistencia médica, ya que en aquellas épocas, no había un tratamiento efectivo para erradicarla.
“No teníamos porqué excluirlos de la sociedad y eso fue un estigma durante años, años y años, ya que hace 20 a 25 años, seguían existiendo leprosarios, mientras que en la India la gente que padecía de lepra salía de sus casas tocando una campana para que las otras personas no se acercaran cuando ellos fueron a pasar”, narró la dermatóloga.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la actualidad la lepra es considerada una enfermedad fácil de curar. Sin embargo, la investigadora instó a la sociedad a concientizar sobre la misma: “Un llamado muy importante es para los médicos de primer contacto. Deben recordar que existe la enfermedad, que no se ha erradicado y que es curable, por lo que deben explicarse a sus pacientes que puede relacionarse comúnmente con la sociedad”.
Durante el 2020, los casos de lepra en nuestro país alarmaron a la población . Sin embargo, Frías Ancona subrayó que debemos desestigmatizar la idea preconcebida que tenemos de la lepra y la marginación que produce. “Lo ví en pacientes (con lepra), iban a una fiesta infantil o alguna reunión del colegio de sus hijos y los sentaban a fuera en la calle, por lo que debemos tener en cuenta todo el aspecto social y darle un enfoque en torno a ello. Es fundamental conocer que es una enfermedad curable al 100% y lo importante es no dejar que avance”, puntualizó.
nrv