En México, la diabetes y el cáncer fueron la tercera y cuarta causa de muerte, respectivamente, en el periodo de enero a junio de 2021, de acuerdo con datos del INEGI. Por lo que el estudio de ambas enfermedades es importante para disminuir los índices de mortalidad en México y el mundo.

Se conocen las causas que desencadenan la diabetes, que se relacionan al estilo de vida, a una dieta alta en grasas y carbohidratos; sin embargo, existen otras causas que pueden influir para que una persona desarrolle la enfermedad, como puede ser padecer cáncer.

Así lo demuestra una investigación en la que participó la profesora de Arizona State University, Dorothy Sears, quien formó parte de un equipo cuya investigación podría haber descubierto cómo las células cancerosas suprimen la producción de insulina del cuerpo, lo que conduce a un mayor riesgo de padecer diabetes entre mujeres que han tenido cáncer de mama.

Dorothy Sears, profesora de nutrición en la College of Health Solutions, formó parte de un grupo de investigadores cuyo estudio se publicó recientemente en la revista Nature Cell Biology. Ella investiga la obesidad y el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con ella, como la resistencia a la insulina, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

"Sabemos que las personas con cáncer tienen un mayor riesgo de padecer diabetes; eso se ha investigado mucho", mencionó Sears.

Lo que no se ha investigado es cómo el cáncer aumenta el riesgo de diabetes. El hallazgo clave de este estudio fue el mecanismo mediante el cual el cáncer aumenta el riesgo de diabetes y cómo ocurre exactamente.

Además de Sears, en el equipo, participaron científicos de la Universidad de California en San Diego, Regulus Therapeutics y la Universidad de California en Riverside.

El estudio descubrió que el mecanismo que conecta el cáncer de mama con la diabetes son las "vesículas extracelulares". Las células del cáncer de mama desprenden estas vesículas, que son esferas huecas que transportan ADN, ARN, grasas y proteínas entre las células. Las células del cáncer de mama segregan moléculas denominadas microARN-122 en las vesículas, que luego viajan al páncreas y se enganchan a las células productoras de insulina. Allí, el microARN-122 daña la capacidad de las células pancreáticas para secretar insulina y mantener niveles normales de glucosa en la sangre.

Esto provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre en las pacientes con cáncer de mama, lo que eleva el riesgo de diabetes.

Los investigadores sabían que las vesículas extracelulares podían mediar en la comunicación entre células.

En cada vesícula puede haber cientos de microARN y pueden entregar mucho material a las células a lo largo del tiempo. Los microARN-122 son pequeños y poderosos, e inhiben la expresión de los genes.

La académica añadió que los tumores crecen rápidamente, utilizando el azúcar como combustible.

"Así que les conviene perjudicar la secreción de insulina, porque si eso ocurre, el nivel de glucosa en sangre aumenta, y ahora tienen más combustible para poder crecer más rápido", puntualizó.

En la actualidad se están llevando a cabo varios ensayos clínicos con antimicroARN.

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